MIAMI. – La Arquidiócesis de Miami consiguió el acceso oficial para ofrecer atención pastoral en el controvertido centro de detención de inmigrantes ‘Alligator Alcatraz’, después de semanas de gestiones y negativas por parte de las autoridades.
Después de una intensa campaña y en medio de una fuerte controversia por las condiciones del centro, la Iglesia católica ofició la primera misa para los detenidos
MIAMI. – La Arquidiócesis de Miami consiguió el acceso oficial para ofrecer atención pastoral en el controvertido centro de detención de inmigrantes ‘Alligator Alcatraz’, después de semanas de gestiones y negativas por parte de las autoridades.
El sábado se celebró la primera misa católica dentro de las instalaciones, ubicadas en los Everglades de Florida, como parte de una misión para brindar apoyo espiritual a los detenidos y al personal en un recinto duramente criticado por sus condiciones extremas.
La aprobación para ingresar al centro de detención representa una victoria significativa para el arzobispo Thomas Wenski, quien lideró una persistente campaña para obtener los privilegios de ministerio penitenciario.
Durante semanas, sus solicitudes fueron rechazadas repetidamente, en parte debido a la confusión sobre qué entidad gubernamental, ya fuera estatal o federal, tenía la responsabilidad final sobre las operaciones del centro.
La presión de la arquidiócesis incluyó actos públicos como una vigilia de oración encabezada por Wenski junto a 25 miembros de los "Caballeros en Motocicleta" de los Caballeros de Colón, quienes rezaron el rosario a las afueras del recinto tras serles denegada la entrada en julio.
‘Alligator Alcatraz’ se construyó en solo ocho días en el Aeropuerto Dade-Collier, con una capacidad que podría expandirse hasta 5.000 personas en un entorno rodeado por la fauna salvaje, principalmente caimanes y serpientes.
Líderes religiosos y legisladores demócratas han denunciado las condiciones de vida, que incluyen carpas temporales, calor extremo, enjambres de mosquitos y serios problemas de saneamiento.
Los informes desde el interior del centro describen temperaturas inconsistentes, falta de acceso a duchas por días y comida presuntamente infestada de gusanos, reclamos que niegan las autoridades.
Previamente, el arzobispo Wenski había calificado de "inapropiado para los funcionarios públicos y corrosivo para el bien común" el hecho de que se mencionara el valor disuasorio de los "caimanes y pitones".
El arzobispo Wenski afirmó que el propósito de la Iglesia es "anunciar la buena nueva a los pobres" y que "visitar al prisionero es una de las obras corporales de misericordia".
El prelado subrayó que la celebración de la misa es una oportunidad para humanizar a los detenidos, elevar su dignidad y asegurarles que no han sido olvidados por Dios.
El centro, que opera bajo los poderes de emergencia del gobernador Ron DeSantis con un costo estimado de 450 millones de dólares anuales, es una pieza clave en la política de deportaciones masivas de la administración Trump.
La intervención pastoral de la arquidiócesis se produce mientras algunos detenidos, según informes recientes, mantienen una huelga de hambre que supera los 10 días en protesta por las condiciones del lugar.