lunes 20  de  enero 2025
MIAMI-DADE

Fabio Andrade: un colombiano que "vuela alto" por amor a los demás

El fundador de The Americas Community Center llegó a EEUU cuando tenía 8 años y es hoy un activista comunitario incansable que ayuda a muchos recién llegados a establecerse en el país
Por DANIEL CASTROPÉ

MIAMI.- Fabio Andrade es un colombiano que ha vivido más tiempo en los Estados Unidos que en su país de nacimiento, conocido en el sur de la Florida como el fundador de The Americas Community Center, pero también como un hombre cuya pasión es servirle a los demás para que todo el que viene al “país del Tío Sam” pueda cumplir “el sueño americano”.

Si algo tiene claro, y es una premisa inviolable en la existencia de este activista colombiano, es que “la vida es mejor cuando se vive con pasión y se ayuda a otros a lograr sus metas”, y aunque en los últimos tiempos ha estado dedicado a su actividad profesional, en el mundo aeronáutico, no olvida que tiene una misión: “ayudar a todo el que pueda ayudar”.

El servicio a los demás, por encima de sus intereses personales, es un legado de sus padres que siempre le inculcaron el principio de “tenderle la mano al prójimo”. Asimismo, una máxima del expresidente John F. Kennedy ha marcado su desempeño como líder social: “No preguntes qué puede el país hacer por ti, sino qué puedes hacer tú por el país”.

Considera una de sus grandes hazañas haber dirigido el vuelo a Guatemala del papa Juan Pablo II, en 1986, hecho que lo hizo sentir “un gran afortunado” al transportar a quien él califica “el pasajero más importante en la Tierra”.

De 58 años, criado en la cultura estadounidense desde los 8, Andrade está casado hace 35 años con Lucía y es padre de dos hijas que le han dado la oportunidad de ser abuelo de dos nietos que, según sus propias palabras, “son mi vida entera”.

¿Qué nos puede decir de los inicios de Fabio Andrade en los Estados Unidos?

Yo llegué a este país a los 8 años, a Nueva York, en 1967. Más tarde regresamos a Colombia, en 1975. Mis padres son de son de Bogotá. Somos ocho hermanos. Cuando regresamos a Colombia, volví a estudiar high school, y después me dediqué a estudiar aviación. Luego me vine a Los Ángeles, saqué mi licencia de piloto privado, me casé con Lucía, una mujer excelente; y tengo dos hijas que nacieron en California. Después entré a trabajar con TACA. Por ese entonces vivíamos en Nueva York. Yo no vine de país porque fui perseguido. Nací en Colombia y desde niño me vine para acá. Por eso mi experiencia es distinta y mucho más bonita que la de mucha gente que viene huyendo por problemas de violencia u otros motivos.

¿Tiene alguna anécdota especial de esos primeros años en Estados Unidos?

Mi papá tuvo 23 hermanos. Yo los recibía a todos en Nueva York y salía en una bicicleta a buscarles trabajo porque no hablaban inglés. Yo apenas tenía 12 años, y los ayudaba a conseguir casa, apartamentos y cualquier cosa que necesitaran. Eso me enseñó a ser servicial en ese sentido.

¿Cómo se convierte Fabio Andrade en ser un líder comunitario?

Cuando llegué a Miami desde Nueva York, en 1995, y el éxodo de colombianos hacia el sur de Florida estaba en auge, fue entonces cuando vi las necesidades que tenían los recién llegados de ser guiados e informados. Mucho de ellos eran profesionales que requerían una orientación para rehacer sus vidas. Estaban mal informados y comenzamos a educar a ese profesional en asuntos de negocios, empleo, cultura, inmigración, y otros temas, para facilitar su adaptación a la sociedad norteamericana. Trabajé con la campaña de Alex Penelas para la alcaldía de Miami-Dade. Me identifiqué con él y me metí de lleno a trabajar por la comunidad impartiendo charlas y haciendo eventos para ayudar a la gente.

Y así es como nace The Americas Community Center… ¿Cómo puede usted resumir la misión social de esta organización?

Nosotros somos una organización pequeña, que trabaja de una manera muy efectiva. Nuestro centro ofrece desayunos todos los miércoles, en Weston, y los jueves, ocasionalmente, en Doral a unas 59 personas. Nosotros ayudamos a gente que sigue llegando de Colombia, desde finales de los 90 y 2000, gente que se venía por falta de seguridad. Hoy día la gente dice que no hay futuro en Colombia. Los millenials (los jóvenes nacidos en los 1990) creen que en Colombia se acabó el futuro. También estamos ayudando a muchos venezolanos. En Weston el 30% de la gente a la que le proveemos servicios vienen de Venezuela, el 20% de Colombia y el resto de otras nacionalidades. Hemos creado un comité que solo se dedica a los temas de los venezolanos y a ellos se les ayuda bastante.

¿Cómo mezcla su actividad profesional con el servicio a los demás?

He bajado un poco el trabajo social; soy consciente de eso y tengo que balancear más los tiempos. Actualmente soy vicepresidente de Servicio Terrestre de la aerolínea Dynamic International Airlines, que es estadounidense, propietaria de seis aviones Boeing 767. Trabajar para la comunidad es lo que más me gusta, pero también tengo otros compromisos. Sin embargo, yo pienso que todos en la vida tenemos que dejar algo y yo quiero dejar un legado de servicio. También soy fanático de mantener buena salud para no llegar a la vejez con malestares, por eso monto en bicicleta como ejercicio diario. Es una disciplina que me da la energía para trabajar todo el día, aunque algunas veces no tenga el tiempo suficiente para hacerlo.

Una de sus grandes hazañas fue trabajar cerca del papa Juan Pablo II. ¿Cómo recuerda ese grato episodio de su vida?

Yo tuve la gran oportunidad y la bendición de haber trabajado en el vuelo del papa Juan Pablo II en 1986. Fui el único funcionario estadounidense invitado para acompañarlo durante su visita a Guatemala. Estuve con él tres días; lo recibí, lo atendí y lo despaché. Yo era responsable del vuelo, y se le sentía el aura de Dios en la Tierra. Eso fue muy impactante para mi vida. Sentí que era un ser fuera de todo ser humano. En ese entonces yo estaba muy comprometido con la aviación, pero luego de estar al lado de Juan Pablo II sentí que ya había cumplido mi misión, que le había dado la atención al pasajero más importante en la Tierra y que había culminado una etapa de mi vida. Entonces me entregué más al servicio de los necesitados.

¿Cuál ha sido la batalla más fuerte de Fabio Andrade como activista comunitario en este país?

Fue muy difícil cambiar la imagen que tenían los colombianos en los Estados Unidos. Mucha gente nos identificada como mafiosos. Nosotros emprendimos una campaña para mostrar al colombiano como gente trabajadora. Nosotros también tomamos como nuestra la causa de Israel Hernández [grafitero que murió a manos de la Policía en Miami Beach]. Yo pienso que las autoridades se salieron con la suya, nadie ha respondido. Esas protestas no se dieron como se tenían que dar, y todavía otros salen, destruyen y sigue el abuso de autoridad.

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