Los Estados y la sociedad en general tienen que comenzar a trabajar para evitar la escalada de violencia que se está dando a nivel global, en el marco de una sociedad polarizada.
Tras el asesinato del CEO de UnitedHealthcare, varias personas apoyaron al sospechoso del crimen, activándose las alarmas por la distorsión social que genera
Los Estados y la sociedad en general tienen que comenzar a trabajar para evitar la escalada de violencia que se está dando a nivel global, en el marco de una sociedad polarizada.
En este contexto, se debe buscar como fin supremo rescatar el sentido de que “como seres humanos nos necesitamos los unos a los otros”, dijo Juan Carlos Segarra, CEO de Vinland Solutions, empresa con más de 25 años de experiencia en situaciones críticas para la atención pisco-emocional.
Uno de los factores que aviva esa escalada de violencia es la falta de oportunidades de acceso a estudios y a trabajos bien remunerados, lo que origina una brecha cada vez mas grande entre clases sociales.
De igual manera, según el analista, la falta de movilidad socioeconómica y el acceso limitado a servicios de salud de calidad lleva a que la delincuencia organizada sea vista como una posibilidad de trabajo, lo que propicia aún más esa escalada de violencia.
Aunados a las limitaciones en el acceso a servicios están los niveles de pobreza, en donde la gente trata de sobrevivir buscando opciones alternas, como pandillas, grupos raciales y narcotráfico, para obtener recursos.
“La violencia intrafamiliar y la normalización de esta, así como la falta de organización comunitaria y la ausencia de socialización en actividades recreativas sanas, así como la polarización social radical en temas políticos, sociales, y religiosos influyen en este fenómeno”, enfatizó Segarra.
El también maestro en psicología y experto en seguridad psicoemocional y física considera que “se está creando una polarización social y esto es muy peligroso. La tendencia es mundial y en todos los sectores de la sociedad”.
Dentro del comportamiento social mucha gente está pensando que su verdad es absoluta. Entonces, se pone agresiva y violenta con otras personas que piensan diferente “y los gobiernos también por votos, por dinero o por otros motivos, permiten que avance esta peligrosa polarización” explicó.
Según Segarra, el problema es que los grupos radicalizados se empiezan a odiar entre ellos y piensan que cada grupo es mejor que el otro lo que se vuelve algo personal, pudiéndose observar esta realidad, por ejemplo, en los mensajes de odio en contra de los migrantes.
La reflexión del experto apunta a que “la sociedad está yendo al extremo de odiarse como seres humanos perdiéndose la capacidad de ver que todos nos necesitamos, que debemos seguir creciendo y hacer que esto funcione y no llegar nunca al extremo de odiarnos o matarnos”.
Para minimizar este impacto de violencia en la sociedad, el experto dijo que el interés de los gobiernos debe estar en crear oportunidades de estudios, alejar a los jóvenes de las calles con programas como deporte y profesionalización, acercar los servicios de salud a la población vulnerable y en riesgo, además de crear programas viables en salud mental.
La violencia social puede llevar a que se trate como un “héroe”, por ejemplo, a la persona que está siendo acusada de asesinar en Nueva York a Brian Thompson, CEO de UnitedHealthcare, empresa de seguros en EEUU, un drama que esconde muchas aristas, refirió el fundador de Vinland Solutions, organización que trabaja en el desarrollo y la ejecución de proyectos centrados en la seguridad psicoemocional, así como en la creación de vínculos con otras organizaciones dedicadas a apoyar a periodistas y defensores de los derechos humanos.
En primer lugar, sugiere Segarra, la polarización social está poniendo a la gente menos privilegiada en contra de las clases sociales privilegiadas y en un país donde la salud es muy costosa, esto hace que un evento de un asesinato sea visto, por una porción de la población, como si fuera “justicia”.
“Sin embargo, esto deshumaniza porque se pierde el foco de que una persona murió. Y eso aunado a la fantasía de ver al presunto asesino como un Robin Hood, que vengó a miles de personas que no pudieron costear servicios de salud, en un mundo en donde a medida que crece la brecha social más grande es el descontento”, agregó
Estas manifestaciones de apoyo en redes sociales a Luigi Mangione son “porque la gente está desesperada, cansada y enojada con la sociedad, los gobiernos y con todo lo que está pasando con la calidad de vida. Entonces, a pesar de que esta persona (el CEO asesinado) estaba cumpliendo con su trabajo, la gente se alegró porque se trataba de alguien de una aseguradora, cuyo sector, según denuncias, deja de pagar por cuestiones técnicas y burocráticas, dejando a familias, especialmente de la clase trabajadora, con sus ahorros de toda su vida esfumados.
Según la policía, tres palabras: deny (rechazar), depose (declarar) y defend (defender) estaban grabadas en los cartuchos y casquillos de bala encontrados en el exterior del hotel, donde Thompson fue abatido a tiros.
Cuando ocurre un suceso de este tipo “lo ven como un acto de justicia. Sin embargo, esto se debe lograr de otras maneras, como quizás regulando a las aseguradoras un poco más, estableciendo topes económicos”, señaló.
Considera que desde el punto de vista psicológico es interesante porque el acusado de asesinar al CEO es una persona que se ve culta y con una personalidad decidida a hacer las cosas.
Pero insiste que no está nada bien que muchos se hayan identificado con él por su postura de “hacer justicia” en donde, además, se enaltece su accionar, lo que constituye una fuerte distorsión social.
Es muy deshumanizante que en principio se acepte el crimen de un ser humano sin que haya una empatía con el entorno familiar y de amigos de esa persona.
“También es cierto que la sociedad está harta de la injusticia y por eso muchos empiezan a actuar de esta forma sustituyendo el pensamiento crítico por el pensamiento comunitario o por el del enjambre”, precisó el docente.
Las redes sociales y las nuevas tecnologías son unas maravillas, bien usadas. Sin embargo, estas plataformas se están llenando de mensajes de odio y por los algoritmos de estos “estamos expuestos a información violenta y extremista, así como a las opiniones sin fundamento de muchos usuarios”, indicó el analista de Vinland Solution.
Nunca se había vivido en una época donde fuera tan fácil acceder a información, lo que hace que la desinformación y las posturas extremistas sean de fácil acceso y sean vistas como una verdad absoluta. “La gente no esta cuestionando la información solo la consume de manera compulsiva y esto nos hace susceptibles a la manipulación”, concluyó Segarra.
FUENTE: ENTREVISTA JUAN CARLOS SEGARRA