Desde hace un tiempo hemos venido observando como la selección Colombia a pesar de tener un equipo triple A viene arrojando resultados mediocres en todas sus presentaciones. Y aunque se ha dado una espera al técnico para que recomponga el equipo después del mundial, también es cierto que ya la espera está llegando a su fin. Lo visto en la reciente Copa América en donde se insistió con un grupo de jugadores que claramente no tenían ritmo fue un grave error, sin mencionar la inclusión permanente de Falcao García en los partidos para rehabilitarlo, según Peckerman, pero sin que este jugador pudiera dar lo mejor de sí porque simplemente esta fuera de ritmo y su confianza esta abajo. El último partido frente a Uruguay demostró que Colombia está buscando armar un equipo que sea competitivo pero ese objetivo está lejos de alcanzarse en la medida que muchos de los llamados no juegan o sencillamente no ponen lo mejor de si en la selección, o en el peor de los casos, pasa lo del bolillo; se armaron roscas alrededor del técnico generando resentimiento en jugadores que sí tenian ritmo dañando la moral y actitud del equipo.
En ese orden de ideas tenemos a los medios de prensa, especialmente Caracol, quien por lo general le da por agrandar a estos jugadores cuando aun no han ganado nada. Si bien es cierto se logro un lugar importante en el mundial, también es cierto que lo visto en la cancha contra Brasil fue patético y que los jugadores estaban perdidos y sin distancia. Quiero pensar que fue un mal planteamiento de juego y no que hubo mano negra para que no se saliera a ganar. La prensa ha procedido con tanta irresponsabilidad que muchos jugadores ya se sienten dioses y piensan que le hacen un favor al país cuando juegan con la camiseta y no al revés. No se les ve ese fervor por la camiseta, y eso es otro síntoma de falta de liderazgo desde la dirección técnica.
En el mundial pensé que salimos eliminados por juego sucio y manos negras, pero ya después de ver el patrón de juego del equipo y lo mal que los partidos son planteados, debo pensar que sucede algo mucho más complicado que un simple mal partido. Esa complicación pasa por Peckerman que es terco, pone los jugadores que no tienen ritmo en los partidos, es rosquero y no le da juego a figuras que si tienen ritmo como Jackson Martínez que ya es prácticamente un hecho que siempre viene a ver como García juega sin ritmo, y él con fútbol, ve cómo debe sentarse observando al técnico como insiste con los esquemas equivocados y jugadores sin ritmo.
Con Peckerman hay agradecimiento y respeto por sacar a Colombia de la oscuridad de la rosca paisa, pero no puede el técnico seguir ese ejemplo nefasto que llevo a Colombia al fracaso. Una cosa es que hayan figuras que merezcan respeto, pero la selección es para poner a jugar a los mejores, y es deber del técnico probar jugadores constantemente para tener relevos generacionales sin que nos pase lo del bolillo y su combo que se quedaron con los Asprilla, Valderrama y Aristizabal sin renovar, no dando oportunidad a otros lo que llevo a que nos quedáramos por fuera de tres mundiales. Si James no está en ritmo, se debe tener jugadores que puedan relevarlo y llenar el vacío sin que eso signifique que James se quede por fuera después. Pero se debe priorizar en el juego limpio y activo, no en los favores personales, o volver la selección en un campo de rehabilitación de jugadores sin ritmo en el concierto internacional.
Se vienen partidos claves frente a Chile y Argentina esperando que Peckerman cambie el modo de ver los juegos y pueda interpretar cuando un jugador debe ser relevado y no llamar jugadores que están en ritmo para que se queden en la banca sin hacer nada impotentes ante el mal juego de Colombia. Peckerman gana mucho dinero y se le debe exigir más profesionalismo con el equipo para poder rectificar el rumbo. James no puede hacerlo todo solo y necesita un compañero que lo ayude, y Jackson no puede estar en la banca por debajo de Falcao quien en su momento era lo máximo, pero que ahora debe encontrarse no solo físicamente sino espiritualmente para poder volver a ser el tigre. Pero la selección no puede ser el lugar para re-activar estos jugadores. La paciencia se acaba señor Peckerman y usted deberá rectificar porque el equipo sin duda va por mal camino.