MIAMI.- Este martes se cumple una semana desde que un grupo de venezolanos decidió instalarse al frente de la embajada de la nación caribeña en Washington, con la finalidad de hacer presión para que un grupo de invasores, liderados por el movimiento Code Pink, desaloje el lugar.
Freddy Cova, uno de los venezolanos que se unió para lograr la recuperación del edificio, le explicó a Diario Las Américas que desde el pasado 30 de abril han podido organizarse por grupos que no solo cumplen horarios sino que son responsables de áreas de acción específicas alrededor del edificio.
Explicó que además en la toma también participan agrupaciones más pequeñas como Popular Resistance y Answer Coalition, quienes entraron al lugar luego que el personal diplomático del régimen le entregara las llaves a una de las líderes de Code Pink.
"Cuando el 30 de abril, el presidente Juan Guaidó dio inicio a la Operación Libertad, acudimos un grupo de venezolanos a la sede consular a apoyar a un señor de nombre Matheus que ya tenía cuatro días acampando en el sitio en señal de protesta por la invasión".
Explica que decidieron acompañarlo esa noche y las cosas se fueron organizando espontáneamente.
Señaló que han ganado espacios en la embajada."Cuando llegamos el martes 30 ellos tenían el control de las escaleras. Ahora nosotros controlamos el perímetro y ellos quedaron adentro aislados. Ahora no dejamos que entren más personas, ni tampoco agua o alimentos. Solo permitimos que salga la gente, y así ha sido".
Estima que actualmente debe haber unas 13 o 15 personas, que son las que se ven cuando hacen grabaciones desde las ventanas o que simplemente se asoman para gritar consignas. "Ellos saben que pueden salir cuando gusten, pero no podrán volver a entrar".
En esta semana han sido varios los intentos por parte de los seguidores de estos grupos extremistas que han hecho lo imposible para ingresar, pero no han podido. "Los jefes de zona avisan cuando hay algún movimiento extraño, y en ese momento todos nos activamos. Ya hubo un enfrentamiento lamentable que un señor golpeó a una joven embarazada. Pero las cadenas humanas que hemos montado han dado resultado".
Financiamiento externo
Luisa Borrel, venezolana con más de 20 años como residente en la ciudad de Washington, explicó que ésta no es la primera vez que estos grupos que se llaman de izquierda salen en defensa de causas como el régimen de Nicolás Maduro.
"Muchos de ellos ni siquiera saben dónde queda Venezuela, pero su postura es ir siempre en contra del gobierno de los Estados Unidos. Ese es su fin, hacerle la contra al gobierno bien sea liderado por demócratas o por republicanos".
A juicio de Borrel todo el escándalo de estas agrupaciones se debe a que reciben importantes donaciones de grupos políticos de izquierda de todo el mundo y de personas que a manera personal apoyan esas ideas extremistas. "Hay video de las señoras del Code Pink con Hugo Chávez y hay otro que circuló este martes con supuestos líderes de Hamas. Es decir, esta campaña en la embajada de Venezuela termina siendo para estos grupos un beneficio porque los expone ante la opinión pública, cobran notoriedad y si alguien les hace una donación importante, entonces mucho mejor. Ellos no lo hacen ni por Venezuela, ni por los venezolanos. Es solo su causa, que son ellos mismos".
A Borrel le llama la atención la cobertura periodística que ha tenido la toma por parte del canal del régimen chavista, Venezolana de Televisión y Telesur, también afecta al chavismo. "Han hecho pases en vivo. Han hablado con el canciller. Les han hecho reportajes dándoles las gracias por ese apoyo. Todo es muy sospechoso, aquí nadie hace nada gratis. Habría que ver de dónde salen esos fondos que las mantienen".