jueves 28  de  marzo 2024
CUBA

Qué motivó la "alerta máxima de combate" en Cuba este fin de semana

La región oriental del país, específicamente la provincia de Holguín, fue el escenario de un despliegue militar sin precedentes este fin de semana, como si la isla estuviera amenazada por un ataque inminente
Por REDACCIÓN/Diario Las Américas

Hubo alarma máxima de combate durante el fin de semana en la región oriental de Cuba, específicamente en la provincia de Holguín. Así lo anunció el lunes 5 de agosto Juan Juan Almeida García en el programa de actualidad noticiosa que trasmite cada día por Facebook desde la redacción de DIARIO LAS AMÉRICAS. El informe fue reportado desde la isla por fuentes que prefirieron conservar el anonimato.

Pero, ¿cuáles podrían ser las razones por las que el régimen decidió adoptar este estatus de preparación para un supuesto enfrentamiento inmediato?

Se especuló que los motivos pudieran haber estado centrados en la escalada de sanciones que en el transcurso de los últimos días ha dictado la Casa Blanca contra funcionarios de la cúpula dictatorial que encabeza en Venezuela Nicolás Maduro y de la cual Cuba es aliada incondicional. También podría haber sido la advertencia lanzada a los gobernantes cubanos por parte del secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, quien en entrevista concedida al portal digital Diario de Cuba aseguraba que desde la Casa Blanca "estamos haciendo todo lo que podemos por apoyar al pueblo cubano" y donde advirtió que “una mejoría de las relaciones entre La Habana y Washington, solo sería posible si el régimen renuncia a su comportamiento opresivo".

Según el reporte de Juan Juan Almeida, desde el viernes 2 de agosto la Marina de Guerra, todas las fuerzas terrestres y la fuerza aérea de las provincias orientales, incluyendo las dos brigadas que custodian el perímetro de la base Naval de Guantánamo, y todos los regimientos de tropas especiales, estaban puestos en el nivel más alto de alarma de combate que se haya registrado en los últimos tiempos en Cuba.

Tras dar lectura a la comunicación textual recibida desde Cuba, Juan Juan Almeida hizo mención a que bajo ese estado de alerta máxima, por órdenes del general de Ejército Raúl Castro, se había violado la ley 75 de la Defensa Nacional que establece como presidente del Consejo de Defensa Nacional, comandante el jefe del Ejército y jefe del Consejo Nacional de Ejército a quien presida la nación que, en este caso, aunque haya sido por designación, es Miguel Mario Díaz-Canel.

Sin embargo, en violación de esa ley de Defensa Nacional, en esas circunstancias especiales, el país se puso al mando del ministro de las Fuerzas Armadas, el general de cuerpo de Ejército Leopoldo Cintras Frías, lo cual según Almeida, puso en evidencia la falta de autoridad del designado gobernante de la república de Cuba.

A propósito de ese despliegue, expertos especulaban que entre las razones para el estado de alerta del ejército se ubicaba la conmemoración del aniversario 25 del llamado “Maleconazo”, un estallido social ocurrido en La Habana el 5 de agosto de 1994, en medio de una severa crisis que agobiaba al país y por la cual de manera espontánea la gente se lanzó a las calles, dando lugar a una protesta popular que Fidel Castro neutralizó con “tropas de choque” y a lo cual le encontró salida con la autorización de un éxodo masivo.

Sin embargo, Almeida puso en duda esta probabilidad y reafirmó que la zona con mayor actividad combativa este fin de semana fue la provincia de Holguín, donde aseguró que “hubo un verdadero huracán defensivo”. Incluso dijo, “dos aviones mig del tipo caza de la base aérea de la provincia de Camagüey se trasladaron a Holguín, también el régimen de apoyo táctico, es decir los cazabombarderos, estuvieron activos y uno de los tres escuadrones de helicópteros de combate de Santiago de Cuba –marca mi 24 D– se trasladó hacia el aeropuerto de Holguín.

La Policía nacional, según el reporte de Almeida, también fue movilizada y cada 25 kilómetros de distancia, en Holguín fueron ubicados grupos de policías, uniformados y de civil.

Con este panorama, cualquiera hubiera podido pensar que Cuba se estaba preparando para enfrentar una inminente invasión o lidiar con una situación especial interna de gran envergadura.

En medio de ese estado de alerta en el que estuvo inmersa la isla, cinco oficiales del ejército, dos tenientes coroneles y tres de menor rango, fueron detenidos y puestos a disposición de tribunales militares porque se descubrió que en medio de esta alarma, se descubrió que unas unidades motoras de combate estaban fuera de servicio y no habían sido reportadas.

Entretanto, en horas de la noche del viernes 2 de agosto, reseñaba Almeida, a partir del reporte recibido desde Cuba, hubo un apagón eléctrico y tecnológico que interrumpió todo tipo de comunicaciones a través de internet y de teléfonos celulares durante más de una hora, en esa región de Holguín y mientras eso sucedía, un helicóptero de combate se mantuvo sobrevolando la zona, hasta que a las 10:40 de la noche se detuvo en una pista de aterrizaje en Cayo Saetía (al norte de Holguín), en la Bahía de Nipe.

Unos minutos después de haberse detenido ese helicóptero de combate allí, aterrizó el helicóptero ejecutivo Mambí 1, el cual, aseguró Juan Almeida, “tienen las Fuerzas armadas para transportar únicamente al general de ejército Raúl Castro Ruz.

Pero hasta la llegada del general y exgobernante, todo el despliegue que parecía haber sido provocado por una situación excepcional se desinfló, cuando se conoció que la puesta del país en pie de guerra y todo el despliegue, únicamente respondía a que al menor de los Castro, que evidentemente continúa desde las sombras con las riendas del poder, había decidido trasladarse hasta Cayo Saetía, donde tiene un coto a donde se traslada a cazar animales exóticos.

A pesar de lo absurdo que podría parecer semejante despliegue sin aparente razón, en un país agobiado por una inmensa escasez, abocado a una crisis económica similar a la vivida en los 90, lo sucedido el fin de semana último en la región oriental de Cuba deja en claro dos cosas: el país sigue siendo la finca privada de los Castro aunque ya oficialmente no detenten el poder; además, que la figura de “presidente” de los consejos de Estado y de Ministros, concedida a Díaz-Canel, únicamente les sirve para un cambio de apellido con el que intentan demostrar que la era de los dinosaurios en la isla, al menos nominalmente, terminó.

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