miércoles 9  de  julio 2025
MIRADA PROFUNDA

Miami reflexiona sobre legado del 11J en Cuba en el Instituto Interamericano para la Democracia

El IID reunió a activistas y líderes de opinión para analizar el significado histórico del levantamiento del 11 de julio de 2021 y reforzar el compromiso con la libertad en Cuba

Por DANIEL CASTROPÉ

MIAMI.- El Instituto Interamericano para la Democracia (IID) abrió sus puertas en Miami para una conferencia dedicada al legado del 11 de julio de 2021, fecha que marcó un antes y un después en la historia reciente de Cuba.

Iliana Lavastida, directora de DIARIO LAS AMÉRICAS (DLA), subrayó que el cambio empezó dentro de la isla a partir de esas movilizaciones populares y que es deber de los pueblos y los líderes de América y del mundo “acompañar” a los cubanos en su camino por la libertad.

La comunicadora recordó que ese día el clamor “Cuba está en las calles” se escuchaba en cada rincón de Miami, mientras miles en la isla alzaban sus voces por la democracia y el fin del régimen.

Arte y denuncia

Durante el evento, Lavastida presentó al artista plástico cubano Freddy Villamil, quien expuso en el recinto del Instituto sus obras más importantes alusivas a la libertad de Cuba, publicadas semanalmente en el impreso de DLA.

Las piezas de Villamil reflejan el sufrimiento de un pueblo que, a pesar de décadas de represión, mantiene viva la esperanza de un cambio real.

Entretanto, Ricardo Israel, miembro directivo del IID, afirmó que el mundo tiene una deuda pendiente con Cuba. Criticó la hipocresía internacional que celebra las misiones médicas cubanas, al tiempo que ignora la represión interna.

Advirtió que la dictadura cubana no sólo afectó a su pueblo, sino que también exportó guerrillas a otros países. Insistió en que “todo mito se ha derrumbado en la isla, incluso la idea de ser una potencia en salud y educación”.

Testimonios desde Cuba y el exilio

El periodista Iván García, corresponsal de DLA en Cuba, fue uno de los invitados especiales del evento para explicar que, a su juicio, las protestas del 11J representaron un “parteaguas”.

“Las personas pidieron abiertamente la renuncia de Miguel Díaz-Canel y rompieron el silencio político en los barrios donde antes nadie se atrevía a hablar”, comentó.

Resaltó también que el acceso a las redes sociales e Internet permitió una coordinación espontánea y auténtica, que encendió protestas en más de 67 regiones del país.

García describió la violencia ejercida por el régimen: uso de balas de goma y reales, chorros de agua para dispersar a manifestantes, y un saldo de represión que continúa hasta hoy.

Afirmó que las protestas fueron “aleccionadoras” porque han seguido surgiendo con el tiempo. Destacó que “hoy hay más presos políticos, más familias lastimadas y un pueblo sumido en el hambre, los apagones y la violencia”.

Llamado a la unidad continental

Participantes de la conferencia, como la internacionalista Beatrice Rangel y el periodista Luis Galeano, coincidieron en que la lucha por la libertad de los pueblos de América Latina está más viva que nunca.

En ese contexto, Rangel remarcó que no se debe seguir enviando diplomáticos a negociar con regímenes autoritarios, sino tomar medidas más firmes contra sus estructuras mafiosas.

El activista cubano Rolando Rodríguez Lobaina, quien intervino vía streaming, sostuvo que hoy más que nunca, tanto los cubanos de adentro como los de afuera, deben tener conciencia de que “solo la unidad podrá derrocar al régimen”.

El productor audiovisual definió la situación cubana como una “guerra comunista contra su propio pueblo”, con un llamado final a “fortalecer la movilización para consolidar el desplome de la dictadura”.

Más voces

Otros de los expositores fueron Miguel Cosío, director del Museo Americano de la Diáspora; la periodista Darcy Borrero, el sacerdote Juan Lázaro Vélez y el cineasta Asiel Babastro.

Cosío, por ejemplo, fue enfático al asegurar que hay “señales claras” de que Cuba está en camino a la libertad. La comunicadora Borrero recordó la muerte del manifestante Diubis Laurencio, en el barrio habanero de La Güinera, víctima de la represión desatada por la dictadura para apaciguar las protestas.

Desde España, a través de la plataforma Zoom, participó Javier Larrondo, presidente de la organización Prisoners Defenders, quien alertó sobre un aumento en el número de prisioneros políticos en la isla.

La moderación del diálogo estuvo a cargo de Francisco Endara Daza, mientras que las conclusiones de cierre del encuentro fueron presentadas Carlos Sánchez Berzaín, director del IID y exministro boliviano.

Estallido sin precedentes

El levantamiento del 11 de julio no se originó con un liderazgo visible ni con una estructura opositora tradicional. Fue la respuesta acumulada a la miseria, los apagones prolongados, la falta de medicinas, la escasez de alimentos y la imposición de controles cada vez más severos. El malestar creció de manera silenciosa hasta volverse incontenible.

El acceso más extendido a Internet y las redes sociales funcionó como catalizador. Cubanos en distintas provincias vieron en tiempo real las primeras protestas y se animaron a salir también a las calles, sumando sus voces al clamor nacional.

La frase “Patria y Vida” se transformó en un himno de rebeldía y esperanza, un mensaje claro contra el régimen que buscaba controlar incluso el pensamiento.

Es claro que el 11J rompió el miedo. Aunque la represión respondió con dureza, dejó al descubierto la fragilidad del mito revolucionario. Y hoy, en cada discusión, foro o expresión artística como la celebrada en Miami, se renueva la promesa de que la historia no ha cerrado todavía el capítulo de la libertad para Cuba.

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