domingo 25  de  mayo 2025
ELECCIONES

Del comercio a la política, la apuesta de una aspirante al distrito 3 de Miami

Brenda Betancourt integra un grupo de siete postulantes inscritos hasta el momento para la posición que dejará vacante el comisionado Joe Carollo en Miami

Por DANIEL CASTROPÉ

MIAMI. - Las elecciones municipales del 4 de noviembre en Miami se perfilan como una contienda decisiva que no solo determinará el futuro liderazgo de la ciudad, sino que también podría reconfigurar las dinámicas políticas de la Comisión local, en medio de un clima de crecientes tensiones entre los actuales miembros del órgano legislativo de la Capital del Sol.

Además de ocho candidatos por el cargo de alcalde hasta el momento, estarán en disputa dos escaños de la Comisión. Siete contendientes hasta la fecha de esta publicación buscan la silla que dejará vacante el comisionado Joe Carollo en el distrito 3: Oscar Alejandro, Yvonne Bayona, Brenda Betancourt, Frank Carollo, Rolando Escalona, Denise Gálvez Turros y Robert Franklin (Rob) Piper III.

DIARIO LAS AMÉRICAS conversó con la candidata Brenda Betancourt, actual presidenta de la Cámara de Comercio de la Calle Ocho, quien dijo aspirar a ese cargo público para revertir lo que considera un “deterioro en la gestión de la Ciudad” y mejorar la calidad de vida de sus residentes y comerciantes.

Crítica a la burocracia

Betancourt fundamentó su decisión de postularse en lo que describió como “el cambio tan drástico que tiene la Ciudad de Miami”, una transformación que, a su juicio, “afecta el diario vivir de las personas comunes”.

Sostuvo que son los funcionarios electos locales quienes tienen el mayor impacto en la vida cotidiana, al ser responsables de “las aceras, las calles, toda la infraestructura de la ciudad, las multas, los impuestos, las leyes nuevas y los permisos que se deben obtener”.

Su principal crítica se dirigió a lo que describe como “creciente y excesiva burocracia” que enfrentan los emprendedores. Ilustró este problema detallando el engorroso proceso actual para abrir un negocio.

“Ahora”, explicó, “para simplemente tener o abrir una oficina, una persona debe primero obtener un permiso de construcción (building permit) de la Ciudad”.

Esto, según Betancourt, implica contratar arquitectos e ingenieros para elaborar planos y realizar un survey, costos que pueden ascender a “unos 10.000 dólares”.

Acorde con su descripción, solo después de este paso, se puede solicitar el certificado de uso, pagar el impuesto municipal correspondiente y, “como si fuera poco”, tramitar un life safety permit (permiso de seguridad de la vida)”.

Este proceso que califica como laberinto burocrático contrasta, según dice, con el pasado cuando “solo necesitabas el certificado de uso y un impuesto que se le paga a la Ciudad".

Betancourt expuso este cúmulo de requisitos –que pueden sumar entre 20.000 y 30.000 dólares, dependiendo del tamaño de la propiedad, antes de poder siquiera operar– como una “barrera insostenible”.

De ser electa, afirmó, se compromete a simplificar estos procesos, ya que, como dueña de negocios, dijo comprender el lastre que representa esta “burocracia que va en contra de la comunidad, en contra de los pequeños negocios”.

Seguridad ciudadana

En opinión de Betancourt, la criminalidad es uno de los problemas más acuciantes en el distrito 3. Según lo aprecia la candidata, este fenómeno “ha subido”, especialmente a zonas neurálgicas como el corredor entre Brickell y la Pequeña Habana, particularmente en el área bajo la autopista I-95.

Betancourt fue enfática al señalar que la raíz del problema no reside en una supuesta ineficacia policial, sino en una crítica escasez de unidades policiales: “No es que la policía no esté haciendo su trabajo, es que no tenemos (suficientes) policías”, apuntilló.

Para sustentar su afirmación, la aspirante a comisionada se refirió a una estadística precisa: “La gente no sabe que nos falta un 35% de la cantidad de policías que deberíamos tener en este momento”.

Esta deficiencia, explicó, tiene un impacto fuerte. “En el sector de la Pequeña Habana, solo contamos con seis policías, incluyendo al sargento. Si surge un problema, solo pueden acudir dos, quedándonos con apenas tres oficiales disponibles”, dilucidó.

Identificó como una de sus mayores preocupaciones la escasa capacidad de respuesta policial, conforme a lo manifestado a nuestro rotativo, como eje central de su propuesta de gobierno.

Infraestructura y Calle Ocho

La candidata de origen hondureño expresó una profunda preocupación por el estado de la infraestructura en el distrito y denunció que las “calles se inundan desde hace más de 40 años, no se arreglan y los sistemas de alcantarillado no se renuevan”.

Citó como “único avance significativo” una intervención estatal en las calles Flagler y Primera, obra que se ejecutó a partir de 2021, porque, en su opinión, esas vías de Miami “eran un desastre por años”.

Con respecto a la emblemática Calle Ocho, que considera “una marca” de la ciudad y donde asegura haber tenido participación en iniciativas como el ‘Viernes Cultural’, lamentó que “no se haya construido ni un solo hotel en los últimos 20 años o más”.

Desde su punto de vista, esta carencia impide que los turistas puedan pernoctar en la Pequeña Habana y sumergirse plenamente en la vida de sus negocios y su gente.

Criticó también las limitaciones impuestas por una ley municipal que prohíbe que los autobuses turísticos (de dos pisos) permanezcan en la Calle Ocho, lo que considera, “habría impactado el flujo de visitantes, pasando de casi 5.000 diarios a unos 3.500 y 3.800”.

Su proyección para la Calle Ocho incluye la construcción de hoteles para “darle vida a la Pequeña Habana”, con una “visión que fomente la expansión de restaurantes y una vibrante oferta de ocio nocturno”.

Betancourt define como objetivo “que podamos tener una vida nocturna, y contar con más restaurantes, bares, y ofrecer un mejor entretenimiento, incluyendo obras de teatro. El turismo quiere más de Miami, y la Pequeña Habana siempre ha carecido del apoyo necesario para que los turistas se queden y gasten su dinero en sus establecimientos”.

Importancia del voto local

La candidata hizo un llamado a la ciudadanía para que reconozca el impacto directo de las elecciones locales en su calidad de vida.

Argumentó que, si bien las elecciones presidenciales y estatales son importantes, “el diario vivir de nosotros lo afectan los comisionados”.

Además, enfatizó que son las decisiones tomadas en la Comisión Municipal, y no tanto por el alcalde –quien “no hace leyes, ni hace ni quita”– las que verdaderamente moldean el entorno inmediato de los residentes.

“Todo lo que tiene que ver con policía, bomberos, es decir, la cotidianidad en Miami se ve afectado por las decisiones de los comisionados”, insistió, lamentando la frecuente subestimación de este nivel de gobierno por parte del electorado.

Campaña independiente

Betancourt remarcó su independencia política con una declaración contundente: “No quiero tener el sello de nadie. No lo he pedido”, a lo que sumó que su decisión de no buscar el respaldo de figuras políticas responde a su deseo de no sentirse comprometida.

En ese sentido, la candidata rechazó la idea de un “doble estándar” donde un candidato critica a un funcionario en privado, pero acepta su apoyo público. “No quiero traerme lo malo que ellos han hecho”, aseveró, insistiendo en que su único compromiso es “con la gente”, no con estructuras partidistas o grupos de poder.

Describió su candidatura como producto de “una campaña pobre”, financiada a través de pequeñas donaciones –“que me donen 5 o 10 dólares”– y mediante la recolección de firmas ciudadanas para calificar, en lugar de depender de grandes contribuciones políticas.

“Soy muy clara y me puedo parar en cualquier esquina de este país, porque no tengo nada que la gente me pueda reclamar. Y no me refiero solo a la Pequeña Habana, donde todo el mundo me conoce. No tengo nada que ocultar ni nadie puede decir que he actuado en su contra o en beneficio indebido de otros. No lo hago”, afirmó.

Raíces y recorrido

Nacida en La Ceiba, Honduras, y residente en Miami desde que su padre la trajo en 1994 gracias a la amnistía del presidente Ronald Reagan, Betancourt se define con orgullo como “hondureña”.

Su trayectoria profesional es diversa: broker comercial con licencia por casi dos décadas, empresaria y, durante los últimos ocho años, presidenta de la Cámara de Comercio de la Calle Ocho, donde su labor ha consistido en “guiar, ayudar y apoyar a los negocios afiliados e incluso a los no afiliados”.

Su implicación en la política se extiende a los ámbitos local, estatal y federal, tras su participación en “tres campañas presidenciales” y representando actualmente al gobernador de Florida, Ron DeSantis, en su Comité de Fe y Religión.

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