MIAMI.– La salida del Reino Unido de la Unión Europea comienza a concretarse este miércoles en medio de una controversia interna sobre un nuevo referendo independentista en Escocia y la incertidumbre sobre su futuro.
MIAMI.– La salida del Reino Unido de la Unión Europea comienza a concretarse este miércoles en medio de una controversia interna sobre un nuevo referendo independentista en Escocia y la incertidumbre sobre su futuro.
La primera ministra británica, Theresa May, se ha reunido este lunes con la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, para hablar del asunto pero no llegaron a un acuerdo porque para Londres lo más importante en estos momentos es la salida de la UE y el futuro de Escocia es una ‘plato de segunda mesa’, entre otras cosas porque la clase política en Glasgow no se ha puesto de acuerdo con la repetición del referendo. El primero, realizado en septiembre del 2014, tuvo un resultado muy reñido con 55.3% a favor del NO y el 44.7% del SÍ. No hay sondeos que indiquen que la cifra haya variado significativamente.
Como ha señalado el diario ‘The Daily Telegraph’ el Brexit es un asunto mucho más importante que Escocia porque implica un rediseño de la economía británica, de las relaciones con el resto de Europa y, sobre todo, la renegociación de toda una legión de acuerdos comerciales. Habrá que establecer, además, como será la circulación de personas entre los miembros de la Unión y el Reino Unido.
Solo, después de esto, dos tercios de los británicos estarían de acuerdo en ir a un referendo sobre Escocia, según un sondeo realizado por el ‘The Daily Telegraph’. “La salida de la UE es fundamental para que el Reino Unido pueda volver a tener un control serio de su economía y relaciones”, ha explicado la primera ministra quien, tras su viaje a Washington en enero tiene volcado sus ojos hacia la solidificación de las relaciones con la administración de Donald Trump que, a su vez, es vista con recelo por los socios europeos.
Pero los críticos del abandono de la Unión han advertido que traería como consecuencia una enorme pérdida de influencia del Banco de Inglaterra en las reglas monetarias que aplica. Inglaterra nunca adoptó el Euro pero estableció relaciones fuertes con el Banco Central Europeo que permitieron mantener la tasa de cambio prácticamente inalterable. Todo eso ahora pudiera desaparecer.
El director de la Autoridad Regulatoria británica, San Woods, ha alertado que este brazo regulador del Banco de Inglaterra, no tiene intenciones de ser un condicionador de regulaciones sino un hacedor, y mantener su influencia sobre alrededor de 1.700 bancos, sociedades de inversión, aseguradoras y despachos de crédito. Al mismo tiempo, ha apuntado, existe el peligro de que con el Brexit las firmas británicas pierdan “un cierto grado de acceso a los mercados” del Viejo Continente.
Cuando el Brexit salió victorioso del referendo de junio del año pasado, sus detractores anticiparon una especia de catástrofe económica y financiera. Pero lo cierto es que nada de eso ha pasado. De hecho, con las inyecciones de fondos a la banca facilitadas por el Gobierno de May, la economía creció 1.8% el año pasado y pudiera llegar a los 2% este año.
Pero los economistas dicen que esto se debe a que la salida británica de la Unión Europea todavía no se ha concretado y no existe ningún antecedente en este sentido por lo cual nadie sabe cómo se van a comportar los mercados. El Reino Unido sería el primer país en salir de la Unión. La candidata derechista francesa Marine Le Pen ha amenazado con hacer lo mismo si llega al Palacio del Eliseo en mayo.
La salida comienza este miércoles cuando May notifique el Parlamento de que ha evocado el artículo 50 de la Carta de la Unión y entregado una carta informando de ello al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
Comienza entonces un proceso de negociaciones que durará tres años y la cuestión importante es qué va a pasar en ese periodo y que pasará si no se llega a un acuerdo, porque la salida de la Unión tiene que ser un acuerdo entre ambas partes. No es unilateral. “La falta de una de las partes nos lanzará en una espiral de incertidumbre que representa una amenaza terrible para el éxito económico”, ha apuntado Nina Skero, economista jefe del Centro de Investigaciones de Economía y Negocios, con sede en Londres.