La plataforma china TikTok, asociada al conglomerado coterráneo Bytedance, ha estado bajo controversia en Estados Unidos desde hace más de 6 años.
Durante los cuatro procesos judiciales que se levantaron en contra del ahora presidente de EEUU, TikTok, medios conservadores y la red social X fueron un freno para la propaganda demócrata
La plataforma china TikTok, asociada al conglomerado coterráneo Bytedance, ha estado bajo controversia en Estados Unidos desde hace más de 6 años.
Primero fue objeto de acusaciones por informes de inteligencia, no sólo de EEUU sino de varios países entre el 2018 y 2023, que daban cuenta que la presunta empresa de entretenimiento podía o estaba recabando información importante de consumidores en todo el mundo para el régimen comunista de China.
Y luego, recibe tiempo suficiente para hallar un comprador estadounidense y así poder continuar sus operaciones en Norteamérica.
El gigante asiático ha arreciado en sus últimos años su espionaje contra el mundo occidental, en especial contra EEUU y con claras intenciones de desplazarlo de la hegemonía del planeta como potencia económica, militar, de comunicaciones y respecto a su control geopolítico.
Hasta hoy no lo ha logrado. Su frustración puede ir en dos direcciones: convencerse de que lo más recomendable es la quietud y la resignación o desatar mayores acciones contra Washington.
El presidente Donald J. Trump, en su primer período de mandato (2017-2021), y después el gobierno de Joe Biden emprendieron acciones para prohibir la plataforma de entretenimiento en EEUU.
Sin embargo, en el 2024 TikTok asumió un rol importante durante la guerra de la extrema izquierda para evitar que Trump llegara a la presidencia del país; y junto a X (antes Twitter), de Elon Musk, se convirtió en un medio de enfrentamiento a las campañas de los radicales de izquierda contra el entonces candidato republicano a las primarias.
Durante los cuatro procesos judiciales que se levantaron en contra del ahora presidente de EEUU, TikTok, medios conservadores y la red social X fueron un freno para la propaganda demócrata, alineada a una agenda progresista (socialista).
Tiktok no sólo ayudó a romper la censura de la mayoría de las plataformas digitales cuando la información beneficiaba a Trump y a los republicanos, sino que impulsó entre millones de jóvenes estados de opinión sobre temas puntuales en EEUU, respecto al destino del pueblo estadounidense y de los valores conservadores en los que se fundó la Gran Nación Americana.
Al mismo tiempo, en el Congreso en Washington se aprobaba en 2024 de forma bipartidista una ley que daba un plazo de 90 días a los dueños de TikTok para vender la empresa a una firma norteamericana o dejar sus operaciones en EEUU.
El plazo se cumplía días después de la toma de posesión de Trump, pero antes, el nuevo jefe del ejecutivo en Washington firmó una extensión por 75 días en busca de un acuerdo para que TikTok no tuviera que salir de EEUU.
ByteDance negó las acusaciones e incluso buscó paralizar la ley con una apelación de sentencia ante la Corte Suprema de Justicia del país, en la cual alegaba que la ley era inconstitucional y atentaba directamente contra la libertad de expresión y la democracia en EEUU. Sin embargo, el Máximo Tribunal en Washington falló a favor de la legislación aprobada en ambas Cámaras legislativas.
Por lo que se vió hasta ese momento, la plataforma ha ganado millones de adeptos conservadores y representa un fuerte obstáculo frente a los planes de la izquierda en su agenda globalista, en algunos temas antiamericana.
Si lo hizo porque sabía que Trump llegaría a la Casa Blanca, que es lo más lógico pensar, de cualquier manera TikTok es ahora otra plaza importante contra el globalismo las agendas Woke o el llamado socialismo del siglo XXI.
Tal vez el presidente, basándose en nuevos informes diferentes al paso de los años, puso en una balanza si TikTok significaba más un beneficio que un peligro para EEUU.
Se sabe que la versión de software con la que opera TikTok en todo el mundo está prohibida en China y funciona con otro nombre y múltiples regulaciones, además de otro sistema operativo.
Eso levanta serias dudas sobre el control que ejerce el régimen de Pekín sobre Bytedance, su empresa matriz radicada en China.
Pese a que varios empresarios estadounidenses se mostraron interesados, ninguna oferta de compra convenció al régimen asiático en meses anteriores.
El 4 de abril, el jefe de la Casa Blanca extendió el plazo para TikTok en EEUU otros 75 días, hasta el 19 de junio, pero en esa misma fecha firmó una nueva orden con otro margen por 90 días hasta el 17 de septiembre de 2025.
Y es que varios multimillonarios, entre ellos Elon Musk anunciaron intenciones o la probabilidad de unirse para quedarse con la mundialmente famosa TikTok, que cuenta con unos 1.800 millones de seguidores, de acuerdo con datos de Primeweb hasta finales de mayo de 2025.
En Estados Unidos la cifra es de 174 millones de seguidores. Sin embargo, datos recabados en enero de 2025 indicaron 136 millones.
Pero no son los seguidores lo que más le interesa a TikTok en EEUU, sino su enorme mercado potencial, económico y propulsor de asuntos de gran interés a nivel mundial. De ahí que cientos de miles de personas en EEUU hayan convertido a TikTok en su principal fuente de ingresos financieros, tanto en la creación de contenidos de toda índole como en promociones y ventas de productos. Otro de los motivos que han estudiado los asesores del Presidente para su cambio de postura respecto a años atrás.
La plataforma recompensa monetariamente a suscriptores mediante su Fondo para Creadores, pero paga por las visualizaciones, no por la cantidad de seguidores. Sí exige requisitos como tener al menos 10.000 seguidores y 100.000 visualizaciones en los últimos 30 días.
Si los demócratas tienen un interés especial y muy marcado en prohibir la plataforma, no es por seguridad nacional; lo demostraron con una frontera abierta durante cuatro años con el menor rigor de vigilancia y por donde entraron en forma total, se estima de manera oficial, 21 millones de personas.
La izquierda busca prohibirla porque ya no le sirve ni responde a sus intereses políticos. Otra razón de peso para el enfoque de los republicanos sobre TikTok.
El domingo 29 de junio, Trump anunció haber encontrado un comprador para TikTok.
Según declaró en el programa Sunday Morning Futures de la cadena Fox News, la empresa interesada es una “gran tecnológica muy poderosa”, cuyo nombre se revelará en las próximas dos semanas. Sin embargo, advirtió que probablemente será necesario obtener también el visto bueno del régimen de Xi Jinping.
El líder republicano dijo que en las próximas dos semanas se sabrían públicamente los detalles y quién o quiénes eran los compradores.
La única razón por la que TikTok continúa activo en EEUU es que Trump ya lleva tres órdenes ejecutivas para frenar la prohibición.
Todo indica que TikTok se librará de ser proscrito en EEUU, si finalmente es adquirida por una empresa o un grupo de inversionistas norteamericanos. Habría que ver si esto saca a la plataforma definitivamente de la polémica o es simplemente una curita en una herida que no sana. Pero además falta aún la aceptación del chino Jinping en el supuesto convenio, que hasta ahora se ha mostrado reticente.
Si ocurre lo contrario, deben terminar aquí de forma casi segura las opciones para que el gobierno del presidente Trump pueda salvar a TikTok, porque el desgaste en un tema es lo menos aconsejable para la Casa Blanca en este mandato.
FUENTE: Con información de AFP y otras fuentes