viernes 29  de  marzo 2024

Trump y su triunfo en el Oriente Medio

El Oriente Medio es una región muy inestable, por las muchas etnias y grupos tribales que la conforman y principalmente por la falta de democracia y libertad
Diario las Américas | OSCAR ELÍAS BISCET
Por OSCAR ELÍAS BISCET

Ahora andan errantes. Ya no tienen tierras ni quien los conduzca. Muchos murieron y otros pocos están esparcidos por doquier, con su economía destruida en espera de mejor tiempo, abrazados a la indolencia, frialdad y el despotismo de su ideología radicalista para imponerla al mundo. Al menos, por el momento, no asesinarán a más personas inocentes, ni decapitarán por amenazas, ni extorsionarán a los familiares de las víctimas.

Aquellos repulsivos victimarios son los sostenedores de un nuevo país nombrado Estado Islámico (EI o ISIS en inglés). Fundado en Siria e Iraq en junio del 2014, con 45 mil kilómetros, que luego expandieron, y una población de 11 millones. Su líder Abu Bakr al-Baghdadi, despreciable terrorista que creó un califato, estado político religioso radical islámico, en pleno siglo XXI en imitación de aquel del siglo VII. En esta contemporaneidad instaló una sociedad de miedo.

El califato sobre Iraq fue derrotado el 17 de octubre de 2017. De los terroristas radicales islámicos del Estado Islámico, solo quedaba una pequeña fracción sobre Siria y otras partes de Asia, África y células ocultas en otras partes del mundo.

El día 26 de octubre del corriente año, para satisfacción de muchos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la muerte del terrorista y cabecilla del EI por comandos operativos de las Fuerzas Deltas y los Rangers del Ejército de EEUU, en la aldea Basisha, provincia Idlib de Siria, a 5 km de la frontera con Turquía. Estas fuerzas especiales en una operación militar de captura y muerte rodearon el recinto donde estaba el terrorista principal Al-Baghdadi y cerca de 30 mil insurgentes en la localidad y cuando lo tenía rodeado, el individuo se suicida accionando un chaleco explosivo, donde muere y mata a sus tres adolescentes hijos.

En realidad, estas acciones de la aniquilación del peligrosísimo terrorista Al-Baghdadi y su califato del Estado Islámico hacen al mundo más seguro y las centenares de miles de víctimas obtuvieron su justicia. Ahora, con trabajo de inteligencia militar y policiaca para destruir sus células por el mundo. Por eso esto es una victoria política del presidente Trump.

El Oriente Medio es una región muy inestable, por las muchas etnias y grupos tribales que la conforman y principalmente por la falta de democracia y libertad. De ahí la importancia de conservar las fronteras actuales. Esta zona está conformada por 18 países que son: Arabia Saudita, Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Chipre, Egipto, Irak, Irán, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Omán, Catar, Siria, Sudan, Yemen, Turquía. Casi todos en diferentes épocas formaron parte del Imperio Otomano, 1453-1917.

La República turca fue la heredera del Imperio Otomano después de su desintegración, eliminando la dirección de sultán, el 1 de noviembre de 1922 y un año más tarde el califato, y el 23 de octubre de 1923 se funda la República de Turquía. Acorde a las garantías del Tratado de Lausana de 1923.

La República de Turquía seguía siendo un estado multiétnico y los conflictos étnicos y territoriales continuaron con la expresión de la guerra civil y la intervención de las potencias militares en el país, en especial con griegos, armenios y kurdos. Estos querían la independencia del Kurdistán; los griegos y armenios, más que por ser pueblos cristianos, buscan restablecer sus antiguos territorios de la Gran Armenia y la Magna Grecia de la Gran Idea.

Grecia había obtenido la Tracia occidental del Rey de Bulgaria por el Tratado de Neuilly de 1919 y los territorios de Esmirna, las islas Imbros y Tenedos y la Tracia oriental por el Tratado de Sévres del 10 de agosto de 1920, el cual firmó el sultán Mehmel VI y aceptó la cesión de cuatro quintas parte de su antiguo territorio imperial. Incluso permitió la creación del Kurdistán independiente y algunos distritos pasaron a la recién independizada de Rusia, la República de Armenia.

Ante la decadente y vergonzosa situación imperial otomana, jóvenes militares turcos se revelaron y pelearon hasta derrotar a los griegos y las potencias europeas que los apoyaban, restablecieron la soberanía territorial y declararon la República de Turquía con sus actuales fronteras bajo el Tratado de Lausana, 1923, con un enorme intercambio de población entre Turquía y Grecia, y las principales potencias abandonaron a los armenios y los Kurdos; pues la situación geopolítica había cambiado desfavorablemente en la región con el nuevo estado de la Unión Soviética y bajo su soberanía, la República Socialista Soviética de Armenia, 1920, y la creación de un Kurdistán autónomo pro soviético en Irán.

EEUU y Europa encontraron un aliado estratégico político en la nueva Turquía republicana. Su visión fue tan correcta que en la Segunda Guerra Mundial Turquía permaneció neutral y fue beneficiada con el plan Marshall de EEUU. Luego en 1952 entró en la OTAN y solicitó su ingreso en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1987 y un acuerdo de unión aduanera en 1995. Por no cumplir con los acuerdos políticos de Copenhague y la reinstalación de la pena de muerte y flagrantes violaciones de los derechos humanos se ha pospuesto la entrada en la Unión Europea.

El Kurdistán turco tiene una profunda huella soviética donde se creó el Partido del Trabajo Kurdo (PKK), ideología socialista y separatista, por su forma de actuación de violencia extrema es considerado terrorista por Turquía, EEUU y la Unión Europea. También existe una región turca mediterránea, la provincia de Hatay, de 9 887 km2 y una población de más de 2 millones de habitantes, con ciudades importantes como Antioquía y Alejandreta; provincia reclamada por Siria.

La guerra en Siria se ha prolongado por más de ocho años, el califato ISIS y cabecilla fueron derrotados, sin embargo, uno tan cruel como de Al-Baghdadi permanece en el poder de su país, Bashar al Asad. Con el apoyo directo de Rusia, Irán e Iraq y el sostén militar indirecto de China, Corea del Norte y Venezuela. En la guerra civil siria han participado más de 75 grupos armados y 21 países foráneos.

Del mismo modo, la oposición islamita y sus aliados: Ejército libre de Siria, Frente Islámico, Frente Al-Nusra, Muyahidines y otros 30 grupos armados, fueron apoyados por Arabia Saudita, Catar, EEUU (hasta el 2013), Libia, Kuwait y de forma logística por Reino Unido y Francia. Asimismo los kurdos sirios Unidades de Protección Populares (YPG), Unidades de Femeninas de Protección (YPJ), Milicias de las tribus Shammar y Zubayd, otras milicias y brigadas internacionales, obtuvieron el apoyo directo del Kurdistán Iraquí, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK turco), Rusia desde 2015, Francia, 2016 y en el 2014 los EEUU.

Verdaderamente, la mejor definición del conflicto fue expresada por el presidente Trump: “Es hora de que EEUU salga de estas guerras sin fin ridículas muchas de ellas tribales”. Y un comunicado de la Casa Blanca afirmó que “Las fuerzas estadounidenses, habiendo derrotado el califato territorial del Estado Islámico, ya no permanecerán en el área”.

El apoyo de EEUU en marco de la campana internacional al movimiento militar PKK kurdo fue una operación táctica para derrocar el Estado Islámico. Y sobre este grupo Trump manifestó que “Probablemente una mayor amenaza terrorista que el Estado Islámico”.

Estos análisis y hechos del presidente Donald Trump me recuerdan a Winston Churchill, cuando tenían un aliado incómodo al estilo del PKK, la URSS, en la Segunda Guerra Mundial, su preocupación y desacuerdo ante la negativa del presidente Franklin D. Roosevelt de abrir un frente en la zona de los Balcanes, facilitó que el telón de acero soviético cayera sobre Europa oriental.

Con estas últimas definiciones sobre el PKK y la salida del conflicto de los estadounidenses y el apoyo a Turquía para asegurar su frontera sur y evitar un conflicto de balcanización y desintegración en su país. En el Oriente Medio se debe mantener el Tratado de Lausana de 1923 para proteger el orden fronterizo de los actuales Estados.

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