Los analistas esperaban un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,2% entre enero y marzo, según el consenso de Market Watch. Estados Unidos publica su crecimiento a una tasa anualizada, que compara el PIB con el del trimestre anterior y luego proyecta la variación para todo el año al ritmo de esos tres meses.
En la comparación con el último trimestre de 2023, la economía se expandió apenas 0,4% en el primer cuarto del año.
El presidente Joe Biden, que busca la reelección, saludó en un comunicado el "crecimiento regular y estable".
"Pero tenemos más trabajo que hacer. Los costos son demasiado altos para las familias trabajadoras y estoy peleando para bajarlos", sostuvo, en una expresión que ha reiterado sistemáticamente con los datos de inflación y PIB, pero la economía sigue golpeando los hogares desde que Biden llegó a la Casa Blanca.
Elevados precios
La ralentización del ritmo de crecimiento se dio "principalmente por la caída del gasto de los consumidores, las exportaciones y el gasto público estatal y local", explicó el Departamento de Comercio.
El consumo de las familias sigue siendo el motor del crecimiento de la mayor economía mundial. Aunque los hogares consumieron más servicios como cuidados de salud, servicios financieros o de seguros, gastaron menos dinero en comprar bienes.
También se produjo una caída del gasto del Gobierno federal, según el informe.
Los consumidores, añadió el Gobierno, siguen dispuestos a gastar "aunque se muestren más cautelosos ante los elevados precios", afirmó el economista jefe de EY, Gregory Daco.
"De cara al futuro, vemos que la economía se enfría suavemente a medida que la moderación de la demanda de mano de obra (y) de los aumentos salariales, la persistente inflación y las restrictivas condiciones crediticias limitan la actividad del sector privado", añadió.
Los mercados reaccionaron a la baja tras recibir estos datos. El índice industrial Dow Jones perdió 1,09%, el tecnológico Nasdaq 0,84% y el índice ampliado S&P 500 cayó 0,95% al cierre.
¿Adiós al recorte?
La alta inflación sostenida en Estados Unidos aleja la perspectiva de un recorte de tasas de interés por parte de la Reserva Federal, el Banco Central estadounidense, en su reunión de junio.
"Podemos decirle adiós a un recorte de tasas (de interés) en junio. (...) La falta de progresos hacia el 2% (que es la meta de inflación anual del banco central) es ahora la tendencia", resumió en una nota Greg McBride, analista financiero en jefe de Bankrate.
"No hay ninguna mejora. Vamos en mala dirección (...). Los principales puntos problemáticos persisten", enfatizó.
La inflación sigue presionada por los precios de la gasolina, de la vivienda y de los transportes. En cambio, los precios de los alimentos, cuya evolución es particularmente sensible para los consumidores, se mantuvieron sin cambios por segundo mes consecutivo, pero tras una escalada sin precedentes durante tres años.
"Los últimos datos sostienen la hipótesis de un abordaje paciente en materia de política monetaria" por parte de la Reserva Federal, lo cual se traduce en que un recorte de tasas no es "inminente", dijo de su lado Rubeela Farooqi, economista jefe de HFE.
Ahora, casi 77% de los analistas esperan que las tasas se mantengan en sus niveles actuales durante la reunión de la Fed en junio.
Inflación, un tema electoral
La evolución de los precios, creada en el 2021 por la administración Biden es un tema central para las elecciones presidenciales en las que el expresidente Donald Trump busca la Casa Blanca.
Ahora Biden, asfixiado desde hace dos años por el rechazo a sus fallidas políticas, pide con desesperación a las empresas que utilicen sus "ganancias récord para bajar precios". Demasiado tarde.
Los electores estadounidenses han sufrido desde hace tres años una inflación sin precedentes en la historia del país que se encamina a cuatro años consecutivos.
Esos niveles inflacionarios han significado la pérdida de viviendas, del nivel de vida tradicional de los estadounidenses cuando a más del 64% no les alcanza su salario para llegar a fin de mes
La Fed mantiene sus tasas en máximos en más de 20 años, en un rango estrecho de 5,25% a 5,50%.
El Banco Central y su presidente, Jerome Powell, han señalado que esperan comenzar una flexibilización de su política monetaria este año. Pero en los últimos días, sus principales dirigentes han comenzado a matizar esta posibilidad.
"El débil aumento del PIB en el primer trimestre marcará probablemente el tono para el resto de 2024", según Ian Shephredson, economista jefe de Pantheon Macroeconomics.
Un repunte de la inflación en los primeros meses del año hace esperar al mercado que las tasas altas decididas por la Fed, se mantengan al menos hasta setiembre.
El banco central celebrará su próximo encuentro de política monetaria la semana próxima.
El viernes deberían conocerse los datos de inflación en base al índice PCE, el más seguido por la Reserva Federal, clave tanto como los datos de empleo en sus decisiones sobre las tipos de interés.
FUENTE: Con información de AFP