Especial
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SAN JOSÉ.- El estadounidense William Dathan Holbert no saldrá de la cárcel hasta 2057, cuando termine de cumplir la condena de 47 años que le impusieron las autoridades panameñas por el homicidio de cinco compatriotas suyos entre 2008 y 2010, en la zona turística de Bocas del Toro, provincia del país canalero.
Tendrá 78 años de edad cuando salga de prisión y a la condena de casi medio siglo, se le abonan 7 años de cárcel preventiva que ya cumplió en Panamá.
Salvaje Bill, como es conocido el norteamericano por sus asesinatos en serie, fue condenado por los magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Tercer Distrito Judicial. También ha sido condenada la estadounidense Laura Michelle Reese, la expareja de Holbert. Por el mismo caso ella recibió 26 años y 4 meses de prisión.
Holbert fue capturado por el Ejército de Nicaragua mientras huía por el fronterizo Río San Juan después de haber cometido los crímenes en Panamá. A ese río llegó huyendo desde Costa Rica. Días después fue extraditado al país canalero.
Salvaje Bill confesó en 2010, al ser detenido, que había asesinado a cinco estadounidenses a quienes enterró en una finca de su propiedad en la provincia caribeña de Bocas del Toro. Las víctimas fueron Bo Barry Lawrence Icelar, Michael Brown, Manchittha Nankratoke Brown, Watson Seaward Brown y Cheryl Linda Hughes.
La primera de las víctimas de “Salvaje Bill”, fue el estadounidense Mike Brown –o Marcos Francis Allen–, no era un perseguido de la justicia de su país, como se pensaba, sino un testigo protegido de la DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos.
Así lo aclararon a Panamá autoridades de Estados Unidos, en respuesta a una serie de solicitudes de información realizadas por el Ministerio Público, tras el inicio de las investigaciones del caso, según fuentes oficiales.
Brown fue acusado en EEUU por casos de drogas y secuestro, pero cooperó con la Agencia Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés) para la captura de algunos cargamentos de cocaína, por lo que fue integrado al sistema de protección de testigos.
Se le dio otra identidad y se le mandó a Panamá, a Bocas del Toro, donde en 2006 entabló amistad con William Dathan Holbert, alias “Wild Bill”, quien finalmente, en 2007, lo mató, al igual que a su hijo y a su esposa.
Durante el proceso, los magistrados determinaron que había elementos suficientes para imponerle 47 años de cárcel, la más alta impuesta por la justicia panameña desde la reforma de su código penal en 2007, misma que elevó de 20 a 50 años la pena máxima en este país.
El pasado 10 de julio el MP pidió la pena máxima por homicidio para Holbert durante una audiencia de un juicio en derecho, sin jurado de conciencia por elección de los procesados, y los tres magistrados se acogieron al término de 30 días para emitir su decisión, tras escuchar los alegatos de las partes.
“Yo los maté. Un hombre debe pagar por sus errores. Mis errores son graves y no tienen excusa. Por mi egoísmo y maldad hay cinco personas que no están vivas. Acepto la responsabilidad por mis acciones y acepto mi castigo. Pido perdón al Estado panameño, a los familiares de las víctimas y a Dios”, dijo entonces Holbert ante los magistrados, en la Ciudad de David, provincia de Chiriquí.
La Fiscalía también pidió aquel día la condena máxima por robo y homicidio para Reese, con quien fue detenido y enviado desde Nicaragua a Panamá Salvaje Bill, en 2010.
Según especialistas en derecho penal de Panamá, Salvaje Bill y su expareja no podrán pedir audiencia para gestionar libertad condicional una vez cumplan las dos terceras partes de su condena.
Médicos forenses panameños determinaron que Holbert no padece de remordimientos, es una persona fría y calculadora.
Antes de llegar al país canalero Holbert y Reese tenían un historial criminal en Estados Unidos, según medios de prensa norteamericano que reportaron una persecución policial a ambos por el robo de un carro.
“Desde el principio de mi proceso yo sabía que voy a pasar un tiempo parlo encarcelado por mis crímenes (…). Tengo una deuda con la sociedad panameña y la voy a pagar. He cambiado durante los últimos 7 años, ya solo quiero ser útil al sistema penitenciario y a la sociedad panameña”, reconoció Salvaje Bill en un español entendible y con una figura corporal más delgada, a noticias TVN de la televisión panameña.