Ni los superhéroes pudieron salvar una temporada estival muy negativa para la taquilla en Estadso Unidos, con un descenso del 15% con respecto a 2013
Hugh Jackman con Wolverine en "X-Men: Days of Future Past". (CORTESÍA)
Los superhéroes ya no son suficiente argumento en Hollywood. Ni todos sus poderes han sido capaces esta vez de darle la vuelta a una tendencia u2018in crescendo u2019 que pone en riesgo, hasta cierto punto, el futuro de las películas y que promete modificar el panorama actual. No son predicciones de agoreros sino una sensación de crisis del cine de estudio amparado en los números de este verano, que registró un descenso del 15% en la recaudación en taquilla con respecto al año pasado. n
No sólo es una debacle en relación al estío de 2013 sino un muy mal resultado en términos históricos, una situación comparable con la de 1997, hace ya 17 años, cuando la maquinaria no giraba en torno a los héroes de Marvel y las franquicias de presupuestos monumentales capaces de superar los mil de millones de recaudación en todo el mundo.
De hecho, entre los puentes de mayo y septiembre, las dos fechas que marcan el inicio y el final del verano en EEUU, ninguna película logró superar la barrera de los 300 millones de dólares en las salas de cine nacionales, algo que no ocurría desde 2001. Eso pese a que Hollywood rellenó el calendario con apuestas ganadoras sobre el papel, títulos como Transformers: Age of Extinction, la segunda parte de la nueva saga de Spiderman, otra entrega más del planeta de los simios y la séptima deX-Men. n
Nada tronó como The Avengers el año pasado o incluso como Harry Potter, sagas que arrastraban masas de antemano y que han provocado un descenso notorio en los números. u201cHa sido decepcionante por el hecho de que no haya habido una película que haya superado los 400 millones de dólares a nivel nacional u201d, indicó al Los Angeles Times Bruce Nash, fundador del portal Numbers sobre el devenir de la taquilla en la industria del cine. u201cSin grandes títulos, los números bajan de forma inevitable u201d. n
Es un hecho que los expertos del sector atribuyen a diversos factores, como la sempiterna cuestión de los precios de las entradas regulares, con un coste de $10 de media y $15 en cines de grandes ciudades. Eso por no mencionar la caída constante de las tres dimensiones, que James Cameron auguraba como el futuro innegable de los largometrajes y que de momento se ha quedado en intento fallido. n
Otros señalan la falta de títulos atractivos para el público, en una industria que acostumbraba a enganchar a los espectadores con los trailers en las salas de cine. u201cAl final todo tiene que ver con contenido, y ese contenido simplemente no fue tan bueno como en años anteriores u201d, aseguró Eric Handler, analista de entretenimiento de la firma MKM Partners. n
Se notó también la falta de nuevos títulos con opciones a convertirse en franquicias, con excepción de Guardians of the Galaxy, que con su aire fresco y sus actores jóvenes conectó con las nuevas generaciones y se impuso como el mayor éxito estival. En total, recaudó $281 millones en EEUU y $554 millones en el resto del planeta, con un presupuesto de $170 millones. n
También se echaron en falta las películas animadas que siempre ayudan a que la familia se pase por los cines, una escasez de títulos llamativos en general que no fue suficiente para competir con plataformas digitales como Netflix y Hulu, la forma de entretenimiento en casa que, de acuerdo al vox populi, está matando la asistencia a las salas de cine. n
Con un valor bursátil que se ha multiplcado por 11 desde 2009, Netflix ha acentuado la crisis del cine y se ha sumado al carro de la era dorada de la televisión, no sólo produciendo de forma exclusiva series de moda como House of Cards y Orange Is The New Black, sino ofreciendo por menos de $10 al mes series enteras como Mad Men o Breaking Bad, televisión de calidad a la carta que ha convertido el plan del cine en una opción secundaria para muchos consumidores. n
Quizá por eso el director de Iron Man, Jon Favreau, iba incluso más lejos al asegurar que la industria está cambiando de tal manera que hacer cintas pequeñas como la estrenó recientemente, Chef, la historia de un prestigioso cocinero que abandona su puesto en un restaurante de lujo para montar un camión de venta de comida rápida, se está convirtiendo en una rareza y un privilegio. n
u201cPor suerte aún hay hueco para esta clase de películas, pero no sabemos por cuánto tiempo u201d, señaló, reflejando el miedo existente en Hollywood a producir cintas románticas o comedias arriesgadas como las de antaño. Se apuesta sobre seguro sabiendo que ya ni siquiera la fórmula de los superhéroes es totalmente confiable.