MIAMI.- “Las buenas historias atrapan a los lectores”, asegura el escritor colombiano Marco T. Robayo. Aunque en tiempos de distracciones, de redes sociales, películas y series, leer un libro se hace cada día un acto más extraño, una buena trama logra silenciar el vacío. Así lo hace El gran genocidio: ¿Descubrimiento o exterminio?, que ve la luz en su cuarta edición por la Editorial Planeta. La novela aborda un tema polémico, una herida que no cierra aunque hayan pasado cientos de años. Una herida que se activó cuando en 2015 hallaron el galeón San José en aguas territoriales de Colombia y pronto se convirtió en la manzana de la discordia, pues España, Perú y Colombia han reclamado aquel tesoro valorado en diez mil millones de dólares.
Novela de Marco Robayo narra "el gran genocidio" en América
La letra, el idioma y la religión, se asentaron en América Latina con mucha sangre, cadenas, latigazos y saqueos. La virginidad de esta tierra fue arrancada con violencia en nombre de la Corona española. Un continente americano, poblado durante miles de años por los nativos de estas tierras, fue “descubierto” a la fuerza. Algunos le llaman aculturación, otros transculturación. Como se lee al inicio de la novela, “más de setenta millones de indígenas” murieron debido a la conquista española.
Así lo describe la propia editorial en la nota de contraportada: “En América hay una historia que no ha sido contada, la de los nativos, la de los indios que se quedaron sin tierra y sin familia, los que desaparecieron por ser diferentes. Samuel es un abogado de una prestigiosa firma de la capital, pero también es un descendiente de los muiscas, de los pocos que sobrevivieron al ‘descubrimiento’. Junto a su mejor amigo y un equipo de apasionados profesionales trabajarán en un proyecto en el que el objetivo es demandar a la Corona española para que respondan por el gran genocidio que sucedió hace cientos de años”.
Marco T. Robayo hace un acto de justicia personal al narrar la Historia con una amplia investigación de fondo, y llevar a la ficción una búsqueda de respuestas en la actualidad. Con un excelente dominio del género de novela histórica, el autor combina en esta ocasión los hechos del pasado (pasiones truncas, peleas, piratas, disparos y el hundimiento del galeón San José) con el presente (la investigación de Samuel Piracún y el laberinto legal para llevar el caso a la Corte Penal Internacional).
Además, logra hacer convivir a personajes ficticios e históricos separados por 500 años. El protagonista, con su demanda en contra de los abusos del pasado, pelea contra la corriente, con obstáculos enormes y cuestiones legales y humanas, donde la verdad es peligrosa y pocos quieren escucharla.
Allí donde los intereses de varios países pueden inclinarse por el valor económico del tesoro del galeón, Robayo insiste en el reconocimiento primario de que se trata de un hallazgo cultural. Ese es el resorte principal que impulsa la incesante búsqueda de justicia en Piracún y su equipo para demandar a la Corona.
¿Qué llevó al autor a abordar este tema? “Cada año, alrededor del 12 de octubre, se crea un disyuntiva a ambos lados del Atlántico con respecto al tema de la llegada de los españoles a América hace más de cinco siglos. Una gran parte de la población latinoamericana se manifiesta en contra del calificativo de descubrimiento con que los historiadores han denominado el suceso, que derivó en el aniquilamiento de más de 90 millones de aborígenes y la desaparición forzada de muchos grupos tribales, considerándolo una invasión que generó saqueos, violación, muerte y destrucción de varias culturas”, destacó Robayo.
“En España los detractores de estas corrientes aducen que se trata de un intento por incentivar la Leyenda Negra con un claro desconocimiento de su gestión en América, en la que legaron una religión, un lenguaje y una arquitectura para el desarrollo de las comunidades indígenas. Consideran que es una posición egoísta y desagradecida en su contra”, explicó el escritor, que suma entre sus novelas Scarlett, Una vida para Steven y Piel de ébano.
Es por eso que decidió “investigar si en realidad existía una parte de la historia que no nos fue contada. Encontré una serie de elementos, que introducidos sutilmente en la novela histórica, nos brindan una percepción de lo que sucedió a través de varios siglos en esta parte del mundo”.
Amén de que las cicatrices del pasado, para Robayo, el mejor modo de hacer justicia es “el diálogo y el perdón”. Según detalla, “no puede haber espacio para disputas entre pueblos hermanos. Sin duda un sector debería pronunciarse y aceptar su responsabilidad en los hechos. Los descendientes de muchos pueblos nativos esperan un resarcimiento de lo que consideran fue un genocidio. Sería pertinente una mesa de concertación en donde cada parte exponga sus puntos de vista y concilien en un marco amigable y de paz”.
Como explica el autor de esta novela, “han salido dos ediciones de la versión estándar, una de libro de bolsillo y una de Plan Lector”, de modo que ya suman cuatro ediciones, índice de la gran demanda de este título.
Por estos días el autor trabaja en otra novela histórica, en la línea de Piel de ébano, desarrollada en la América de inicios del siglo XVII, donde la brujería y la Inquisición tenían un lugar protagónico. Asimismo, prepara el lanzamiento de su novela El hombre en el espejo (Editorial Planeta) durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá, en agosto.
El gran genocidio se puede encontrar en librerías de EEUU y América Latina, en versión audiolibro a través de fonolibro.com, y en línea.
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