domingo 20  de  julio 2025
CINE

"Dora And The Search For Sol Dorado": la aventura de crecer

Para celebrar el 25 aniversario de Dora la exploradora, Nickelodeon estrenó recientemente un nuevo live action inspirado en su icónico personaje

Diario las Américas | LUIS BOND
Por LUIS BOND

MIAMI.- Posiblemente, uno de los principales retos a los que se enfrentan las franquicias que tienen demasiado tiempo es elegir si deciden mantener su tono habitual o si apuestan por “madurar” junto con su audiencia. Algo que es todavía más complejo de resolver si el público al que van dirigidas es infantil: todos sabemos que aquello que amábamos en la infancia nos puede producir escozor en la adolescencia —donde solemos creernos casi adultos y queremos renegar de todo rasgo que nos haga ver pequeños. A pesar de esto, en secreto, todos los en algún momento deseamos volver ese paraíso perdido de la tierna infancia y un camino habitual para conectar con ese lugar —sin caer en lo regresivo— es a través del arte. Sea por la música que escuchábamos, las caricaturas que veíamos o los videojuegos, siempre tendremos un portal directo para constelizar ese arquetipo del Inocente que suele regir ese momento de nuestras vidas. ¿Pero qué sucede cuando nuestros ídolos son los que tienen que crecer y nos invitan a hacerlo con ellos? Es esto lo que propone Dora And The Search For Sol Dorado, el nuevo live-action de este icónico personaje que marcó la infancia de muchos.

Marcando una gran distancia de sus homólogos animados, en esta nueva versión Dora (Samantha Lorraine) y su primo/sidekick Diego (Jacob Rodríguez) son adolescentes. Esta decisión hace que ambos estén en una bisagra en su desarrollo psicoevolutivo; Dora sigue teniendo la mentalidad ingenua de ver el mundo como un lugar lleno de misterios que invitan a explorarlo y, en la otra antípoda, Diego comienza a preocuparse por cosas de la vida adulta —como trabajar, desarrollar una carrera profesional, tener novia, etc. Sin embargo, esto no será un impedimento para que ambos tengan que embarcarse en una aventura que los transformará: la búsqueda de Sol Dorado, un misterioso artefacto que puede conceder cualquier deseo al que lo consiga. Un viaje donde serán acompañados por diferentes personajes como Boots (Gabriel Iglesias), Naiya (Mariana Garzón Toro) y Sonny (Acston Luca Porto) mientras se enfrentan a decenas de peligros.

A diferencia de Dora and the Lost City of Gold (el live action de 2019 de esta franquicia), Dora And The Search For Sol Dorado intenta ser una película de transición entre un público infantil y uno adolescente. Es por eso que su director Alberto Belli apela a códigos narrativos asentados en la realidad como no antropomorfizar a mochila, mapa o Swiper sin renunciar a recursos fantasiosos bastante puntuales como que únicamente Dora puede hablar con Boots —mientras todos lo ven como un simple mono— o la elección de utilizar a mapa como una suerte de test Rorschach donde Dora proyecta el camino a seguir en su vida. Esta mezcla de elementos entre la fantasía infantil y la dinámica del mundo real hacen que el largometraje se mueva en un espacio intermedio que podría ser idóneo para que los más pequeños de la casa lo disfruten (de hecho, la película está llena de referencias y catchphrases del show) y los adolescentes puedan divertirse reconectando con su inocencia sin perder de vista temas esenciales (como la identidad, el precio a pagar por madurar y la necesidad de pertenencia y reconocimiento).

Escrita por JT Billings (Are You Afraid of the Dark?) Dora and the Lost City of Gold no intenta reinventar la rueda, pero se toma ciertas licencias que le dan unas capas extra de profundidad a Dora (como contarnos la historia de orígenes de Boots, su relación con el mapa y presentarnos a la heroína que la inspiró a ser una exploradora) y a Diego (mostrándolo como un adolescente que lucha por perseguir su pasión y salir del nido familiar). Al mismo tiempo, explora a través del personaje de Camila (Daniella Pineda) el ascenso y caída de un héroe al caer en la trampa de la aceptación externa y desconectarse de la inocencia que nos impulsa a tomar riesgos para perseguir nuestros sueños.

Embed

La dirección de Alberto Beli toma referencias de múltiples películas de aventuras que reconoceremos de inmediato (como Indiana Jones, National Treasure, Tomb Raider, The Mommy, Da Vinci´s Code, The Goonies, etc) y logra dar en muchas ocasiones con el registro idóneo entre aventura y comedia infantil construyendo una suerte de coming of age donde la realidad de la vida adulta pelea con la fantasía e inocencia del mundo infantil. Una empresa que se lleva a buen puerto gracias a la mezcla de locaciones reales —parte del rodaje transcurrió en parques temáticos y la selva— y sets construidos que recuerdan a las aventuras de los 80s y 90s (donde efectos prácticos convivían con efectos especiales en casi cualquier producción).

Por supuesto, el complemento ideal a la puesta en escena viene de la mano del cast. Samantha Lorraine está perfecta como Dora, manteniendo el encanto infantil de su personaje, pero dando espacio para la reflexión y madurez mientras la historia avanza. Jacob Rodríguez como Diego funciona como ancla al mundo real y también tiene un arco narrativo de transformación tan interesante como el de su prima. Al mismo tiempo, Mariana Garzón Toro da vida al lado apático de la adultez —donde el trabajo es un fastidio, perdemos la confianza en el amor y nos resignamos a lo que tenemos— en contraposición a su hermano, encarnado por Acston Luca Porto, que recuerda el impulso vital —y necesario— de la inocencia infantil. Daniella Pineda cumple con su rol antagónico a la perfección y, al igual que los otros personajes, también evoluciona durante todo el desarrollo de la historia (algo que se agradece, porque es fácil caer en la mirada binaria de “bueno y malo” en este tipo de cine).

Con actuaciones sólidas y un guión redondo lleno de buenas intenciones, Dora and the Lost City of Gold arranca con buen pie para llevar a esta franquicia a un público adolescente sin renunciar a su nicho infantil. Con secuencias de acción divertidas, decenas de referencias al show y al cine de aventuras, es una opción idónea para que todos en casa puedan disfrutar de Dora y sus amigos. Al mismo tiempo, habla sobre la transición de la infancia a la adolescencia, la búsqueda de la identidad y la importancia de no perder la inocencia que nos conecta con nuestra voz interior. Es así como Dora and the Lost City of Gold divertirá a los más pequeños de la casa e invita a los adultos a volver a conectar con esa visión del mundo como un lugar lleno de aventuras por explorar (algo más que necesario en estos tiempos donde la virtualidad lo es todo).

Lo mejor: la elección del cast y el humor que le inyectan a sus personajes. Las referencias cinematográficas a Indiana Jones, National Treasure, Tomb Raider y demás. La utilización de locaciones reales en la producción.

Lo malo: en líneas generales, el CGI deja mucho que desear. Algunos sets construidos se ven falsos y contrastan demasiado con la verosimilitud del resto de las locaciones. Boots es una maravilla y debió tener más apariciones.

Sobre el autor

Luis Bond es director, guionista, editor y profesor especializado en cátedras de guion, construcción de personajes, dirección, mitología, arquetipos y lenguaje simbólicos. Desde el 2010 se dedica a la crítica de cine en web, radio y publicaciones impresas. Es Tomatometer-approved critic en Rotten Tomatoes y miembro de LEJA. Su formación en cine se ha complementado con estudios en Psicología Analítica profunda y Simbología.

Twitter (X), Instagram, Threads, TikTok, Substack: @luisbond009

Web: www.luisbond.com

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar