CARACAS.- El gobierno de Estados Unidos dejó claro que no descarta prohibir la importación de petróleo venezolano. Pero otra cosa es que lo haga. Como dicen Russ Dallen, del fondo Caracas Capital, “yo creo que sí acabará habiendo un embargo petrolero. Pero eso es algo que, en último término, solo sabe una persona: Donald J. Trump. Y nadie sabe lo que Trump piensa. Probablemente, ni el propio Trump lo sepa”, reseña el diario español El Mundo.
La nota indica que por ahora no hay reemplazo para la producción venezolana, a pesar de que ésta ha bajado y sigue cayendo. En julio, Venezuela bombeó poco más de 1,9 millones de barriles de crudo diarios, según datos de la OPEP, lo que significa un tercio menos (aproximadamente 900.000 barriles) en relación con la cifra de 2001.
“Aun así, el petróleo venezolano juega un papel importante en el mercado mundial. Si esos 1,9 millones de barriles desaparecieran, el precio del barril podría subir alrededor de un 20%, hasta cerca de los 60 dólares el barril, según fuentes de la industria. Eso implicaría un aumento del precio de la gasolina en EE UU de unos 10 o 15 centavos de dólar el galón (3,5 litros), justo en un momento en el que la demanda de combustible en ese país se dispara por las vacaciones”, agrega el diario El Mundo.
Beatrice Rangel, directora ejecutiva de la consultora AMLA, dijo al medio español que el impacto no sería duradero, pero sí psicológico.
“En el momento en el que el mercado vea que no entra el petróleo de Venezuela, va a tirar del precio hacia arriba. Y eso no es algo que ningún político quiera”, explica.
A su juicio, “las sanciones financieras pueden conseguir el mismo objetivo sin necesidad de colapsar el flujo de petróleo” de Venezuela a EEUU.