lunes 21  de  julio 2025
OPINIÓN

Los Marlins, entre la tentación y la costumbre

El béisbol es mucho más que un deporte para Jorge Morejón. Es su religión. Por 40 años se ha dedicado a esta pasión, primero en Cuba y desde 1998 en Estados Unidos en El Nuevo Herald, ESPN Deportes, FOX Sports en Español y Radio y TV Martí, entre otros medios. Premio Emmy 2022 como director, productor y guionista del documental "René Arocha, el Jackie Robinson cubano". Miembro de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos (BBWAA).

Diario las Américas | JORGE MOREJÓN
Por JORGE MOREJÓN

El día inaugural de la actual temporada, varios colegas pronosticábamos cuántas derrotas sufrirían los Miami Marlins en el 2025.

Los más optimistas auguraban 99 fracasos, una leve mejoría en comparación con el 2024, cuando el equipo miamense fue último en la división Este de la Liga Nacional, con 62-100.

Los más pesimistas apuntaban a más de 108, la cifra récord en la historia de los peces, que data de 1998, un año después de ganar por primera vez la Serie Mundial.

Y es que, por donde quiera que se les mirara, esta versión de los Marlins era, si acaso, un buen equipo de Doble A, lleno de inexpertos desconocidos y con las interrogantes que representaban en el pitcheo los dominicanos Sandy Alcántara y Eury Pérez, tras someterse a sendas operaciones Tommy John.

Pero cuando la campaña entra en su recta final, los Marlins no sólo han destrozado las proyecciones de los más optimistas, sino que aspiran seriamente incluso a terminar con récord ganador.

Cuando se esperaba que estuvieran nuevamente en el frío sótano, los Marlins van terceros de su división, incluso por delante de los Bravos de Atlanta, uno de los equipos mejor construidos de todo el béisbol.

Una victoria sobre los Reales de Kansas City en la primera serie tras la pausa del Juego de las Estrellas tiene a los Marlins con balance de 46-52 y dada la manera en que han empezado a jugar desde mitad de junio, sonar con ganar 81 o más partidos es una posibilidad tangible, pero...

Lo que queda de aquí hasta el 31 de julio pone en una disyuntiva a la gerencia de una franquicia que parece la Sagrada Familia, la emblemática catedral de Barcelona, que desde la colocación de su primera piedra en 1882, todavía no terminó de construirse.

Los Marlins son un equipo en eterna reconstrucción y sus ejecutivos se debaten a esta hora entre la costumbre de sacar al mercado de canjes a varias de sus mejores figuras o ceder a la tentación de lo visto hasta ahora y mantener las piezas que empiezan a encajar y han puesto a soñar a los pocos fanáticos que cada noche acuden al loanDepot Park de la Pequeña Habana, encabezados por el jardinero Kyle Stowers, una de las mayores revelaciones ofensivas de este año en todas las Grandes Ligas y único representante de Miami al Juego de las Estrellas.

Alcántara aún está bajo contrato hasta el 2026 y aunque a su regreso del quirófano no ha sido el mismo que ganó el premio Cy Young del viejo circuito en 2022, su nombre ha sido objeto de múltiples llamadas a la oficina del director de operaciones del equipo, Peter Bendix, por parte de gerentes de otras organizaciones que buscan reforzar su pitcheo abridor para encarar la recta final de la contienda y una eventual postemporada.

En 19 aperturas, tiene efectividad de 7.14, con cuatro triunfos y nueve derrotas, aunque ha mostrado destellos de su calidad real, sobre todo, a partir de las últimas salidas a la loma.

El también quisqueyano Edward Cabrera es otro que despierta interés en el mercado.

Elegible para arbitraje salarial en el invierno, Cabrera (3-4, 3.61 de efectividad en 16 juegos) es un diamante que va puliéndose en la medida en que da cuenta de su potencial de estrella.

A sus 27 años, sólo necesita aprender a confiar en sí mismo y podría convertirse en uno de los mejores serpentineros de todo el negocio.

Poner a la venta a Sandy y a Cabrera podría permitirle a la gerencia adquirir nuevos talentos a un futuro no tan inmediato, para seguir la remodelación, en aras de la tantas veces postergada promesa de tener un equipo competitivo.

Al mismo tiempo, sería una puñalada en la espalda de los fanáticos -una más- que verían truncados por enésima vez sus sueños de tener buen béisbol a largo plazo.

Ningún equipo que llegó con récord perdedor a la pausa del Juego de las Estrellas, desde que se celebró por primera vez en 1933, logró ganar la Serie Mundial.

La única ocasión en que una novena llegó a mitad de campaña con récord perdedor y se coronó campeón en el clásico de otoño fue en 1914, cuando los increíbles Bravos, entonces de Boston, remontaron en los dos últimos meses de la temporada y barrieron 4-0 a los Atléticos de Filadelfia en octubre.

No es que los Marlins del 2025 vayan a obrar un milagro, pero estos muchachos merecen, al menos por ahora, la oportunidad de seguir adelante en lo que han empezado a construir juntos, con la vista puesta en el 2026.

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