sábado 23  de  marzo 2024
SEXO

Hablemos de sexo con nuestros hijos

Los niños son propensos a averiguar por su cuenta sobre el sexo al no saciar su curiosidad den una conversación.

Según publicaciones del portal web especializado en bienestar personal, Inspirulina, durante las últimas décadas son muchos los cambios que se han dado en el tema de la sexualidad. Si bien algunos problemas han dejado de estar en la palestra como en años anteriores, sin negar su existencia actual, tales como la represión sexual, la discriminación o los problemas de control de natalidad, han surgido otros que, tiempo atrás, podrían ser inimaginables como la pornografía infantil y unas nuevas enfermedades de transmisión sexual. Lo que parece no haber cambiado es la incomodidad que resulta para la mayoría de los padres el hablar de sexo con sus hijos. Si bien el sexo es una parte normal de la vida, una necesidad fisiológica como comer o dormir, manejado de manera irresponsable podría conducirnos hacia un embarazo no deseado o hacia la infecciones de transmisión sexual. Por tanto, resulta adecuado e ineludible que los padres hablemos con nuestros hijos del tema con absoluta confianza. Educar a los hijos constituye el único camino para prevenir problemas. Debemos enseñarlos a identificar situaciones que puedan significar algún peligro de índole sexual. Recordemos que la curiosidad que despierta el tema sexual en ellos los llevará a buscar información al respecto. Por tanto, quienes mejores que los padres para brindarles la información adecuada y no tergiversada como podrían encontrar en los diferentes medios de comunicación, llámese internet, revistas, televisión, entre otros.

Hablar de sexo implica abordar temas como los roles sexuales y las relaciones. Hablar de masturbación, tocamientos inadecuados, menstruación, las caricias y las infecciones de transmisión sexual. Se debe discutir el tema del respeto, de sentirse a gusto con su identidad sexual, la manera como debe expresarse el amor, como crear intimidad. No hablar de todos estos temas es privar a nuestros hijos de una información que les será útil e importante en su vida.

No debemos transmitirles el mensaje de “mejor no preguntes”. No brindarles una educación y actitud sana al respecto es hacerlos vulnerables a problemas de índole psicológico o físico. Es en este caso cuando el silencio actúa de manera perjudicial para nuestros hijos.

Hagamos el siguiente ejercicio. Piense cuándo fue la última vez que habló de sexualidad con su hijo/a, la última ocasión que conversó con él/ella sobre la imagen que tiene de sí mismo/a, la última vez que habló acerca de ¿cómo deben tratarse los chicos y las chicas?

Si no puedes recordar claramente cuándo mantuvo estas conversaciones, significa que ha pasado demasiado tiempo. Es hora de volver a empezar.

FUENTE: INSPIRULINA

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