Ciudad Panamá, vista desde las alturas, es la capital de América Latina. Una impresionante cordillera de rascacielos, con diversidad de estilo, tamaños y colores anuncian la pujanza y el dinamismo económico del país. Esa es la primera impresión del visitante al llegar. Si una década atrás se buscaba a través de la ventanilla del avión el trazo del canal, ahora la vista se va a recorrer los deslumbrantes edificios.
ÁLVARO ALBA / ESPECIAL
Panamá continuaba recibiendo el martes a los participantes de la VII Cumbre de las Américas y sus foros paralelos.
En el Aeropuerto Internacional de Tocumen funcionan las líneas de inspección para los que asisten a la cita continental, y con premura los despachan en inmigración y aduanas. En un mismo vuelo pueden llegar periodistas de diversos medios, diplomáticos, exfuncionarios, empresarios, activistas de la sociedad civil, estudiosos del tema de la integración regional o simples turistas de Tennessee y Nueva York.
Un ágil servicio de autos lleva a los visitantes desde la terminal aérea hasta la ciudad a pesar de la congestión vehicular, que no cesa durante el día en las principales arterias capitalinas.
Ciudad Panamá, vista desde las alturas, es la capital de América Latina. Una impresionante cordillera de rascacielos, con diversidad de estilo, tamaños y colores anuncian la pujanza y el dinamismo económico del país. Esa es la primera impresión del visitante al llegar. Si una década atrás se buscaba a través de la ventanilla del avión el trazo del canal, ahora la vista se va a recorrer los deslumbrantes edificios.
El caos de la cobertura
La odisea comienza a la hora de recoger las credenciales. Todavía no están todas disponibles, y hay que esperar a que entreguen a cuentagotas los documentos que permite acceso a algunos eventos oficiales. Para algunas reuniones se necesita una acreditación adicional, como sucede con la II Cumbre Empresarial de las Américas. Más accesible es el IV Foro de Jóvenes de las Américas.
Las oficinas de la cancillería panameña lidiaron toda la jornada del martes con la impresión de las credenciales, y todavía pasada las doce de la noche estaban entregándolas a los que acudían a recogerlas.
La hospitalidad ha sido siempre una característica de los istmeños y en esta ocasión la exhiben, desde el inspector de inmigración al mesero del restaurante, al funcionario de aduanas, al agente de la seguridad que pregunta la causa de la estadía en el vestíbulo del hotel.
Los eventos de hoy
Este miércoles tienen lugar algunos de los eventos. En la Ciudad del Conocimiento se realiza uno dedicado a la lucha por la participación ciudadana, los derechos humanos y la democracia duradera, con exponentes de Panamá, Cuba y Venezuela.
Los paneles abordarán los retos ciudadanos en un ambiente represivo, el rol de la mujer en la lucha por los derechos humanos, el significado de la libertad de expresión y los nuevos caminos del activismo social en América Latina.
En horas de la tarde se realiza el Foro de la Sociedad Civil y los Actores Sociales, donde estarán presentes el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela y el ya saliente secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
La delegación cubana
En el hotel Plaza Paitilla Inn, fácilmente identificable por su forma de torre, se hospeda la delegación cubana que asiste a la Séptima Cumbre de las Américas. La primera impresión en el vestíbulo del hotel es la propaganda traída desde Cuba contra los cubanos que participan en el evento y que no vienen en la delegación oficial.
Con el título de Mercenarios en Panamá, un panfleto de ocho páginas, con artículos sin firmas, fotomontajes y caricaturas, intenta denigrar a opositores, activistas de derechos humanos o periodistas. Y afirma que “Cuba viene ofendida a la Cumbre”.
[El hotel Plaza Paitilla Inn, cuartel general del oficialismo cubano en la VII Cumbre de las Américas] El hotel Plaza Paitilla Inn, cuartel general del oficialismo cubano en la VII Cumbre de las Américas
Desde la tarde del martes los cubanos procedentes de la isla iban tomando posesión de sus habitaciones, al tiempo que iban desfilando ante un funcionario de la delegación oficial “encargado de la seguridad”, como declaró a un reportero de Martí Noticias, para entregarles el pasaporte después de haber entrado al hotel.
Raúl Guillermo Rodríguez Castro, nieto del gobernante cubano era el centro de la vigilancia de una docena de oficiales de Cuba, que merodeaban constantemente en el vestíbulo, la entrada y el restaurante del hotel.
El nieto de Raúl Castro compartía mesa en el restaurante con el artista Alexis Leyva “Kcho”, entre vasos de cerveza, sopas y platos fuertes. Cerca de las 11:20 pm, el ahora encargado de la seguridad de su abuelo dejó el hotel, no sin antes saludar a cada uno de los militares (delatados por su porte, pelado y similar indumentaria) que cuidaban el vestíbulo.
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Kcho asiste a la Cumbre de los Pueblos, un evento paralelo que tiene lugar en Panamá organizado por el ALBA.
Pocos minutos antes de la medianoche llegaba al hotel Rodrigo Malmierca, ministro cubano de Comercio Exterior e Inversiones, con previa movilización de otro personal de recibimiento, distinto a los que despidieron a Raúl Guillermo Castro.
Todos los que arribaban al hotel, sin excepción, tenían que cumplir con las rigorosas medidas de seguridad; quitándose cintos y teléfonos a la hora de pasar por el detector de metales. Inclusive Malmierca, quien desde el piso 19 del hotel organiza la búsqueda de inversionistas para el Mariel entre los ejecutivos de negocios que asisten a la II Cumbre Empresarial de las Américas.
Pasada la medianoche, un autobús procedente del aeropuerto trajo a varios representantes de la que el gobierno cubano dice es la “sociedad civil cubana”, y se repetia el ritual de la lista de asistentes cotejada por el oficial de la seguridad, que retiraba los pasaportes a los “civilistas” antes que se fueran a sus habitaciones.
Antonio, como se identificó un joven que trabaja como maletero en el hotel, dijo que estaba molesto, pues después de haber llevado a las habitaciones de los cubanos sus maletas, regresaba al vestíbulo del hotel sin un balboa de propina.
Juntos y revueltos
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La cancillería panameña ha echado en el mismo saco... o en el mismo sobre a todos los cubanos que vienen a informar sobre la cumbre. No importa el medio que represente el informador. Todos están bajo el mismo portafolio, desdeGranma, órgano oficial del partido comunista de Cuba, hasta 14ymedio.com, publicación digital independiente de la isla.
Los que asisten a la cumbre como periodistas tienen que recoger sus credenciales en el segundo piso del hotel Plaza Paitilla Inn. Y las de los cubanos de la isla están todas en el mismo sobre oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá: allí se juntan las acreditaciones de los que vienen a informar para Diario de Cuba, Granma, la Television Cubana, Prensa Latina y 14ymedio. Junto a los documentos de identidad de los periodistas aparecían también los de una cierta "Misión Internacional de Cuba".
Los organizadores de la cumbre no pudieron explicar qué medio informativo era “Cuba Misión Internacional”.
Este artículo fue originalmente publicado por MARTINOTICIAS.COM