La designación de Marco Rubio como el 72.º Secretario de Estado de los Estados Unidos el 21 de enero de 2025 marcó un momento definitorio en la diplomacia estadounidense. Como el primer hispano en ocupar este cargo, Rubio asumió funciones bajo una intensa presión política y en medio de un orden global inestable.
Vale destacar que este 1 de mayo el presidente Donald Trump anunció que Rubio será también asesor "interino" de seguridad nacional, otro cargo que refleja la confianza de la Administración actual en el jefe de la diplomacia estadounidense.
Con crisis desatadas en Europa del Este, Medio Oriente y América Latina, Rubio enfrentó el enorme desafío de restaurar el liderazgo estratégico de Estados Unidos mientras reformaba una burocracia largamente acusada de estancamiento. En apenas 100 días, sus acciones — audaces, controvertidas y profundamente trascendentales — han transformado tanto la misión como la estructura del aparato diplomático estadounidense (Psaledakis et al., 2025).
Crisis globales y posicionamiento estratégico
El debut diplomático de Rubio coincidió con un punto crítico en la guerra entre Rusia y Ucrania. En cuestión de semanas, viajó a Ankara y Doha para facilitar negociaciones indirectas entre Kiev y Moscú. Aunque aún no se ha alcanzado un acuerdo formal, su propuesta de una Ucrania neutral pero soberana abrió espacio para nuevas conversaciones y redujo la intensidad del conflicto.
En Asia, Rubio equilibró disuasión y diplomacia. Autorizó despliegues conjuntos de la Marina y la Guardia Costera cerca de Taiwán, y aumentó el financiamiento militar para aliados clave del Indo-Pacífico. En Medio Oriente, su respuesta a los ataques hutíes en rutas marítimas incluyó el intercambio de inteligencia y la formación de coaliciones — acciones que reforzaron la seguridad marítima sin comprometerse directamente en el conflicto.
Reestructuración del Departamento de Estado
Una de las iniciativas más ambiciosas de Rubio ha sido la reestructuración agresiva del Departamento de Estado. Declarando que la agencia estaba “sobredimensionada, desactualizada y desalineada”, inició una reducción gradual del 15% del personal mediante salidas voluntarias, y consolidó más de 100 oficinas funcionales en una estructura más ágil. Se creó una nueva Dirección Estratégica Hemisférica para gestionar la política hacia América, la coordinación de inteligencia y la diplomacia contra los carteles.
Rubio también recortó las iniciativas internas de diversidad e inclusión, redirigiendo recursos hacia diplomacia cibernética, contrainformación y seguridad diplomática de primera línea. Aunque reformistas elogiaron estas medidas, críticos advierten que podrían debilitar la experiencia institucional. Rubio responde: “la misión debe primar sobre la ideología”.
América Latina: Prioridades y realineamientos
Ninguna región ha experimentado un cambio más inmediato bajo Rubio que América Latina. Aprovechando su experiencia de décadas en la región, Rubio:
- Reforzó la cooperación con Colombia para interceptar narcosubmarinos y debilitar la cadena de suministro de cocaína, tanto en el mar como en el Tapón del Darién.
- Apoyó a El Salvador y Guatemala con fuerzas conjuntas enfocadas en desmantelar pandillas transnacionales.
- Restableció sanciones contra el conglomerado militar GAESA de Cuba y el Cartel de los Soles en Venezuela, además de suspender entrevistas de visas para ciudadanos sospechosos de vínculos con grupos criminales como el Tren de Aragua.
Su doctrina para América Latina es clara: la seguridad de Estados Unidos está ligada al orden hemisférico, y ese orden comienza con el imperio de la ley.
Enfrentando a China en el hemisferio
Rubio ha hecho del combate a la influencia china un pilar central de su estrategia para el hemisferio occidental. Ha advertido que la creciente presencia económica de Beijing — incluyendo el control de puertos estratégicos, infraestructura energética y redes digitales — representa una amenaza a largo plazo para la soberanía regional y los intereses de EEUU.
En marzo, Rubio envió un equipo diplomático a Panamá para reunirse con autoridades del Canal y expresar preocupación por propuestas de inversión chinas vinculadas a centros logísticos cercanos al canal. Se ha opuesto públicamente a la cesión de infraestructura crítica a empresas estatales chinas y ha impulsado un “marco regional de seguridad de infraestructura” para evaluar proyectos financiados por actores extranjeros.
También ha impulsado alternativas al programa chino de la Franja y la Ruta, reviviendo herramientas de financiamiento del desarrollo estadounidense y ofreciendo a países de Centroamérica y el Caribe paquetes de ayuda condicionados a transparencia digital y diversificación comercial.
Una nueva doctrina de derechos humanos
Alejándose de la ambigüedad multilateral, Rubio ha puesto la libertad religiosa, la protección a disidentes y la libertad de internet como ejes centrales del mensaje estadounidense. En un gesto simbólico, recibió en el Departamento de Estado a disidentes de Irán, Cuba y China durante su primer mes en el cargo. Además, vinculó la asistencia exterior a indicadores de libertad de prensa y criticó a aliados europeos por leyes de “discurso de odio” que, según él, suprimen la oposición política.
Conclusión: Claridad estratégica en tiempos de incertidumbre
En 100 días, Marco Rubio ha redefinido lo que significa ser el principal diplomático de Estados Unidos. Su estrategia — abiertamente realista, basada en valores y centrada en el hemisferio — marca un giro radical respecto a la ortodoxia diplomática reciente. Queda por ver si la historia lo recordará como restaurador o disruptor. Pero una cosa es segura: en tiempos de desorden global, Rubio ha optado por el impulso sobre la inercia, y por la visión sobre la vaguedad.
Veredicto: Los primeros 100 días de Rubio han sido decisivos, enfocados en la misión y audaces. Aunque no exento de críticas, su enfoque ha revitalizado la diplomacia estadounidense con dirección y urgencia pocas veces vistas en años recientes. En términos generales, su desempeño merece una calificación de 8.5 sobre 10 — un comienzo de alto impacto, ideológicamente firme y estructuralmente transformador, que podría redefinir el rol de EEUU en el mundo.
Referencias
Psaledakis, D., Landay, J., & Mohammed, A. (2025). Rubio overhauls State Department amid global uncertainty. Reuters. https://www.reuters.com/world/us/rubio-state-department-overhaul-2025
Departamento de Estado de EE.UU. (2025). Informe de Reorganización Estratégica – Febrero 2025.
González, M. (2025). La doctrina Rubio para América Latina: firmeza con condiciones. Foreign Policy.
Guardia Costera de EE.UU. (2025). Aumentan interdicciones en el Pacífico oriental bajo nuevas iniciativas diplomáticas.
Oficina del Portavoz. (2025). Declaraciones del Secretario Rubio – 12 de marzo de 2025.
Publicado en el Miami Strategic Intelligence Institute.