El descanso médico indicado a Hillary Clinton en medio de la campaña por la presidencia de Estados Unidos aviva el debate sobre la importancia de la salud de los candidatos.
Donald Trump tampoco escapa a la lupa pública pues el magnate republicano no ha develado sus archivos médicos aunque acusa de “falta de transparencia” a Clinton.
La realidad es que ambos contendientes se encuentran en tela de juicio debido a la nebulosa respecto a sus respectivos estados de salud y a los votantes les interesa saber cuál de los dos tiene mayor fortaleza física y mental para ocupar uno de los puestos que mayor dedicación y desgaste requiere en el mundo.
Clinton en perspectiva
El aparente desmayo de Hillary Clinton en Nueva York despertó la alarma de expertos y varios medios de prensa.
Si bien dijo a la CNN que "no creía” que su neumonía “iba a convertirse en gran cosa" y que había "ignorado" el "sabio" consejo de su médica de guardar reposo por cinco días, el asunto tomó relevancia por varias razones.
La primera de ellas es el hecho de que Clinton haya informado sobre la neumonía que padece dos días después de ser diagnosticada. Expertos consideran que éste es un elemento que puede alimentar las dudas sobre su salud mientras sus adversarios creen que denota que no es una persona transparente, en quien se puede confiar.
Por otra parte, el mismo presidente Barack Obama había escrito en una carta el pasado mes de agosto que la candidata estaba "en excelente estado de salud y en condiciones de servir como presidente de Estados Unidos".
Obama subrayó que Clinton logró recuperarse sin dificultad de una cirugía por un coágulo sanguíneo en el año 2012.
En declaraciones a la BBC, James Rubin, le restó importancia a la neumonía de la Clinton, de 68 años de edad, alegando que ha estado haciendo campaña de manera ininterrumpida durante meses y que se ha encontrado bajo el ojo público durante al menos 25 años, en los inicios como Primera Dama y luego como secretaria de Estado.
No hay que olvidar la presión que soportó recientemente por el escándalo de sus correos electrónicos.
Según Rubin, Clinton ha estado bajo un nivel de presión que ningún individuo en el mundo ha tenido que enfrentar.
¿Cree que la salud de Hillary ...
Trump en sus palabras
El candidato republicano y los miembros de su campaña figuran entre los críticos más fuertes sobre el estado de salud de la candidata demócrata a la Casa Blanca.
Desde agosto pasado en su cuenta de Twitter Trump le pidió a la Clinton que publicara sus archivos médicos y que él lo haría de igual forma, pero hasta ahora eso no ha sucedido.
En fechas tan recientes como el martes de esta semana el jefe de campaña de Trump, Kellyanne Conway, se preguntó en entrevista con la MSNBC por qué Hillary Clinton tardó dos días en develar sus afecciones.
Pero al mismo tiempo, Conway defendió el derecho a la privacidad de Trump en torno a develar detalles de su salud.
Como ya es común, el candidato republicano incendia con su discurso algo que él mismo no ha sido capaz de cumplir.
Para los electores, la salud de los aspirantes a la Casa Blanca es un elemento a tener en cuenta, pero es solo uno de ellos. El tema de la salud sería determinante si y solo si a última hora sale a la luz pública alguna enfermedad terminal o que afecte las capacidades cognitivas o la toma de decisiones de uno de ellos.
Algunas curiosidades
Para los políticos estadounidenses y de todo el mundo mostrar un buen estado de salud es muy importante. A la vez que denota fortaleza para llevar los destinos de la nación muestra que su toma de decisiones no será afectada por ninguna afección.
Sin embargo, los accidentes ocurren y por ejemplo, durante su presidencia George H.W. Bush vomitó sobre un primer ministro de Japón. Su hijo, George W. Bush también se desmayó en la Casa Blanca, cuando se atragantó con un pretzel.
Otro caso bien sonado fue el del presidente Franklin Roosevelt quien ocultó sus graves problemas de salud mientras John F. Kennedy nunca mencionó sus problemas de espalda.
