Quien entrena sabe que, de manera involuntaria, es frecuente que se escape un jadeo o incluso un grito más fuerte. Es producto del agotamiento, de la fuerza utilizada o simplemente de la satifacción por haber logrado cumplir con la rutina, sin embargo, ¿Gritar en el entrenamiento es aconsejable?
La respuesta es sí. El poder exhalar de manera ruidosa en aire contenido tiene bondades que favorece el rendimiento deportivo, detalla el portal web sportlife.es
La explicación científica es que gruñidos aumentan la potencia de las señales eléctricas que el cerebro envía a los músculos para que se contraigan.
Es decir, a más señales, mayor contracción y mayor fuerza Es decir, a más señales, mayor contracción y mayor fuerza
Emocionalmente es recomendado por los especialistassobre todo en deportes de competición uno contra uno como puede ser el tenis, el bádminton, o de máxima presión en solitario, como son los levantamientos de halterofilia, ganen en confianza y autoestima, es así, gritar ayuda a reafirmarte.
Los beneficios de pegar un buen grito puede incrementar la tolerancia al dolor porque ayuda activar nuestros mecanismos opiáceos endógenos y así podemos aguantar más tiempo en situaciones dolorosas, como puede ser un levantamiento de fuerza al fallo.
Además el grito al incremento de la fuerza: gritar mejora la estabilidad aumentar la presión intraabdominal.
FUENTE: Redacción