viernes 7  de  marzo 2025
TURISMO

De griegos y romanos: Éfeso, historia, arquitectura clásica y servicio abordo

Este bastión helénico y romano que perdura, ubicado en lo que hoy es territorio turco, ve pasar el tiempo frente al mar Egeo

Diario las Américas | JESÚS HERNÁNDEZ
Por JESÚS HERNÁNDEZ

MIAMI.- A unos minutos de Esmirna, hoy Izmir, en Turquía, están las ruinas de la antigua ciudad griega Éfeso, donde perduran aún el enorme teatro que mira al mar Egeo y la imponente fachada de la biblioteca romana de Celso.

Para conocer el valor incalculable de Éfeso, hay que mencionar su historia. Cuenta el geógrafo e historiador griego Estrabón (63 a.C – 24.d.C.), conocido principalmente por su obra Geografía, que a Éfeso se le llamó Esmirna por una amazona, donde todavía existe la pequeña villa de Ayasaluk, cuyo nombre se cree proviene del griego hagios theologos, es decir, el santo teólogo.

Tras largos años de revueltas y guerras, Alejandro Magno, rey de Macedonia, llegó a Éfeso en el año 334 a. C. tras desalojar a los persas y suprimió el sistema oligárquico que imperaba en la ciudad e instauró una democracia al estilo griego.

Los griegos, bajo el mandato del rey Creso, construyeron un templo que dedicaron a la diosa Artemisa, protectora de la caza, el terreno virgen, los nacimientos, la virginidad y las doncellas, según la mitología griega, que formó parte de las Siete Maravillas del mundo antiguo.

Dos siglos después, cuando el Imperio romano ocupó la península de Asia Menor, tras la gran batalla de Accio en el año 44 a.C., los romanos construyeron un puerto y Éfeso prosperó hasta ser una importante ciudad de la cuenca oriental del mar Mediterráneo.

En torno a los años 114-120 se construyó la Biblioteca de Celso que, con una capacidad estimada de 12.000 volúmenes, se convirtió en una de las más grandes de su época.

En el 262 Éfeso fue azotado por los godos y el templo de Artemisa, que los romanos dedicaron a su diosa Diana, destruido.

Desde entonces la ciudad entró en una decadencia que se acentuó por dos terremotos que se produjeron en los años 358 y 368.

Éfeso hoy

Tres importantes avenidas de la antigua ciudad distinguen este centro arqueológico, que la UNESCO reconoce como patrimonio de la humanidad.

Si entramos por la puerta secundaria del recinto urbanístico, donde se encontraba el ágora o plaza principal, andaremos por la avenida de los Curetes, donde se encuentran varios lugares de interés; hasta llegar a la biblioteca de Celso.

En esta ruta vemos la puerta de Hércules, la fuente de Trajano y el templo de Adriano, de orden corintio, todos construidos en el siglo II.

De ellos, el templo de Adriano destaca por ser una de las estructuras mejor conservadas y más hermosas de la calle Curetes. Fue construido antes del año 138 y dedicado al emperador Adriano, quien visitó la ciudad en el año 128.

La fachada del templo tiene cuatro columnas corintias que sostienen un arco curvo, en medio del cual resalta un relieve de Tique, diosa de la victoria.

Las columnas laterales son cuadradas. El pedestal, con inscripciones frente al templo, es la base de las estatuas de los emperadores Diocleciano, Maximiano, Constancio I y Galerio.

También están los célebres baños públicos: una hilera de 36 hoyos, construidos en mármol, se extiende a lo largo de tres largos bancos, en cuyo interior fluía agua fresca para llevarse los desechos.

Al final de la avenida aparece la impresionante fachada de la biblioteca de Celso, como si de un farallón se tratara.

Flanqueando la entrada hay cuatro pares de columnas compuestas (mezcla de iónico y corintio), que están elevadas sobre pedestales. Justo encima se encuentra un conjunto de columnas corintias.

Estos pilares, en el nivel inferior, enmarcan estatuas de personificaciones femeninas de las virtudes: Sofía (sabiduría), Episteme (conocimiento), Ennoia (inteligencia) y Arete (excelencia).

A un lado de la antigua biblioteca está el camino de mármol, que conduce al gran teatro, que fue construido por los griegos y ampliado por los romanos; que está ubicado en una posición muy sobresaliente que domina el paisaje que termina en el viejo puerto.

Con una anchura de 145 metros y 30 metros de alto, pudo albergar hasta 24.000 espectadores.

A unos pasos de allí está la vía Arcadia, que conduce a la costa y el puerto en desuso que fue construido por los romanos.

Cómo llegar

La aerolínea Turkish Airlines ofrece servicio directo desde varias ciudades estadounidenses, incluyendo Miami, al aeropuerto de Estambul, en Turquía, donde puede visitar la milenaria ciudad que antes se llamó Constantinopla e iniciar una excusión para llegar a Izmir y visitar Éfeso.

Si porta un pasaporte estadounidense puede optar por solicitar un permiso de entrada a Turquía a través del portal de la aerolínea u otro habilitado por el gobierno turco. En ambos casos se trata de un proceso rápido, que solo requiere mostrar su identificación y paga ahora 50 dólares.

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