Desde que una persona está en la etapa de infancia, disfruta con jugar. En Latinoamérica, específicamente República Dominicana, Cuba, Puerto Rico y Venezuela, los niños crecen con la presencia del béisbol en sus vidas y eso lo pueden convertir en un sueño que sí se puede hacer realidad.
Ser pelotero profesional puede ser considerado de varias maneras. La principal es ser una estrella para ganar trofeos, superar récords y ser el mejor, tal como aquellos jóvenes jugadores que se identifican con los estelares de este legendario deporte. La segunda forma de por qué querer ser un beisbolista que llegue a la MLB, es para asegurar mucho dinero y verlo como un trabajo.
En esos países, este deporte es mayormente practicado por las personas de bajos recursos. Aquellas familias que viven con lo justo y solo una joya los sacaría de ese estilo de vida.
Guillén tomó posición en los hechos que suceden en su país. (AP)
En varias ocasiones, el mismo Oswaldo “Ozzie” Guillén (exjugador de MLB y primer mánager latino en ser campeón de Serie Mundial) comentó que le dolía la forma en que los padres y scouts (ojeadores de béisbol), le sacaban el “jugo” a un niño solo para obtener dinero.
Sin embargo, ¿qué sucede cuando un pelotero es lo suficientemente bueno, pasa todas las dificultades de firmar con un equipo, consigue la “Visa para un Sueño” y este la desecha por no ser lo suficientemente maduro?
Actualmente, los jugadores muy buenos reciben una gran cantidad de dinero para que se vinculen por una década con algún equipo. El dominicano, Wander Franco es uno de esos grandes beneficiados y también se convierte en uno que no supo aprovechar sus dones.
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Wander Franco de los Rays de Tampa Bay observa el partido del equipo contra los Guardianes de Cleveland desde el dugout antes de irse en la quinta entrada, el domingo 13 de agosto de 2023, en St. Petersburg.
AP Foto/Chris O'Meara
El infielder firmó un bono de $3.825.000 en 2017 con los Tampa Bay Rays, durante el proceso de firma internacional. Luego, demostró lo que costó en ese momento con su rápido ascenso a las Grandes Ligas. Eso obligó al equipo, en 2021, a comprar su futuro por $182 millones y 11 años. Por ahora, la directiva de los Rays, lamentándose, tendrá que desembolsar esa cantidad de dinero, al conocerse que el quisqueyano de 22 años de edad, podría no volver a jugar más en su carrera.
Franco es investigado por la MLB y también por las autoridades de su país tras señalamientos en redes sociales de que mantiene una relación inapropiada con una joven de 14 años. Se dice, incluso, que hay otros casos.
Esto no solo es un dolor de cabeza gigante para un equipo de MLB. Es una traba que tendrán que sortear los próximos jóvenes que quieran alcanzar ese sueño de ser firmados y asegurar el futuro de su familia.
La MLB y la asociación de peloteros llegaron a un acuerdo para poner a Franco en lista administrativa y seguir cobrando parte de ese gran contrato firmado en 2021. Esto supondría que el jugador sigue ganando así sea un problema para la sociedad, pero en realidad deja en evidencia que hay que estudiar a quién se le debe dar esa “Visa para un sueño”.