Nilufar Saberi es mujer y está en contra de la dictadura teocrática que gobierna su país natal, Irán. No es muy complicado adivinar la razón por la que esta luchadora por los derechos humanos, de mirada firme y pelo rizado a la vista de todos, vive en España desde hace 40 años.
Tuve hace unos días la oportunidad de conocerla y escuchar de primera mano sus denuncias sobre el régimen de los ayatolás, que considera a las mujeres ciudadanas de segunda y que persigue a los homosexuales como si fueran delincuentes peligrosos por el mero hecho de tener una orientación sexual diferente.
Hace unos minutos me llegó un mensaje desde su teléfono móvil en el que se advierte de que la teocracia islámica ha dictado un nuevo asesinato de estado. Se ha condenado a Toomaj Salehi a la horca. El “pecado” de Salehi son las letras y opiniones que expresa mediante su faceta de rapero.
El rapero Toomaj Salehi es un activista de los derechos humanos que protesta con su música contra la brutalidad de la República Islámica. Fue detenido por las fuerzas de seguridad de los dirigentes supremos en octubre de 2022 y llevado a un lugar de detención desconocido. Se está movilizando a la comunidad internacional para intentar parar esta atrocidad.
Salehi fue arrestado durante las protestas de Mujer, Vida, Libertad que tuvieron lugar en 2022 y se le acusó de corrupción en la tierra, un cargo utilizado a menudo por el régimen en Irán para atacar a los opositores.
En ese momento, la agencia de noticias iraní Fars se refirió a Salehi como "uno de los líderes de los disturbios". Fars afirmó que Salehi estaba intentando huir del país cuando fue arrestado.
Posteriormente fue condenado a seis años y tres meses de prisión, pero fue puesto en libertad bajo fianza después de que el Tribunal Supremo iraní encontrara "defectos" en la sentencia original. Luego fue arrestado nuevamente en diciembre después de publicar un video diciendo que fue torturado mientras estaba detenido. Ahora se enfrenta a la horca.
Nilufar Saberi mantiene que la mayoría del pueblo iraní no aprobaría los ataque de Irán a Israel, que no es partidario de ningún conflicto bélico, y considera que este mismo pueblo está secuestrado desde 1979 por la teocracia islamista. Para ella, el régimen iraní viola, a diario, todos y cada uno de los artículos de la declaración de los Derechos Humanos contra toda la población y especialmente las mujeres. “Nosotras somos propiedad de nuestro tutor barón. Perdemos nuestra identidad como seres humanos íntegros y somos menores de edad desde que nacemos hasta que morimos”. Saberi recuerda que fueron las potencias mundiales las que le dieron el poder a los islamistas en 1979 para que hicieran de muro de contención contra el comunismo. 45 años después pide una decisión firme contra el régimen iraní de estos países.
A pesar de todas estas evidencias, vemos como gran parte de la izquierda europea tolera la dictadura iraní aunque sea sólo para molestar a Israel. Al igual que en 1979, no se dan cuenta de que sus valores son totalmente contrarios a los de los ayatolás iraníes o al menos no parece importarles.
Mientras occidente sigue sin tomarse esta amenaza, Irán sigue moviéndose en las sombras. Hace unos días, un tribunal superior de Argentina dictaminó el jueves que Irán fue el autor intelectual del atentado de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), un centro comunitario judío en Buenos Aires, donde murieron 85 personas. Es la prueba más evidente de su siniestra presencia en América Latina. Se estrechan los lazos con los dictadores populistas de izquierda y en especial con Nicolás Maduro.
El pasado lunes, Maduro recibió a una delegación de Irán, encabezada por el secretario general de la Asamblea Mundial de Ahlul-Bait, Ayatolá Reza Ramezani. La excusa, fortalecer las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países.
El Ayatolá Reza Ramezani fue recibido por el jefe de Estado en el palacio de Miraflores, sede del Gobierno, junto al canciller venezolano, Yván Gil, y el ministro de Transporte, Ramón Velásquez.
El diálogo está enmarcado en el acuerdo de cooperación de 20 años, firmado en junio pasado entre Maduro y su homólogo de Irán, Ebrahim Raisí.
En febrero pasado, el ministro de Petróleo de Irán, Jabad Owji, visitó Venezuela con el objetivo de fortalecer la alianza energética bilateral, según informó el canciller venezolano.
Esta reunión se produce poco después que EEUU decidiera reimponer sanciones a Venezuela y así dejarle manos libres para regresar a la opacidad en sus negocios. En este nuevo escenario, la amenaza iraní para la estabilidad de la región emerge. El experto en políticas energéticas, Francisco Monaldi, ha comentado en diversas ocasiones que parece inevitable que Venezuela y PDVSA regresen al mercado negro, al transporte por navieras fantasma y a operadores sin experiencia. Las exportaciones se irán hacia China e Irán será un socio estratégico como quedó demostrado en la reunión bilateral del lunes.
Es urgente que EEUU promueva una política más dura frente a la impunidad Irán. Sin Derechos Humanos internamente, fomentado el conflicto en el exterior y promoviendo negocios oscuros allá donde encuentren una oportunidad, los iraníes no dan un paso atrás. Un buen tema para la próxima campaña presidencial. Dejemos de blanquear al régimen iraní y no permitamos que terceros sin principios -como Nicolás Maduro- se beneficien.