Diario Las Américas recién publica un artículo de opinión del periodista independiente Iván García en el que hace un llamado a la oposición y al exilio para que nos sumemos al reclamo impositivo de diálogo, propuesto por el Movimiento San Isidro, donde la tiranía estaría involucrada, que se viene gestando desde noviembre del 2020 en medio de un evidente desorden político desesperado. El llamado o reclamo al diálogo, impuesto y endeble mediante esa posición de supremacía, a veces racial, sexual, e ideológica, que se han arrogado la prensa y sus periodistas en el mundo actual, sin ningún tipo de proyecto o propuesta social y económica para el futuro de Cuba, se resume a cuatro o cinco párrafos mal escritos, peor pensados, y dignos de broma o burla (se puede leer en el perfil del Movimiento San Isidro en Facebook y en su página web) por cualquiera que tenga dos dedos de frente.
Sabido era que en cuanto ganara Kamala Harris el puesto de vicepresidente, el plan Obama para Cuba reiniciaría con los mismos protagonistas, o con otros. Al parecer hasta ahora los norteamericanos con su vicepresidente en jefe -el presidente no cuenta-, van con la intención de promover a esos otros con el apoyo de los antiguos.
También es sabido que en Cuba existen cantantes protestas que no protestan en contra del régimen sino en contra de los gobiernos que desean que el pueblo cubano viva en libertad, lo nunca visto nulle part ailleur.
Bien, sesenta y dos años más tarde la propuesta es un dialoguito insignificante y sin condiciones de peso potente, con la tiranía; y por lo visto hay que sumarse de todas todas, exhorta Iván García. García es un periodista de la prensa independiente de Cuba a quien siempre he respetado. Sin embargo, este texto que ahora escribe no es la cuerda de aquel artículo crítico en contra de Oswaldo Payá en tiempos de Obama titulado ‘El Cristo del Cerro’ (ya no está en línea pero guardo copia) aparecido en el blog Penúltimos días. Un segundo “por cierto”, ese artículo acerca de Payá, nadie lo cita como ejemplo de ‘ataque brutal’ en contra del líder del MCL, invariablemente, oh casualidad, sale a relucir un artículo mío, publicado en el periódico El Mundo mucho antes de que Iván colaborara con ese medio, cuyas críticas todas se las dije en persona a Payá, y que termina afirmando que “con este hombre habrá que contar para el futuro de Cuba” lo que desdichadamente ya no podrá ser, porque la tiranía, esa con la que se propone dialogar, lo asesinó junto al joven Harold Cepero, como mismo asesinó a tantos.
El diálogo en el que ahora se exhorta a participar, en mi opinión no vale como propuesta vial para un cambio radical, y de última hora. Hubo otras propuestas de diálogos anteriores, de la mano del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), fundado y liderado por el asesinado Oswaldo Payá, que han sido ignoradas u olvidadas en esta reciente proclama del Movimiento San Isidro. Como tampoco se menciona al líder del MCL, Eduardo Cardet (3 años de encarcelamiento), a los miembros del MCL dentro y fuera de Cuba (uno de ellos encarcelado Yandier García Labrada y el resto perseguidos y vigilados), así como a otros grupos opositores, como por ejemplo FANTU. Esas propuestas tuvieron lugar en 1990 y en el 2009, este último titulado ‘Todos Cubanos, que para colmo también tuvo canción mucho antes que la tan mentada de reciente facturación Patria y Vida, sólo que ‘Todos cubanos, todos hermanos, y ahora la Libertad’, no facturó ni recaudó nada como no sea seguidores reales a pie de calle. El periodismo no va de tocar teclas, el periodismo va de investigar, tirar de archivos, y poner la memoria y la profesión por encima y por delante de intereses políticos e ideológicos.
El MCL ha propuesto dos contundentes diálogos anteriores (con los que yo particularmente tampoco estuve cien por ciento de acuerdo), sin embargo, hay que reconocer que el propósito de diálogo del MSI no le llega ni al calcañal a la estructura legal, social, política de esas propuestas anteriores del MCL. No se avizora ganancia real como no sea el del show y el espectáculo circunstancial al que llaman los del MSI muy dados a la performance y a la mediocre dramaturgia, sin detenerse a reconocer a los que con sus aciertos y errores han permitido que ellos llegaran a donde han llegado para infortunio de Cuba, y fortuna como es natural, desde 1959 hasta la fecha, de Estados Unidos.
El articulista añade que en Cuba debemos caber todos, desde Max Lesnick hasta Zoé Valdés, poniéndome en arista contraria a un policía sembrado en el exilio desde el inicio por los tiranos Castro, quien ha difamado de mi persona y me ha acosado en internet bajo el seudónimo de El Duende llamándome de todo, y entre ese todo, “lesbiana”, porque para este sujeto al parecer ser “lesbiana” es un insulto. De paso aprovecho para aclarar que no lo soy, pero ¿y si lo fuera, qué? Ah, claro, si lo fuera nadie saldría en mi defensa, porque a las lesbianas blancas y conservadoras seguramente nadie las defendería.
Max Lesnick es un policía decrépito, dialoguero y traidor del pueblo cubano, es un ejemplo de lo que cabría en ese chinchal que algunos se empecinan en llamar Cuba. Esa Cuba y esos personajeros no son Cuba, ni tampoco me interesa a mi estar en esa Cuba. Mi Cuba es la de mis libros y los libros de los grandes cubanos dignos del digno exilio. Mi Cuba es la de Celia Cruz y la de Guillermo Cabrera Infante, la de Leví Marrero y Lydia Cabrera. No necesito de más patrias impuestas, porque tengo tres, Cuba con su auténtica cultura, “Cuba y la noche”, como ya especifiqué, y las patrias de mi exilio, España y Francia. ¿Captan la diferencia de mi dicha? Otros no tienen ninguna, yo tres, y hasta cuatro, porque mi patria es mi libertad.
Continuemos, soy de las que piensa que con las tiranías no se dialoga, sería como proponer a los judíos que dialogaran con Hitler. O a las víctimas del stalinismo que dialogaran con Stalin. Sí, lo sé, me vendrán entonces con eso de que en España y tal… Bien, el periodismo es también conocer la historia y sus particularidades. En España se libró una Guerra Civil y ganó el bando contrario a los comunistas para suerte de ese país. La dictadura de Francisco Franco no se puede comparar ni remotamente con la de los hermanos Castro. Franco dejó un país preparado y organizado en los sentidos más importantes, sociedad y economía, para una reconciliación nacional que se ha hecho a medias, como ahora mismo estamos observando; sin obviar que los Castro lo mismo se besuqueaban con Franco, quien soltó aquello acerca de Fidel, “al galleguito no me lo toquen”, como mismo dieron cobijo en la isla y entrenaron a terroristas de ETA. De modo que el ejemplo de España no es ni remotamente válido para Cuba, como no lo es ninguno anterior, porque Cuba es Cuba con sus referenciales y características que pasan por la libertad primero y por la justicia después y enseguida. Libertad, verdad, justicia y vida. De lo contrario el cambio no sería radical como debe serlo, sino que volveríamos al cambio-fraude obamunista denunciado por Payá que le costó la vida, que invita a pasarle la mano cual caricia a los tiranos y sus esbirros y a que el pueblo cubano siga jamándose el cable que se ha jamado durante más de 62 años.
Para terminar, ¿se habría situado José Martí del lado de los pro España por muy español que fue o a los anexionistas? ¿Antonio Maceo se habría sentado al lado de los del Pacto del Zanjón, con lo cual no hubiera habido un Baraguá? Conversando hoy con un amigo acerca del llamado al diálogo hecho por el Movimiento San Isidro, señala esto y más: “¿Es esto parte de la moda de la cancelación de la cultura y la historia? ¿Es una invitación recurrente al esclavismo voluntario?”. Tristemente muy probable que lo sea. Y acentúa: “…quién comulgue con el tirano estará siempre dispuesto a ser avasallado. Está siempre dispuesto a callar y hacer de la vista gorda frente a la injusticia pasada, presente, y futura”.
A mí, este insignificante reclamo de diálogo al que me han exhortado me obliga a pensar en que volvemos a recular a un “borrón nuclear del exilio histórico que por más de 50 años lo sacrificó todo para evitar precisamente esto, y poder entregarle a Cuba una nación libre y sin Castrismo o Neocastrismo, que al final”, como indica mi amigo sería lo mismo.
No me inviten a semejante infamia, les ruego, muy pronto venideros proyectos verán la luz en los que la esencia está contenida en una frase prominente de la historia de todos nosotros: “Del tirano. Di todo, ¡di más! ...” La escribió el más grande de todos los cubanos, José Martí. ¿Quién sino…?
Zoé Valdés es escritora y artista. Fundadora y directora general de ZoePost.com