jueves 21  de  marzo 2024
Transición en EEUU

El gabinete de Trump: un Gobierno de contradicciones

Rusia ha sido otro de los puntos donde han chocado. Mientras que Trump considera necesario llevarse bien con Rusia, el general James Mattis, nominado a secretario de Defensa, cree que Moscú es una de las mayores amenazas para Estados Unidos.

WASHINGTON. - Si para la mayoría de empleados lo más difícil es decirle al jefe que está equivocado, esto no parece que vaya a ser el caso en el futuro gabinete del republicano Donald Trump, tal y como se ha visto esta semana en las audiencias de confirmación del Senado.

El presidente electo quitó importancia a las contradicciones existentes entre sus promesas electorales y las posturas de varios de los nominados a formar parte de su Gobierno en temas que van desde las relaciones con Rusia al uso de la tortura, pasando por la construcción de un muro en la frontera con México.

"Todos mis nominados al gabinete lucen bien y hacen un gran trabajo. Quiero que sean auténticos y expresen sus propios pensamientos, no los míos", escribió Trump el viernes en Twitter. El propio Trump está lleno de contradicciones, como se ha visto durante la campaña.

La construcción del muro en la frontera con México es una de las principales promesas electorales de Trump. En cambio, el general John Kelly, potencial secretario de Seguridad Nacional, dijo en el Senado que un muro por si solo no resolvería el problema.

Rusia ha sido otro de los puntos donde han chocado. Mientras que Trump considera necesario llevarse bien con Rusia, el general James Mattis, nominado a secretario de Defensa, cree que Moscú es una de las mayores amenazas para Estados Unidos.

"Desde (la conferencia de) Yalta (en 1945), tenemos una lista larga de veces que hemos intentado interactuar de manera positiva con Rusia. Y tenemos una lista relativamente corta de éxitos en ese sentido", recordó Mattis.

Mike Pompeo, nominado a dirigir la CIA, está convencido de que Rusia está detrás del hackeo para interferir en las elecciones presidenciales, mientras que Trump ha aceptado a regañadientes que fuera Moscú.

En cuanto a la OTAN, Trump cuestionó durante la campaña electoral un principio fundental de esta organización: la defensa colectiva en caso de que uno de los miembros sea atacado. Mattis, en cambio, apoya a la OTAN, que considera "la alianza militar más exitosa, probablemente, en la historia moderna, y quizá que ha habido nunca".

Más contradicciones: mientras Trump ha prometido sacar a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, Rex Tillerson, nominado a secretario de Estado, ha dejado claro que él no se opone al TPP.

Tampoco parece haber coincidencia en temas como el acuerdo nuclear con Irán, que el presidente electo ha prometido desmantelar. Mattis, sin embargo, considera que Estados Unidos deberá respetarlo, a pesar de que es "imperfecto".

Durante la campaña electoral, Trump prometió que prohibiría la entrada a todos los musulmanes en Estados Unidos, en respuesta al supuesto odio que dice que sienten hacia los estadounidenes. Esta idea no la comparten ni Tillerson, ni Kelly, ni Jeff Sessions, nominado como fiscal general, pues no creen que haya que prohibir la entrada de un grupo por su religión.

El presidente electo también se mostró a favor de volver a autorizar la táctica de tortura conocida como "ahogamiento simulado" (waterboarding, en inglés). Pero Pompeo ha asegurado que no obedecerá las órdenes de Trump si le pide torturar. "No puedo imaginarme que el presidente electo me lo pidiera", dijo el candidato a dirigir la CIA.

Pero quizá Trump haya cambiado su postura desde que ganó las elecciones. El presidente electo explicó al diario "The New York Times" en una entrevista que Mattis le dijo que "un paquete de cigarrillos y un par de cervezas" eran más efectivos a la hora de interrogar a sospechosos de terrorismo que la tortura. "Me quedé muy impresionado por esa repuesta", reconoció Trump.

Quizá uno los problemas es que Trump y su futuro gabinete no han hablado y aclarado posiciones ante de las audiencias en el Senado.

Por ejemplo Tillerson, que aspira a ser el jefe de la diplomacia estadounidense, reconoció que no había hablado con Trump sobre la injerencia rusa en las elecciones. Y Kelly, nominado a secretario de Seguridad Nacional, dijo que no había tratado con el presidente electo sobre qué ocurrirá con los "soñadores" (dreamers), los jóvenes indocumentados a los que el presidente Barack Obama ha protegido de la deportación y que Trump quiere deportar.

FUENTE: dpa

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