domingo 17  de  marzo 2024
CONVENCIÓN DEMÓCRATA

Hillary Clinton apuesta por recuperar la confianza perdida

En la más reciente encuesta de CNN, realizada entre el 22 al 24 de julio, 68% opinaba que las palabras honestidad y digno de confiar no aplicaban para Clinton, mientras 55%% opinaban lo mismo sobre Trump.

VERÓNICA EGUI BRITO
Especial

@VeroEgui
 

44 años han pasado desde que una mujer demócrata, Shirley Chisholm, intentara postularse como candidata a la presidencia de Estados Unidos. 32 años transcurrieron desde que otra, Geraldine Ferraro, en ese partido fuese la compañera de fórmula presidencial. Pero hoy con Hillary Clinton se marca un nuevo hito, llega la primera en competir por la silla de la oficina oval.

Hace ocho años, los demócratas hicieron historia en llevar a la Casa Blanca al primer afroamericano. ¿Podrán también llevar a la primera mujer?. Clinton sabe muy bien que esta contienda va mucho más allá del género, y así lo demostró en un discurso compacto en el que durante 57 minutos trató de generar confianza en el electorado, mostrando simpatía por las causas comunes, mientras relataba su larga experiencia en el servicio público.

En la más reciente encuesta de CNN, realizada entre el 22 al 24 de julio, 68% opinaba que las palabras honestidad y digno de confiar no aplicaban para Clinton, mientras que lo mismo señalaban 55% sobre Trump.

Una hipotética derrota de Clinton pasaría por razones que nada tienen que ver con su género. Existe un sector anti Obama, seguido del anti establishment. Ser mujer no parece ser su desventaja. “Los estadounidenses están preparados para elegir a una mujer, pero parece que no lo están para elegir a Clinton“, advierte Luis de Lion, abogado especialista en Derecho y Política Internacional.

Apelando a la unidad nacional, y al patriotismo Clinton aprovechó cada oportunidad que tuvo para mostrar su sobresaliente curriculum político mientras desdeñaba las competencias para el cargo de su contrincante republicano, Donald Trump, a quien catalogaba como “bully“ (matón).

Nadie esperaba que Clinton superara la oratoria de sus antecesores de la convención: Michelle Obama, Bernie Sanders, Bill Clinton, Joe Biden y Barack Obama. Pero fue hábil en mostrar a una Hillary más humana, y menos distante, mientras advirtió que EEUU está pasando por un momento de prueba, en el que se han perdido los vínculos de confianza y el respeto se está deshaciendo.

Habló de los temas que más relevancia tienen para el electorado: la economía y la creación de mejores puestos de trabajo, la inmigración, el cambio climático, Wall Street, el terrorismo, y sus gestiones en política exterior como Secretaria de Estado de la Administración de Obama.

“Él (Donald Trump) quiere que tengamos miedo del futuro y miedo de nosotros mismos“, enfatizó Clinton.

En alusión directa a las propuestas migratorias del republicano, destacó que no construirá un muro (fronterizo con México), sino una economía más fuerte para crear mayores y mejores puestos de trabajo. Y sí prometió construir un camino para la ciudadanía de los 11 millones de inmigrantes ilegales que ya están contribuyendo con la economía nacional.

En un gesto hacia los blancos, ese sector demográfico que ha despertado para apoyar a Trump, prometió que no intentaría revocar la segunda enmienda constitucional pero destacó que quiere evitar que alguien le dispare a ellos al no haber regulaciones sobre quienes compran las armas.

Ataque frontal

El presidente Barack Obama, y su vicepresidente Joe Biden fueron encargados de dominar la convención el miércoles, quienes fueron más agresivos con sus ataques frontales contra el magnate de Nueva York.

“Trump promueve la intolerancia religiosa, traiciona nuestros valores, y con su retorica nos haría menos segura. No podemos elegir a alguien que intenta dividir a su país por propios beneficios y es amigo de dictadores como Vladimir Putin“, advertía Biden.

Mientras que Obama apostó por un discurso que apuntaba hacia el futuro de EEUU, y reprochó que Trump quiera gobernar con un estilo autoritario: "Nuestra grandeza, nuestra fuerza, no depende de Donald Trump. No depende de una sola persona. No queremos un César“, enfatizó, mientras señalaba que nunca ha habido nadie (ni siquiera Bill) más calificada que Hillary Clinton para servir como presidente de EEUU.

Pero en una era tan versátil y anti establishment como la actual cabe preguntarse si las palabras de todos ellos atraen al electorado republicano que rechaza la candidatura de Trump, a los independientes que desconfían de ambos partidos y a los demócratas que apoyan a Bernie Sanders.

Muchos, apuestan por la tercera vía con Gary Johnson, del partido Libertario, quien fue gobernador de Nuevo México por ocho años. Más que un voto castigo, esos sufragios estarían orientados a un voto de conciencia sobre dos candidatos que no representan sus necesidades e intereses.

¿Cómo convencer?

Ante un panorama muy incierto, donde las proyecciones hablan de una votación muy cerrada, Clinton tendría que apostar por que su compañero de fórmula, Tim Kaine, y al actual vicepresidente Joe Biden, hagan campaña en los estados con mayoritaria población blanca, “ese es sector de la sociedad que se hartó de ser olvidados. El candidato a vicepresidente es más conservador que muchos republicanos, mientras que el segundo de Obama creció en esa parte del país“, propone Tony Rosado, analista de asuntos estadounidenses y latinoamericanos.

A juicio de Rosado, Clinton tiene que concentrarse en los afroamericanos de esos estados y hacer campaña en otros donde pueda competir legítimamente: Arizona, Carolina del Norte, Colorado, Florida, Nevada, y Nuevo México. Estas seis entidades en conjunto suman 74 de los 538 electores que agrupan los colegios que determinan quién es presidente. Se necesitan al menos 270 para convertirse en Comandante en Jefe.

En dos meses tendrá lugar el primer debate presidencial en el que se medirán no solo insultos sino poder de movilización y de oratoria.

 

 

 

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