MIAMI.- Un virtual empate técnico entre la primera dama Casey DeSantis y el congresista Byron Donalds sacude la contienda por la nominación republicana a la gobernación de Florida, según reveló una encuesta reciente de la Universidad del Norte de Florida (UNF).
El sondeo confirma que el respaldo del presidente Donald Trump a Donalds neutralizó la ventaja inicial de DeSantis y transformó la disputa en las urnas, que se decidirá en 2026, en una pugna directa entre el trumpismo y el aparato político del actual gobernador, Ron DeSantis, esposo de Casey.
Este escenario anticipa lo que sería la primaria más reñida del partido en el estado desde 2018 y podría exponer una fractura en la cúpula del poder conservador por su liderazgo.
Encuesta enciende las alarmas
El estudio del Public Opinion Research Lab de la UNF muestra a Casey DeSantis con un 32 % de la intención de voto frente al 29 % de Byron Donalds. La diferencia de tres puntos se encuentra dentro del margen de error de ±3.9, lo que constituye un empate estadístico.
La encuesta, realizada entre 797 votantes republicanos registrados, refleja una tendencia de cierre en la brecha entre DeSantis y Donalds que otras mediciones ya anticiparon.
Un sondeo de St. Pete Polls de principios de julio otorgaba a Donalds una ventaja de ocho puntos, mientras que una medición de News from the States/UNF los ubicaba con solo un punto de diferencia.
El análisis demográfico de la UNF revela patrones claros: Casey DeSantis obtiene sus mejores resultados entre mujeres, hispanos y electores menores de 65 años.
Por su parte, Donalds domina con contundencia entre los hombres y, de manera crucial, entre el electorado que participó en la primaria presidencial de 2024, un segmento de alta participación que representa la base más leal a Trump.
Sombra de Trump
La reconfiguración de la contienda electoral tiene una fecha de origen precisa: el 21 de febrero, cuando Donald Trump oficializó su “respaldo total” a Donalds a través de su red social, Truth Social.
El Presidente lo describió como “el próximo gran gobernador de Florida”, un apoyo que activó de inmediato la maquinaria de recaudación de fondos del movimiento MAGA y disuadió a otros posibles aspirantes.
En contraste, el gobernador DeSantis, quien llegó al poder en 2018 gracias a un respaldo decisivo de Trump, mantiene una distancia calculada. Fuentes cercanas aseguran que el mandatario realizó llamadas a donantes clave para pedirles que retuvieran su apoyo hasta que su esposa oficialice su candidatura.
Además, afirmó en un evento público que Donalds “no participó en los logros conservadores del estado”.
La tensión entre ambos líderes se refleja en las bases. “Quien cuente con el beneplácito del presidente ganará en Florida”, sentenció el senador estatal Joe Gruters, un firme aliado de Trump. Mientras, el establishment de Tallahassee, leal al gobernador, ve en Casey DeSantis la figura ideal para preservar el legado de su esposo.
Hope Florida
La candidatura de Casey DeSantis enfrenta un obstáculo significativo: la investigación sobre Hope Florida, su programa insignia. La iniciativa, creada en 2021 para conectar a familias vulnerables con organizaciones de caridad, está bajo escrutinio legislativo y judicial.
Una investigación parlamentaria descubrió que la fundación que gestiona el programa recibió 10 millones de dólares de un acuerdo extrajudicial con la aseguradora Centene y posteriormente transfirió esos fondos a organizaciones que hicieron campaña contra la legalización del cannabis recreativo, una medida que el gobernador rechaza.
Aunque el gobernador DeSantis desestimó la pesquisa como una “maniobra política”, el escándalo podría golpear la imagen de la primera dama y sembraría dudas sobre la transparencia de su principal proyecto social, un pilar de su eventual campaña.