MIAMI. - El 2 de abril se celebra el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo. También conocido como Trastorno del Espectro Autista (TEA), se trata de un grupo de afecciones vinculadas con el desarrollo del cerebro.
La OMS aboga para que la atención al autismo esté acompañada de medidas en el ámbito comunitario y social
MIAMI. - El 2 de abril se celebra el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo. También conocido como Trastorno del Espectro Autista (TEA), se trata de un grupo de afecciones vinculadas con el desarrollo del cerebro.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que uno de cada 100 niños en el mundo tiene autismo. Sin embargo, la organización advierte que es una cifra media por cuanto la prevalencia de la condición varía según los estudios.
“No obstante, en algunos estudios bien controlados se han registrado cifras notablemente mayores. La prevalencia del autismo en muchos países de ingresos bajos y medianos es hasta ahora desconocida”, indica la OMS.
Aunque las características del autismo pueden identificarse durante la primera infancia, generalmente no se diagnostica hasta mucho más avanzada la edad de la persona.
La psicóloga clínica Verónica Socas explica que el autismo es un trastorno del neurodesarrollo y una condición. “Esto quiere decir que el niño nace con eso y desde que se empieza a forjar en el vientre de la madre ya viene con esa condición que se mantiene. Se hace énfasis en que no es una enfermedad”, expresa.
Agrega que esta condición conlleva a que el cerebro presente una manera diversa de sentir, de entender, de procesar la información que le llega del mundo.
Por su parte, Karen Aldana, también psicóloga clínica, señala que, como condición, “el autismo no es algo que se quita ni que se cura, pero dependiendo de los apoyos tanto a nivel familiar, social y terapéutico, muchos de estos síntomas, a medida que pasa el tiempo, se pueden atenuar”.
Aldana, cuyo número como psicóloga federada en Venezuela es FV-15367, expresa que el autismo afecta principalmente las habilidades o destrezas sociales de las personas y puede estar acompañado de otras afectaciones, como las relativas al nivel sensorial, en gran porcentaje de los casos; así como la incidencia sobre funciones ejecutivas como la capacidad de planificar, de inhibir la conducta.
“Dependiendo del grado de afectación, algunos niños tienden a ser más impulsivos que otros o presentan mayor dificultad. Estos trastornos afectan la manera en que funciona o el cerebro logra procesar la información para emitir una respuesta ante ciertos estímulos”, añade.
Por su parte, la psicóloga Verónica Socas indica que en el autismo hay dos grandes características que permiten determinar si una persona entra dentro del espectro o no. “Hay intereses repetitivos o conductas estereotipadas, son, por ejemplo, los niños que desde chiquitos siempre tienen interés en jugar con una misma actividad, son monotemáticos, cuando se les cambia la rutina, se desorganizan porque prefieren cosas estables”, señala.
Asevera también que las personas con esta condición presentan fallas en la comunicación y la socialización. En este sentido, no miran a los ojos, no responden al llamado, no hablan, no interactúan y no muestran interés.
“Pero, como es un espectro, se habla desde el que realmente no muestra nada de interés, que es el que está más afectado”, enfatiza Socas.
Al mismo tiempo, se dan los casos en los que las personas con autismo son perfectamente capaces de interactuar, pero son muy inadecuados en su manera de hacerlo.
“De repente, a veces, son excesivos en la manera de acercarse, pero tienen dificultad para entender claves sociales y la parte pragmática del lenguaje. En muchos de estos casos, le restan importancia o les quitan el diagnóstico”, destaca la psicóloga.
Tanto la psicóloga Verónica Socas como su colega Karen Aldana coinciden en señalar que las causas del autismo son multifactoriales.
“A veces los padres se sienten culpables, pero a nivel científico no existe todavía una causa, hay múltiples causas. Si se maneja la hipótesis de que hay cargas genéticas. Pero, el autismo también se puede manifestar por dificultades al momento del embarazo, al momento del parto o porque la madre estuvo expuesta a sustancias tóxicas”, indica Socas.
La psicóloga Aldana sostiene que la inserción en la sociedad de las personas con TEA se relaciona con el grado de la condición.
“Dentro de las últimas actualizaciones del manual de diagnóstico se habla de que hay tres niveles de afectación. El grado uno, requiere menos apoyo, el grado dos es el que requiere un apoyo moderado, es decir, un acompañamiento y que requiere que alguien lo vaya supervisando, y el grado tres es donde hay mayor afectación, los síntomas se expresan con mayor intensidad y se requiere de cuidadores”, sostiene.
Agrega que es importante desarrollar la funcionalidad de las personas porque no todo es para todos. En ese sentido, es importante “definir las habilidades y fortaleza dentro del perfil de sujeto para ubicarlo”.
Asimismo, la psicóloga Verónica Socas afirma que el desarrollo pleno de la persona con autismo va a depender de distintos factores.
“En primer lugar del momento en que recibieron el diagnóstico. Hay niños de 5 años que todavía no hablan y no han recibido un diagnóstico, también depende del entorno y hay entornos que limitan más, así como de las propias capacidades de las personas”, acota.
Explica que no es igual el caso de quienes tienen autismo grado 1 que grado 3, un autismo moderado a un autismo severo o leve. Otro aspecto importante es si el TEA está vinculado con otras afecciones.
En este contexto, la OMS apunta que “las capacidades y las necesidades de las personas con autismo varían y pueden evolucionar con el tiempo. Aunque algunas personas con autismo pueden vivir de manera independiente, hay otras con discapacidades graves que necesitan constante atención y apoyo durante toda su vida”.
La organización aboga para que la atención a las personas con autismo vaya acompañada de medidas en el ámbito comunitario y social con el objetivo de “lograr mayor accesibilidad, inclusividad y apoyo”.
Además, según la OMS, las necesidades de atención de salud de las personas con autismo son complejas y demandan servicios integrados, que abarcan la promoción de la salud, la atención y la rehabilitación. “Es importante la colaboración entre el sector de la salud y otros sectores, en particular los relacionados con la educación, el empleo y la asistencia social”, indica la organización.
Por su parte, Naciones Unidas hace énfasis en la importancia de sensibilizar a la opinión pública sobre el autismo.
“Ya no se trata solo de concienciar a la opinión pública, sino de promover la aceptación y el aprecio de las personas autistas y de su contribución a la sociedad", puntualiza la ONU.
@snederr
FUENTE: OMS / ONU / Entrevistas Diario Las Américas