Shakespeare y las caritas felices
Lamentablemente un corazón amarillo o rojo, aunque infantil y agradable, es simplemente un jeroglífico literal, incapaz de superar lo que el lenguaje logró hace miles y miles de años, acercarnos a explicar la complejidad de ese mundo de ideas y emociones que llevamos dentro
25 de abril de 2016 - 16:00