Los entrenadores Julio Rodríguez y Teresa López, en Live Strong Gym, en Miami.
Collage/Cortesía Live Strong Gym Resultados del programa de Live Strong Gym.
Collage/ Live Strong Gym/Instagram Con la misma determinación que le llevó a trazar sus metas, cumplir los sueños de su abuelo y los propios, Julio Rodríguez, de origen cubano, asegura que los buenos resultados son hijos del sacrificio. Esa es la máxima de su vida y su trabajo, enfocado en el entrenamiento físico personalizado, al frente de Live Strong Gym, junto a su esposa Teresa López.
Ambos han demostrado ser parte de los héroes de esta batalla frente a una pandemia que ha destruido muchos proyectos, pero que también ha impulsado la creatividad en los emprendimientos.
Julio nació en Cuba y su infancia transcurrió entre las barriadas del Cerro y Santos Suárez, en La Habana. “Siempre me cautivaron los deportes. Crecí viendo a mi abuelo frente al televisor soñando con un nieto que se relacionara de alguna manera con la vida deportiva, ya fuera boxeando o jugando al béisbol. Escogí el voleibol de playa”, contó el entrenador.
Como acotó, “los años como atleta me sirvieron para entender el valor de la disciplina, el sacrificio y la perseverancia. Me especialicé en cultura física y nutrición deportiva”.
“Con 20 años y muy pocos recursos para soñar, mi madre decide apostar por un futuro mejor fuera de la isla”, recordó Julio, que vivió por dos años en Ecuador hasta dar el salto a EEUU.
Julio comenzó a labrarse un camino en Miami, primero como entrenador en un gimnasio, hasta que, con el apoyo de su esposa Teresa López, el 7 de enero de 2017 se lanzó a la aventura de tener su propio local. “Vaya comienzo y aceptación que tuvimos”, afirmó.
¿Por qué lo hizo? Todo partió “de haber trabajado como entrenador para otro gimnasio donde los conceptos y enseñanza básica no eran cumplidos de manera responsable. Definitivamente no era para lo que había dedicado tantos años de mi vida estudiando”.
Para Julio es primordial “la salud de las personas”, pues se siente “responsable de llevarlos por un camino sano, tanto físico como mental. Live Strong Gym fue creado con el propósito de cambiar estilos de vida”. De ahí que en ese lugar “no solo entrenas tu cuerpo, sino también tu mente”. Y lo hace con la dedicación de quien ha encontrado un trabajo que le apasiona.
“La verdad nunca he visto el gimnasio como un negocio, el gimnasio soy yo. Allí paso 17 horas diarias disfrutando la vida que escogí para ayudar a cambiar vidas. Levantarme a las 4:40 am y llegar 10:00 pm a la casa no es un problema para mí”, constató el joven emprendedor, ejemplo de que “¡no se trata solo de estar en forma, se trata de vivir fuerte!”, frase que define a su gimnasio.
Su compromiso, enfatizó, “sigue intacto desde el día 1. Ofrecer un servicio de calidad y demostrar con resultados, ha sido el objetivo principal desde un comienzo”. Y el éxito llegó a pocos meses de su apertura. Gracias a eso, el gimnasio “pasó de ser un simple local de 1,100 pies cuadrados a duplicar su espacio en solo 3 meses. Y desde entonces Live Strong Gym ocupa un lugar en el mapa”.
La irrupción de la pandemia representó un desajuste para muchos pequeños negocios. “No estábamos preparados para esto”, confesó Julio. “Creo que nos tomó de sorpresa la idea de que un virus podría paralizar el mundo. En un comienzo la incertidumbre nos estaba matando. No sabíamos cuánto iba a durar y hasta cuándo podríamos soportar los cambios que traían consigo las nuevas reglas”.
Por eso, “tuvimos que reinventarnos y comenzar a entrenar desde casa”. Así fue como se unieron a sus clientes a través de transmisiones en vivo”. En la etapa posterior, cuando las restricciones comenzaron a levantarse, y tras casi cuatro meses de cierre, “la reapertura fue bien recibida y con más empeño que nunca. Las personas habían entendido lo importante que es estar saludables para afrontar cualquier crisis o enfermedad”.
Live Strong Gym es un gimnasio privado, que no funciona por membresías, sino por programas de tres meses. Durante ese tiempo, Julio y Teresa ofrecen entrenamiento y asesoría. La jornada en el gimnasio se extiende desde las 5:30 am hasta las 10:00 pm, y suelen asistir unas 45 personas al día. Este sistema permite que las personas reciban la supervisión necesaria para lograr sus objetivos físicos. Las fotos de los cambios lo dicen todo.
Cuando mira al principio de su negocio, y ve a dónde ha llegado, Julio constata que “la credibilidad no se compra, ni se regala. Es algo que se gana con mucho esfuerzo y sacrificio. Pasas tanto tiempo trabajando en tu proyecto que un día sin darte cuenta has cambiado, has crecido y muchos de los tropiezos que pasaste fueron necesarios para forjar lo que has conseguido hoy”.
De ahí que agradezca “cada oportunidad para demostrar que lo que se hace de corazón puede llegar a ser tan grande como te propongas. Poco hacemos con el conocimiento si no lo bajamos de la cabeza al corazón y del corazón al mundo”.
Según su punto de vista, como joven emprendedor, la clave para mantener un negocio en pie “es que no hay fórmula, no hay método. Es solo tú y todo lo que tienes que ofrecer. Yo nunca he visto el gimnasio como un negocio y creo que esa ha sido el motor impulsor para echarle ganas a diario”.
“Recuerdo que al principio muchos me decían que no podía ser amigo de mis clientes, que para que el negocio funcione hay que tratarlos como lo que son ‘clientes’. Pero mi concepto está lejos de todo eso. Es inevitable para mí encariñarme y fomentar una relación personal con cada persona que llega buscando calidad de vida, salud, autoestima. Me considero amigo de cada cliente y eso me ha traído hasta aquí”, concluyó.
Live Strong Gym está abierto con todas las precauciones sanitarias frente al COVID-19. Puede ver más detalles en livestronggym.com o visitarlos en 4192 West 12th Ave. Hialeah, FL 33012
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