A cambio, Netanyahu ofreció que él iría al parlamento en Ramalah, Cisjordania, sede de la Autoridad Palestina, para dirigirse a los legisladores palestinos.
Abbas de inmediato rechazó el ofrecimiento hecho en la última sesión de Naciones Unidas en la que las dos partes mostraron lsa enormes diferencias que las separan para poder llegar a un acuerdo de paz.
Shimon Peres fue uno de los protagonistas del acuerdo de Oslo, firmado en 1993 bajo la mediación del Gobierno del presidente estadounidense Bill Clinton.Yitzhak Rabin, el primer ministro de entonces y que estrechó la mano de Yasser Arafat, fue asesinado por un colono extremista en 1995.
DIARIO LAS AMERICAS entrevistó al cónsul de Israel en Miami, Lior Haiat, ciudad donde se encuentra una de las comunidades judías más grandes en Estados Unidos.
-¿Qué significado tiene para las nuevas generaciones, como la suya, un hombre como Shimon Peres, uno de los fundadores del estado de Israel?
Entre el presidente Peres y yo había más de cincuenta años en diferencia de edad. Pero tenía la visión de una persona muy joven. En muchas ocasiones, aunque era el mayor en cuanto a edad biológica, en su visión de las cosas era el más joven. Tenía esa capacidad de mirar hacia el horizonte, hacia el futuro. Él dijo que teníamos que divorciarnos del pasado como una carga que llevamos con nosotros, y mirar hacia el futuro.
Mi generación, nacida después de la creación del estado de Israel, da por hecho la existencia de dicho estado. Es casi imposible entender el esfuerzo que hizo esa generación que él representaba: pasar de un pueblo sin estado a una nación, que vive en seguridad y busca la paz. Es un cambio enorme, que ha pasado en menos de cien años. Y en cada punto de ese camino estuvo el presidente Peres.
Uno de los momentos más notorios de Peres fue la firma de los acuerdos de Oslo, además de su presencia en los diferentes momentos de conflicto de Israel con otros países. ¿Cómo el estado de Israel y su dirigencia actual ven esos esfuerzos hechos por él y Yitzhak Rabin?
Si hablamos de la trayectoria de Peres, siempre trabajó para garantizar la seguridad del estado de Israel. En las guerras, cuando había que luchar, era el que dirigía el estado como ministro o primer ministro. Pero también hacia la paz. Porque la veía como un componente muy importante de la seguridad del estado de Israel. Por eso los cambios increíbles que generaron los acuerdos de Oslo. Por lo menos desde el lado Israelí, sigue el espíritu de esos acuerdos. Shimon Peres marcó el camino: buscar la solución de dos estados para dos pueblos. Un estado palestino y un estado para el pueblo judío. Todos los gobiernos de Israel, desde 1993, han apoyado esa fórmula como la única solución del conflicto. Y seguimos pensando que esa paz será posible. Recuerdo que cuando se cumplieron los veinte años de los acuerdos, le preguntaron a Shimon Peres que, en perspectiva, cómo los veía. Y él respondió que era la única manera de empezar un proceso de paz. Tal vez no era la única forma de terminarlo y aún estamos en el camino de la búsqueda de un acuerdo final.
-En ese momento había dos figuras de mucha importancia para cada pueblo: Yitzhak Rabin para Israel y Yasser Arafat para Palestina. ¿Qué liderazgo hay en el presente, qué figura existe para la paz?
A partir de los años noventa hubo muchos líderes que siguieron el sendero que marcó Peres en la paz. Haber aceptado esa fórmula de dos estados para dos pueblos –que ahora parece muy natural- no lo era hace 25 años o más. Fue un cambio enorme. Y es un cambio que siguen líderes como Benjamin Netanyahu, que no es del mismo partido de Peres. No tenemos un líder como él, pero nos marcó la vía. En 2014 volvió al Centro Peres por la paz, que él fundó después de ganar el premio Nobel de la Paz. Él no sólo se dedicó a crear una relación entre israelíes y palestinos sino a desarrollar proyectos económicos. Porque pensaba que la paz es más fuerte si tiene una base material, que las dos partes se beneficien de la economía de la paz. Sacar al Medio Oriente de la situación actual.
-¿Es aún factible que los colonos salgan de los asentamientos y que Israel acepte la propuesta de Obama de abandonar los territorios ocupados durante la guerra de los seis días, en 1967.¿Cuánto tendrá que pasar para lograr una negociación como la de Oslo?
Israel se retiró de la Franja de Gaza en 2005. Lamentablemente, en lugar de transformarla en una zona pacifica, fue convertida en área de terrorismo, desde el momento en que Hamas tomó control de ese territorio en 2006. Hemos ofrecido a los palestinos una retirada casi del 100% de Cisjordania, bajo el proceso de Anapolis, con el presidente George W.Bush, pero ellos no la aceptaron. Hemos visto que los temas de los asentamientos y de los colonos no son los problemas.
La solución que nosotros vemos con los palestinos es dos estados para los dos pueblos. Pero los palestinos apoyan una solución que sólo dice dos estados. ¿Cuál es la diferencia? Nosotros queremos que haya un estado cien por ciento palestino. Y un estado israelí con un componente palestino. Pero ellos quieren dos estados palestinos. Con mayorías palestinas en ambos lados. Por eso no aceptan el estado de Israel como el lugar nacional de los judíos. Quieren mandar a Israel a 5 millones de sus refugiados. Israel pasaría de un estado del pueblo judío a otro país palestino. Hemos tratado de llegar a un acuerdo con los palestinos tanto en Camp David, en el año 2000, y en Anapolis en 2007, pero por desgracia sin éxito.
Creemos que la paz es la única opción, pero para eso, como el tango, se necesitan dos. Israel seguirá defendiéndose hasta cuando llegue un líder palestino que apoye una solución pacífica, que haya un estado palestino, lo apoyamos, y al lado va a estar un estado, lugar nacional de los judíos.
-¿Por qué los palestinos quieren que cinco millones de los suyos regresen al estado de Israel?
No han aceptado la existencia de un estado no árabe en el Medio Oriente. Ellos dicen que la paz con Israel es un paso en la destrucción del estado de Israel. Firmamos la paz, pero no terminamos el conflicto. De hecho, un mes después de firmados los acuerdos de Oslo, Yasser Arafat dijo, en un discurso, que vamos a firmar la paz para destruir su estado, lo dijo en árabe. Nuestra visión sobre la paz es que sea el fin del conflicto.
-Shimon Peres, aquí en Miami, en 2015, se expresó en muy buenos términos sobre el presidente Obama, porque dentro del debate político los republicanos consideran que el presidente estadounidense ha sido un enemigo de Israel. Peres reivindicó el apoyo de Obama a Israel. ¿Qué papel puede jugar Estados Unidos de aquí en adelante para destrabar ese conflicto, que vuelve a ser una frustración para un gobierno que pensó que podría lograr la paz en el Medio Oriente?
No necesitamos alguien que nos convenza de que la paz es buena. Lo sabemos. Somos los primeros en desear un acuerdo de paz. Estados Unidos siempre va a tener un papel importante de mediador entre Israel y los palestinos. Al fin y al cabo fue el único camino que nos llevó a los acuerdos de paz con Egipto, Jordania y el trayecto que hemos recorrido con los palestinos. La amistad y alianza de las dos naciones no depende de un presidente u otro, de un primer ministro u otro. Compartimos una visión muy similar del mundo, compartimos los valores y la cultura.
Necesitamos la alianza con Estados Unidos. Es esencial para la seguridad de Israel. El hecho de haber firmado un acuerdo a diez años (hace un mes) de apoyo del gobierno estadounidense a la seguridad de Israel, demuestra que esa garantía mutua es un interés común.
-Se supone que un hombre como Shimon Peres que lo vio todo, nunca se imaginó que en una parte del Medio Oriente nacieran grupos como Al Qaeda o el Estado Islámico (ISIS). ¿Cómo se imaginan ustedes una paz en medio de la existencia de esa amenaza?
Shimon Peres, además de ser un líder de la paz mundial y regional, también fue un líder de la seguridad. El hecho de que firmemos la paz no significa que bajemos la guardia. Los grupos terroristas, y el extremismo islámico, existen en Siria, en Líbano, en el campo palestino (Hamas). El hecho de que firmemos la paz no significa que termine el terrorismo.
