domingo 10  de  marzo 2024
Venezuela

Maduro avanza en la creación de la RAAS, una estructura de espionaje social

La Red de Articulación y Acción Sociopolítica, RAAS, es una estructura de control social que se asemeja en sus atribuciones a los CDR, los Comités de Defensa de la Revolución cubana
Por EUGENIO G. MARTÍNEZ

@puzkas

CARACAS.- Los cinco meses de protestas del año 2017 en contra de la ruptura del orden constitucional provocaron que el gobierno de Nicolás Maduro decidiera acelerar la constitución de mecanismos de identificación, vigilancia y control sociopolítico de los venezolanos.

La reacción de las comunidades en contra de las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en las que asumía las competencias de la Asamblea Nacional electa en el año 2015 fueron generando que los principales integrantes del Alto Mando Político de la Revolución Bolivariana insistieran en la necesidad de concretar la Red de Articulación y Acción Sociopolítica (RAAS), estructuras de control social que se asemejan en sus atribuciones a los CDR de la Revolución Cubana.

De una propuesta que aparecía paulatinamente en los discursos en oficiales durante 2017 y el primer semestre de 2018 se pasó, durante las primera semanas de octubre, a la insistencia diaria a través de los canales digitales del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de la necesidad de concretar la creación de la RAAS.

Esta red es parte del anhelo de la Revolución Bolivariana por garantizar el registro y control de los venezolanos. El funcionamiento de estas estructuras se sustenta en leyes ampliamente rechazadas por organizaciones especializadas en la defensa de los Derechos Humanos. En concreto la RAAS funcionará para desarrollar el contenido de la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación (2002) y de la derogada Ley del Sistema Nacional de Inteligencia y Contrainteligencia (2008).

Según los videos difundidos por los canales digitales del PSUV la RAAS debe funcionar como un mecanismo para que los ciudadanos afectos al gobierno de Maduro “puedan identificar y denunciar a aquellos que están contra sus ideales políticos, utilizando para esto la calificación de enemigos”

La Raas parte de la estructura ya conformada de las llamadas Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCH) para que sus integrantes realicen cuatro funciones básicas:

• Identificar quién es su enemigo histórico

• Fortalecer la unidad para enfrentar al enemigo

• Elevar al máximo su voluntad de lucha contra el enemigo

• Organizarse y adquirir el conocimiento necesario para vencer al enemigo

Desde que el régimen de Maduro comenzó a promocionar la RAAS los integrantes de Provea advirtieron que con estas estructuras sociales se pretendía “convertir a los militantes del PSUV en sapos (delatores) para que denuncien a familiares y vecinos que piensen diferente (…) se busca establecer una red social y comunitaria de delación donde todos sus integrantes son guardianes del proceso revolucionario, convirtiendo a los vecinos, trabajadores y ciudadanos comunes en vigilantes, monitores y acusadores de las actividades privadas o públicas de cualquier persona”.

A través de sus canales digitales la organización advierte que la RAAS “es una estrategia de la dictadura de Maduro para reprimir que se sustenta en la doctrina de Seguridad Nacional, definiendo un enemigo interno. ¿Quién? Tú que exiges derechos. Tú descontento con el costo de la vida. Quieren convertirte en un sapo (delator) que denuncie vecinos”.

Por otra parte, según los integrantes del Observatorio de Conflictividad Social “esta Red está enmarcada en la doctrina de Seguridad Nacional en la que todos los ciudadanos que intentan hacer contraloría social, exigen y defienden derechos humanos o que expresan críticas a la gestión pública o adversan políticamente al gobierno son identificados como enemigos internos”.

Según Marcos Ponce, coordinador del Observatorio de Conflictividad Social “la RAAS viene a complementar el sistema de represión instaurado por Nicolás Maduro a través del Plan Zamora 200 con el que se institucionalizó la actuación conjunta de fuerzas militares, fuerzas milicianas y civiles armados en funciones de control de orden público o en cualquier otro ámbito que decidan es de su interés. Esta institucionalización es una confirmación de ese sistema represivo que viene implementando el Estado venezolano. La activación del Plan Zamora promovió y consolidó el recrudecimiento de la represión mediante la actuación conjunta de funcionarios de seguridad del Estado, grupos paramilitares y grupos de choque que amenazaron y agredieron a manifestantes.”

Reeditando al Ley Sapo

Obligar a los ciudadanos a realizar inteligencia social es un viejo anhelo del chavismo. En el año 2008 el gobierno de Hugo Chávez intentó implementar la Ley del Sistema Nacional de inteligencia y Contrainteligencia. Coloquialmente esta Ley fue bautizada como la “Ley Sapo (ante la presión social Chávez tuvo que derogarla en junio de 2008).

Esta ley contenía la obligación de cualquier persona a cumplir labores de inteligencia social si así lo solicitaban las autoridades o ser enjuiciados por la Fiscalía en caso de negarse.

A pesar que la ley fue derogada Maduro comenzó a aplicar algunos de sus elementos en el año 2014 coincidiendo con las primeras señales de críticas de integrantes del Alto Mando Político de la Revolución a su gobierno, pero también desde las principales estructuras sociales del régimen.

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Para contener las críticas en las bases Maduro decidió crear cuantas de correo electrónico y se habilitaron números de teléfonos especiales “para que los militantes denuncien a los infiltrados, espías o disidentes y purgar así la formación chavista”.

Esta estructura se sigue utilizando para alimentar las denuncias que reciben los cuerpos de inteligencia o incluso como parte de la producción de programas de radio y televisión dirigidos por los integrantes del Alto Mando Político de la Revolución quienes han bautizado a los delatores de supuestas actividades conspirativas contra el gobierno como “patriotas cooperantes”

CDR a la venezolana

Oficialmente los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) se crearon en Cuba en 1.960. Formalmente tienen una estructura centralizada, que incluye el funcionamiento de un CDR por cada cuadra.

El presidente de cada CDR (un militante revolucionario comprobado) es el encargado de entregar la información de los ciudadanos de su cuadra a los órganos de inteligencias que lo soliciten, así como llevar control de las actividades de todos sus vecinos.

Aunque desde el gobierno cubano se asegura que los integrantes de los CDR solo participan en actividades para promover de salud e higiene y en jornadas para apoyar a la economía y fomentar la participación de los ciudadanos en asambleas o elecciones, esta estructura social ha sido ampliamente denunciada como un mecanismo de vigilancia o espionaje colectivo contra los enemigos de la Revolución Cubana.

Incluso, en los reportes de Amnistía Internacional se asocia a los integrantes de los CDR con los llamados “actos de repudio”, en los cuales se usa el abuso, la intimidación y las agresiones físicas en contra de los ciudadanos sospechosos de ser contra revolucionarios.

Aunque las similitudes entre la RAAS y los CDR puede resultar evidente el chavismo la niega abiertamente.

Según Francisco Ameliach (mayor retirado del ejercito venezolano, ex presidente de la Asamblea Nacional, ex ministro de la Secretaria de la presidencia de Hugo Chávez y ex coordinador de organización del PSUV) el objetivo de la RAAS “es coordinar en cada comunidad, en cada calle, las acciones entre el Estado y las organizaciones del Poder Popular en procura de la mayor suma de felicidad posible de sus pobladores y alcanzar los niveles de organización, conocimiento y destreza necesarias para la defensa territorial en los 7 ámbitos que establece el texto constitucional.

Según la explicación de Ameliach, en el diseño de la RAAS se aplicó la teoría del “punto y circulo planteada por Hugo Chávez, definiéndose más de 13 mil puntos de referencia sobre todo el territorio nacional, y partiendo de estos, se determinó un radio de acción para cada punto, logrando hasta la fecha (septiembre de 2018) la identificación y registro de más de 42 mil comunidades y más de 215 mil calles o sectores que conforman la RAAS”.

Ameliach sostiene que “ante las nuevas amenazas de agresión proferidas por el imperio y sus lacayos, nuestra Nación implementa la estrategia de defensa de todo el pueblo en todos los ámbitos, siendo la RAAS fuerza fundamental para el éxito de esta estrategia en cada comunidad en cada calle”.

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