MIAMI - Durante un recorrido por el Castillo de los Tres Reyes del Morro, en La Habana, conocido también como la antigua prisión de La Cabaña, el exmilitante cubano Vicente Hernández Brito compartió su testimonio sobre los fusilamientos de presos políticos ocurridos en ese lugar en los primeros años del régimen castrista.
Hernández Brito describió en detalle cómo se ejecutaban las sentencias dictadas por los tribunales revolucionarios. Según su relato, los presos eran trasladados desde sus celdas hasta una zona específica dentro del recinto donde se cumplía el protocolo de ejecución.
“El oficial ejecutor cumplía la sentencia del Tribunal Revolucionario en nombre de la patria y del pueblo”, relató.
En el video, indicó que las ejecuciones se realizaban en un área marcada por sacos de arena y reflectores que, según dijo, se encendían durante cada fusilamiento. Añadió que muchos reclusos escuchaban desde las galeras los disparos, lo que generaba temor y desasosiego entre los prisioneros.
En su testimonio, Hernández Brito también rememoró el caso del opositor Pedro Luis Boitel, a quien aseguró haber acompañado en sus últimos momentos. Según explicó, fue él quien cerró los ojos del joven disidente tras su muerte en la enfermería de la prisión.
"Tortura y represión"
Además, ofreció detalles sobre las condiciones a las que eran sometidos los presos, como la práctica del "salaito", una celda húmeda ubicada bajo un tanque de agua, donde una gota caía constantemente sobre la cabeza del detenido como forma de tortura.
Los prisioneros políticos eran torturados en ese sitio donde "no te podías mover, no te podías quitar la gota de río (...) volvían locos a la gente", puntualizó.
También hizo referencia al uso de objetos improvisados para golpear a los prisioneros y a las sanciones impuestas por tenencia o tráfico de divisas, que podían alcanzar varios años de prisión por montos mínimos.
Hernández Brito finalizó su testimonio con reflexiones sobre el impacto de la revolución en su vida, expresando desencanto y crítica hacia el sistema que ayudó a construir y que, en sus palabras, traicionó las promesas hechas a los ciudadanos.
Preparación militar
Durante su testimonio, Hernández Brito también denunció que, bajo el régimen cubano, quienes deseaban desempeñarse como trabajadores internacionalistas —incluidos médicos y personal técnico— debían obligatoriamente recibir entrenamiento militar previo, incluso cuando su labor sería de carácter civil.
“Para ir a trabajar a Angola había que pasar primero por la instrucción militar, y lo mismo ocurre con los que son enviados a Venezuela”, afirmó. Cuestionó así la narrativa oficial que niega el vínculo castrense de los contingentes enviados a misiones en el extranjero, especialmente en el país suramericano, donde, según señaló, el régimen ha desplegado personal cubano con preparación militar encubierta.
FUENTE: Con información de redes sociales / CubaNet