Delimitado y protegido por pasos de control, este lugar, consagrado por playas de encanto, cuenta con villas de exótica confección, impresionantes hoteles y zonas residenciales de peculiares diseños que colindan con campos de golf que miran al mar y jardines tropicales que semejan el paraíso.
Allí el peso dominicano rige como moneda oficial, pero el dólar estadounidense es el que reina.
Entorno
Un farallón se levanta en el horizonte y marca una parte del término que comprende el enclave costeño. Aquí la paz parece haber encontrado su destino final.
Cuando el Sol se asoma sobre el mar, la esperada luz avanza silenciosamente sobre las playas y campos de golf e inunda cada una de las edificaciones que se alistan prudencialmente alejadas de la costa. Todo ha sido minuciosamente pensado y sin caer en el error de robarle demasiado espacio a la naturaleza.
Comenzamos por el muelle que posee una flamante infraestructura y un atractivo entorno urbano. A este lugar llegan sofisticadas embarcaciones de recreo y otras que tienen a la pesca como recreación. Sean las agujas azules o blancas, el pez vela o el atún, cada mes tiene un botín asegurado.
A cada lado del canal se aprecian vistosos condominios, tiendas de marca y restaurantes de alta cocina. Los precios de las lujosas viviendas oscilan entre algún millón y 50.000 dólares, lo que hace el lugar muy apetecible.
Cerca de allí está la playa Juanillo. Una franja de cinco millas de blanca arena y mar color turquesa que por muchos años fue el secreto mejor guardado de los vecinos de la zona. Allí acudían unos y otros, y algún turista muy bien guiado que atravesaba el espeso monte que existía entonces.
Hoy el acceso a la playa es compartido por huéspedes y continúa luciendo su esplendor frente a las instalaciones hoteleras.
Siguiendo la ruta de la costa, hay un pequeño acantilado que bordea el campo de golf Punta Espada, considerado uno de los mejores campos de golf del Caribe, con su club particular y peculiares complejos hoteleros, villas que resaltan la típica arquitectura del país, que tiene su base en el uso del cedro y techos artesanales con hojas de palma y contrastan con el confort de amplios baños y las amenidades que supone el siglo XXI.
El singular club de playa, igualmente confeccionado con mampostería, rica madera y techos artesanales, semeja un gran palacete precolombino de altos techos y sirve como punto de encuentro, descanso y servicio para visitantes.
Detrás está el farallón y sus cuevas milenarias habitadas por murciélagos, buitres e iguanas. Lugares que siglos atrás fueron habitados por taínos y hoy reciben la mirada curiosa de turistas y arqueólogos. En su base se aprecia un sendero que atraviesa un bosque semihúmedo y bordea el mar, que sirve además como ruta para pasear a caballo. Valor agregado que permite el paseo por una de las pocas zonas del Caribe donde los cactus y los árboles crecen a la par.
Desde el farallón, que luce como una inmensa muralla de 265 pies de altura, se aprecia la naturaleza en su máximo esplendor. De un lado está la vegetación siempre verde y reluciente con montañas en el horizonte, mientras en el otro costado está el mar que no parece tener fin.
Diversión
Además de playa, gastronomía y buen beber, en Cap Cana hay parques de recreo para toda la familia.
Dorado Park es como el templo del agua, donde unas 20 atracciones relacionadas con el preciado líquido y restaurantes permiten a niños, adolescentes, adultos y mayores disfrutar el día a plenitud.
También está Scape Park, que es un parque de aventuras, naturaleza y conocimiento que, además de atracciones que ponen a prueba la osadía con cuerdas y vehículos tipo yipeta, cuenta con cuevas subterráneas, cenotes escondidos, selva exuberante, un imponente acantilado y rincones dedicados a la cultura autóctona taina y dominicana también.
Paraíso gourmet
Todo lugar sofisticado cuenta con un universo gourmet que tiene por características imprescindibles la combinación de platos internacionales y la presencia de un servicio esmerado.
La oferta culinaria de Cap Cana apunta hacia esa tendencia y se nutre de un equipo gastronómico supervisado por expertos internacionales, mayormente procedentes de paraísos gourmet probados.
La propuesta gastronómica es amplia e internacional, desde el muy argentino The Steakhouse, con sus parrilladas y vinos, el muy italiano Capriccio, que se especializa en pastas y pizzas, hasta el Wok, donde confluyen las cocinas de Japón, Tailandia, China e India.
Sin embargo, resalta el Blue Marlin frente al mar con su suculenta confección de platos dominicanos y una adecuada selección de platos internacionales.
Cómo llegar
Varias son las aerolíneas que ofrecen servicio desde grandes aeropuertos internacionales, entre las que destaca la aerolínea dominicana Arajet que, además de conectar a Miami con Santo Domingo y a varios destinos en Latinoamérica, vuela ahora desde la ciudad floridana a Punta Cana a precios de bajo costo.
Los vuelos a Punta Cana desde Miami en Arajet.com comienzan en 250 dólares ida y vuelta.
No necesita visa si viaja con pasaporte estadounidense. En caso diferente, debe consultar el consulado dominicano.
Dónde hospedarse
Can Cana y la vecina Punta Cana cuenta con una amplia selección de hoteles y resorts con servicio todo incluido, pero realzamos Sanctuary Cap Cana que, administrado por la cadena hotelera Marriott, denota amplias habitaciones que miran al mar o la inmensa explanada con piscinas y bares que tiene acceso directo a la playa.
Este lujoso resort de 324 habitaciones evoca una ciudadela colonial española que contempla el mar desde un acantilado.
Lugar de interés
A Cap Cana se va a descansar, pero si desea hacer algo diferente puede ir a Higüey, capital de La Provincia La Altagracia, a una hora en carretera; donde se encuentra el Santuario de la Milagrosa Virgen de la Altagracia, patrona del pueblo dominicano.
Ahorrar dinero
El dólar estadounidense es fuerte y viajar a República Dominicana es económico.
Aun cuando no necesite pesos dominicanos en Cap Cana, siga estos consejos para facilitar el valor de su bolsillo. NO CAMBIE DINERO antes de viajar ni tampoco lo haga en el destino. La mayoría de los turistas tienden a cambiar dólares e ignoran que son tasados con una comisión que muchas veces es excesiva.
Mejor tenga el dinero en su cuenta bancaria y utilice la tarjeta ATM tan pronto llegue al aeropuerto. Así ahorrará la comisión del cambio y obtendrá la mejor tarifa internacional disponible ese día.
Consulte a su institución bancaria sobre un posible cargo por el servicio internacional.
También puede usar tarjetas de crédito en tiendas, restaurantes y hoteles.
