viernes 16  de  mayo 2025
Venezuela

El diálogo necesario

El diálogo que se deba llevar a cabo entre los demócratas libertarios y los tiranos delincuentes para el cese de la usurpación habría de ser, en el mejor de los casos, muy parecido a la negociación del rescate con unos secuestradores
Diario las Américas | JUAN IGNACIO RIQUEZES
Por JUAN IGNACIO RIQUEZES

El régimen ha fomentado permanentemente la polarización, con el ánimo de mantener dividida a la población. Primero se quiso polarizar entre ricos y pobres, luego entre chavistas y escuálidos y, más recientemente, entre patriotas y traidores.

El fracaso del régimen en su experimento socialista ha sido tan estruendoso que, ya en franca minoría, buscan generar polarización entre la mayoritaria oposición, sembrando matrices de opinión en torno a supuestas componendas que implicarían acuerdos, tras bastidores, para un gobierno de transición en cohabitación con los malandros de la dictadura, lo que sería inaceptable para la sociedad civil venezolana.

El diálogo que se deba llevar a cabo entre los demócratas libertarios y los tiranos delincuentes para el cese de la usurpación habría de ser, en el mejor de los casos, muy parecido a la negociación del rescate con unos secuestradores. Al final, habrá que taparse la nariz y llegar a desagradables acuerdos con los malandros para la salvación de la rehén (Venezuela).

Ahora bien, independientemente de la forma en que terminen saliendo los delincuentes de esta tiranía, que esperamos sea los más pronto y con la menor cantidad de sangre posible, los venezolanos de buena voluntad tenemos un diálogo pendiente y muy necesario, sobre el futuro del país que queremos.

Vemos con muy buenos ojos que el equipo del Presidente encargado Juan Guaidó haya iniciado consultas, respecto del llamado Plan País, con amplios sectores de la sociedad civil venezolana, incluyendo a la Diáspora regada por el mundo entero.

A los venezolanos nos encantaría que ese diálogo nacional para la definición de una visión conjunta de País trace el camino que nos conduzca hacía un estadio de ciudadanía organizada y responsable, en el que se pueda establecer una negociación con las organizaciones políticas respecto del necesario nuevo pacto social.

La negociación de dicho Pacto Social ha de buscar, sin complejos, el acuerdo respecto de temas álgidos, tales como:

  • Respeto absoluto a la propiedad privada.
  • Rígida separación de poderes: Poder Político (Ejecutivo y Legislativo) y Poder Civil (Electoral, Judicial y Ciudadano) con impedimento absoluto para que sus miembros cambien entre los lados Político y Civil.
  • Autonomía real del Banco Central de Venezuela, Instituto Nacional de Estadística, Conatel, CNV, Superintendencia de Bancos y de Seguros y otros institutos autónomos, sólo sujetos a la supervisión del Poder Civil.
  • Importante reducción del tamaño del Estado y del aparato gubernamental.
  • Importante desregulación de actividades del sector privado.
  • Fomento de la inversión extranjera, mediante convenios de estabilidad jurídica y fiscal.
  • El Estado no debe ser propietario ni administrador de activos productivos, ello corresponde a los ciudadanos.
  • Importante mejora de las remuneraciones de los funcionarios públicos, mediante la incorporación de esquemas de salario variable sujeto al cumplimiento de metas determinadas y medibles por el Poder Civil.
  • Descentralización real hacia Estados y Alcaldías.
  • Desconcentración funcional hacia las provincias.
  • Incorporación de la tecnología en los servicios públicos.
  • Transparencia en los procesos de licitación pública.

Este es un momento irrepetible para la sociedad civil, en que todas las cartas han quedado abiertas sobre la mesa política venezolana. Este es el momento para exigir este diálogo necesario.

Las organizaciones políticas necesitarán del apoyo ciudadano, no sólo para lograr el cese de la usurpación, sino para generar y mantener la estabilidad posterior que permita la gobernabilidad.

Los venezolanos de bien tenemos la oportunidad y la obligación de buscar, antes del cambio político, la redefinición de la relación entre el ciudadano y el Estado, mediante la renegociación de un nuevo Pacto Social para Venezuela.

Es ahora, luego es tarde, música paga no suena.

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@juanriquezes

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