MIAMI.- El año escolar 2017-2018 arrancó, literalmente, con bombos y platillos en Miami-Dade, en un evento que tuvo lugar en el Adrienne Arsht Center, localizado en el downtown de Miami.
MIAMI.- El año escolar 2017-2018 arrancó, literalmente, con bombos y platillos en Miami-Dade, en un evento que tuvo lugar en el Adrienne Arsht Center, localizado en el downtown de Miami.
Empleados, maestros y directivos de las escuelas del distrito escolar del Condado, además de los miembros de la junta escolar, se hicieron presentes en un acto en el que hubo jazz, coros, bandas, danza y tres discursos: el del presidente de la junta escolar, Lawrence Feldman; del presidente del PTA-PTSA (juntas de profesores, padres de familia y estudiantes, que existen en cada escuela de Estados Unidos), Alvin Gainey, y como cierre del evento, las palabras del superintendente escolar Alberto Carvalho.
Feldman destacó la tarea de la junta escolar en estos últimos nueve años. “Podemos ofrecer, en un esfuerzo conjunto con el superintendente y su equipo, nueve años de permanentes avances, mejoría académica de nuestros estudiantes, eficiencia en la operación de las escuelas, una administración excepcional de las mismas, un presupuesto diseñado para evitar interrupciones, manejo de la violencia en nuestras escuelas por parte de la policía y un capital humano efectivo y entrenado”.
Gainey agradeció a la comunidad educativa, tanto a los maestros como a los administradores, su compromiso con los estudiantes y los padres de familia. “Ustedes se hacen presentes [aula de clase] sin importar las circunstancias, y hacen la diferencia en la vida de nuestros niños y en la manera de ser de las comunidades”.
Recordo que las juntas de padre de familia y profesores son una institución que tiene 127 años de estar presente en el sistema educativo. “Nuestro objetivo sigue siendo el mismo: “trabajar sin descanso para convertir el potencia de cada estudiante en una realidad”.
Rayo y trueno
Carvalho apareció en el escenario, con un micrófono de diadema, inalámbrico, y a sus espaldas una pantalla gigante en la que salían imágenes relacionadas con su intervención.
La puesta en escena, la manera como hizo toda su presentación se asemejó a las exposiciones de las grandes empresas de tecnología de Silicon Valley cuando lanzan un nuevo producto.
No fue un discurso tradicional, una lista de logros y cifras. Arrancó con una exaltación de los maestros de Miami-Dade a quienes consideró como “los mejores del mundo”.
Habló de las vacaciones, de ir a la playa, muchas veces dijo que era un reto evitar los rayos y los truenos. Eso le dio pie para afirmar que la relación que existe entre relámpago y trueno se asemeja a la que existe entre maestro y estudiante.
“El relámpago es producido por un choque de partículas en las nubes produciendo cargas eléctricas”, explicó. “En la tierra hay una carga opuesta, los opuestos se atraen. Las cargas de arriba y de abajo no son el relámpago, el camino que va de un punto al otro es un campo magnético” amplió y precisó que “cuando la energía se conecta con ese campo magnético aparece el trueno, de manera natural. Es el sonido, el eco que se reproduce y se oye a la distancia”.
De igual manera, según Carvalho, “el educador es el que genera esa chispa que produce el relámpago, desde los primeros años de instrucción, y la respuesta de los estudiantes es el trueno que resuena y se prolonga en el tiempo”.
“El futuro y el mañana están aquí, ahora, en nuestras escuelas. Los educadores saben que hoy es ayer y mañana. Lo que pasará en 20 o 30 años está sucediendo ahora”, planteó el superintendente, y citó varios ejemplos de cómo la dedicación y sensibilidad de una maestra pueden cambiar la vida de unos estudiantes.
Puso el ejemplo de quienes participaron en la película Moonlight, una historia que transcurre en Liberty City. Dos jóvenes del reparto de actores, Alex Hibbert y Jaden Piner, “cumplieron sus sueños y llegaron a Hollywood pare filmar una pieza maestra. La rodaron en las mismas calles donde crecieron”, recordó el superintendente.
Ninguna F
También Carvalho se refirió al hecho de que en Miami-Dade ninguna escuela tiene la calificación de F. Recordó que el estado habría podido cerrar los 6 colegios tenían ese puntaje tan malo, “pero nosotros no lo permitimos, dijimos que no era posible fallarle a los estudiantes y a sus padres, a las comunidades y a nosotros mismos”.
Mencionó que la tasa de graduación [los jóvenes que obtienen un diploma al final de la secundaria] es del 84% en el Condado Miami-Dade.
“Esta es nuestra profesión y nuestra pasión, sabemos cómo hacer nuestro trabajo”, recalcó.
Casi al final de su intervención, dio paso a un video muy emotivo, basado en su símil del relámpago y el trueno, en el que resumió los logros del distrito escolar, de sus maestros, de los estudiantes.
Pidió a todo el equipo de maestros y maestras del condado que creen un ambiente de creatividad, de inspiración y aspiración a tener grandes sueños, en los que los estudiantes puedan desarrollar todas sus potencialidades. Un ambiente en el que los niños y jóvenes estén seguros y no sean víctimas de la violencia.