Luego de una temporada en la que no se alcanzaron los objetivos, la directiva del Real Madrid necesita dar un golpe contundente sobre la mesa esta vez
El mediocampista turco Arda Güler, del Real Madrid, celebra tras anotar el gol inaugural de su equipo en un partido, el 4 de mayo de 2025.
AFP
El año pasado el Real Madrid se confió. Venía de ganarlo todo y pensó que con la llegada de Kylian Mbappé sería suficiente. Pero no, la realidad fue otra. El equipo se vino abajo y el Barcelona le pasó por encima. Ni la Champions ni LaLiga llegaron, y el discurso de renovación quedó en el aire.
En medio de una ola de lesiones, la directiva no se movió. No hubo reacción. La defensa fue un desastre, el mediocampo perdió orden y la delantera funcionó por chispazos, no por sistema. Todo quedó en manos del talento individual.
Este verano, en cambio, hay señales de vida en las oficinas. Ya son cuatro fichajes y nuevo cuerpo técnico, liderado por Xabi Alonso. Y en este punto, el del banquillo, quiero dejar claro que a Carletto Ancelotti hay mucho que agradecerle y poco que criticarle.
La llegada de tres defensores: Dean Huijsen, Trent Alexander-Arnold y Álvaro Carreras, ilusiona, pues se espera corregir los horrores del año pasado.
Entre los tres jugadores, hay más de 132 millones de dólares invertidos para intentar tapar los huecos del curso pasado.
A ellos se suma, aunque sin presentación oficial, el argentino Franco Mastantuono. Un extremo derecho que puede jugar por dentro y que encaja en el perfil de fichajes del nuevo Madrid: jóvenes, polivalentes y con proyección.
Pero más allá de los nombres, quedan las dudas. ¿Se mantendrán juntos Mbappé, Vinicius y Rodrygo? ¿O el club venderá a uno para equilibrar la plantilla? Tener tres figuras en ataque suena bien, pero el fútbol también necesita balance.
Y la gran incógnita seguirá siendo el mediocampo. Con Toni Kroos retirado y Luka Modric ahora en el AC Milan, el Madrid pierde la brújula que conectaba todo. Esa línea fue durante años el alma del equipo. Hoy no está claro quién tomará ese rol.
Para colmo, Jude Bellingham estará fuera 12 semanas. Otra ausencia de peso justo en el centro del campo.
El Madrid reaccionó. Pero la pregunta sigue en el aire: ¿será suficiente? Los refuerzos llegaron. El proyecto se mueve. Pero hasta que no ruede la pelota, todo es promesa.
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