viernes 22  de  marzo 2024
OPINIÓN

Todo en contra nuestra

En los años de la llamada Guerra Fría, durante la pujanza "cuasimperial" de la entonces Unión Soviética, podría entenderse un tanto ese padrinazgo al gobierno parásito cubano
Diario las Américas | ANGEL CUADRA
Por ANGEL CUADRA

Muchas veces nos hemos preguntado por qué, qué fuerzas o intereses internacionales siempre han acudido a propiciarle sostén al gobierno castrocomunista; y también por qué a las fuerzas o grupos opositores a aquella dictadura se les han cerrado tantas puertas en los caminos tomados para restablecer la libertad y la democracia en Cuba.

En los años de la llamada Guerra Fría, durante la pujanza “cuasimperial” de la entonces Unión Soviética, podría entenderse un tanto ese padrinazgo al gobierno parásito cubano. Pero aun tras el desmantelamiento de la Unión Soviética, el gobierno castrocomunista ha encontrado el “salvavidas” para mantenerse a flote, que le han tirado desde varios centros de ayuda, por ejemplo, y en orden, la Unión Europea, o la España de los gobiernos socialistas. Préstamos (si esperanza de ser pagados por el recipiente castrista) además de Japón, México y otros salvadores. Y, al cabo, el nuevo padrino que fue la Venezuela chavista casi gobernada desde La Habana. Pero el caudal de riqueza venezolana, en crisis y final pobreza, ya no podía con la carga de Cuba sobre sus hombros. Pero entonces, en diciembre del 2014, al balcón de la esperanza se asomó inesperadamente el rostro del nuevo padrino rico: el presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, tras casi dos años de conversaciones secretas con funcionarios del gobierno cubano, anunció al mundo el restablecimiento de relaciones con el gobierno castrista. El camino se abre para los posibles intercambios económicos e inversiones, y préstamos a bajos intereses y largos plazos de pago. Y todo bajo la advertencia altanera del gobierno cubano de que no haría concesión alguna en lo político y relacional; mientras de la parte norteamericana está la disposición de aceptarlo todo a priori.

Hace algunos años, Gus Hall, entonces presidente del Partido Comunista de Estados Unidos dijo en un programa de TV, que el comunismo no había muerto “aún quedan China, Viet Nam y Cuba”. Luego –cabe especular con sobradas razones- que al régimen castrocomunista había que mantenerlo, y mantenerlo como tal, pues, al final, con cualquier variante no esencial, la doctrina podría seguir extendiendo su existencia. Y coincidiendo con eso, tras una reunión en Atenas de alrededor de 50 partidos comunistas, en reunión trascendente, acordaron reestructurar la Internacional Comunista, en la cual la Cuba de Castro ocuparía un escaño importante. La primera actividad resultante fue la creación (se supone que a instancias principalmente de la delegación cubana) del Foro de Sao Paulo, con la asistencia, entre otros, además de Cuba, del Frente Farabundo Martí, las FARC, el Frente Sandinista, Y Lula da Silva.

El Foro de Sao Paulo que desde entonces lleva algunos años funcionando, tiene entre otras funciones, el desarticular las democracias en Latinoamécrica, demostrar que su aplicación como tal no resuelve de hecho los urgentes problemas de la mayoría de esos países del Continente. Por tanto, que es procedente buscar otra alternativa que, bajo cualquier variante, abra camino para el comunismo redivivo, y que no tenga ya que hacerlo por la subversión, sino por las mismas vías que franquea en lo formal, la democracia. Y así tras ciertos pasos, podríamos señalar el Socialismo del Siglo XXI, con los perfiles de Chávez, formado y dirigido por el gobierno de La Habana. Como fuente de orientación doctrinal y objetiva a la vez.

Tenía razón aquel presidente del partido comunista de EEUU, que antes señalamos, como que el comunismo, que es una doctrina con raíces internacionales, que se niega a morir, al gobierno castro comunista, había que mantenerlo.

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