jueves 28  de  marzo 2024
OPINIÓN

¿Vientos de cambio en Venezuela?

Muchas personas que luchan cada día para sobrevivir en Venezuela, debido a la drástica escasez de alimentos o medicinas, esperan que Washington tome medidas contundentes
Diario las Américas | SONIA SCHOTT
Por SONIA SCHOTT

A los ojos de Estados Unidos y de gran parte de la comunidad democrática internacional, Venezuela forma parte de ese grupo único de gobiernos equivalentes al famoso trío del "eje del mal", como lo llamó el entonces presidente George W. Bush, en su discurso del Estado de la Unión el 29 de enero de 2002 a una troika de países que amenazaban la paz mundial.

La caracterización fue una idea de David Frum, encargado de escribir los discursos de Bush, quien se inspiró en la palabra “eje”, en referencia a Alemania, Italia y Japón, enemigos de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

Bush mencionó a Irán, Irak y Corea del Norte como un eje diabólico y un año más tarde ordenó la invasión militar de Irak, que llevó a la caída del gobernante Saddam Hussein.

A consecuencia de aquello, Irak se desligó por la fuerza de este club del mal.

La semana pasada, el vicepresidente Mike Pence anunció que otros países habían sido incluidos en una lista que describió como “una manada de lobos en estados fallidos", refiriéndose a estados donde las mínimas condiciones básicas no funcionan.

Nombró a tres países en América Latina donde el "espectro de la dictadura" estaba causando sufrimiento a su gente: Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Su declaración, hecha en una reunión de embajadores estadounidenses durante la conferencia anual de jefes de misiones en Washington, fue uno de los tantos esfuerzos de la administración Trump para aumentar la presión diplomática sobre Nicolás Maduro, cuya legitimidad, como presidente de Venezuela, está en disputa.

El problema para los venezolanos, cuyas vidas han sido devastadas por la falta de democracia y libertades públicas, así como por la mala gestión económica, es que este tipo de afirmaciones provenientes de Washington genera todo tipo de expectativas.

Muchas personas que luchan cada día para sobrevivir en Venezuela, debido a la drástica escasez de alimentos o medicinas, esperan que Washington tome medidas contundentes.

Sin embargo, hasta el momento, la condena internacional, las sanciones contra individuos o la industria petrolera no han logrado persuadir a Maduro para que cambie el rumbo y se haga a un lado para dar paso a la democracia, como la mayoría de venezolanos desea fervientemente.

Pero tampoco hay indicios de que el presidente Donald Trump pueda considerar otra vía que no sea la presión diplomática y económica sobre el Gobierno de Maduro para abrir frente común, con la comunidad internacional, para asumir una posición más cónsona con la realidad política en el país.

No hay duda de que Washington se la ha jugado con Venezuela, hablando con los vecinos de la región y con el resto de países para que adopten una posición más firme.

El propio vicepresidente Mike Pence, así como John Bolton, el asesor de seguridad nacional, fueron más lejos y dieron su apoyo público al liderazgo opositor que domina la Asamblea Nacional de Venezuela.

Tanto Bolton como el secretario de Estado Mike Pompeo, junto al secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, el grupo de Lima y la Unión Europea, han señalado a Maduro que es un presidente ilegítimo en el poder, como resultado de unas elecciones amañadas.

En su declaración del 11 de enero, Bolton elogió a Juan Guaido, presidente de la Asamblea Nacional, por su postura contra Maduro.

Pence llamó a Juan Guaido para prometerle el apoyo de Washington a sus esfuerzos por devolver la democracia a Venezuela.

El punto de quiebre es el 23 de enero, si Venezuela se une para expresar su repudio a Maduro al grito de democracia.

También un 23 de enero, pero de 1958, un movimiento cívico-militar derrocó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, quien ejerció el poder autoritariamente desde 1952 hasta 1957.

La idea nuevamente es abrir la oportunidad a un gobierno de transición que pueda organizar unas elecciones pronto.

Ha habido sin embargo, llamados a los militares venezolanos para que apoyen el retorno a la democracia, y Washington ha apoyado este enfoque. De hecho, en septiembre pasado funcionarios de la administración Trump se reunieron con militares rebeldes, aunque de esto no surgió nada.

Sin embargo, sería peligroso e insensato para Estados Unidos incluso insinuar que podría respaldar una acción militar en Venezuela, pero con la declaración de Pence la semana pasada, Maduro ha sido avisado de que la diplomacia tiene caminos insospechados que a veces no están a simple vista.

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