La premisa gandhiana es que la fuente del poder político está en la dimensión moral y espiritual del ser humano.
La premisa gandhiana es que la fuente del poder político está en la dimensión moral y espiritual del ser humano.
“Es un principio fundamental de Satyagraha que el tirano a quien el Satyagrahi intenta resistir tiene poder sobre su cuerpo y posesiones materiales, pero no puede tener poder sobre el alma. El alma puede permanecer invicta e inconquistable incluso cuando el cuerpo es prisionero. Toda la ciencia de Satyagraha se originó del conocimiento de esta verdad fundamental” (Gandhi como Estratega Político, Sharp, p.54)
Este razonamiento gandhiano proviene de la filosofía estoica y clásica occidental. El objetivo subyacente de un movimiento de resistencia civil es que los individuos despierten internamente para que puedan despertar a otros individuos, incluyendo a sus opresores.
El despertar de los individuos es vital porque, en realidad, la tiranía no es solo el crimen del tirano, pero también de todos esos que participan en ella, ya sea activa o pasivamente. Un despertar social es necesario para poder cambiar el entorno que da origen a las tiranías.
La jerarquía de valores identificados por Gandhi en la lucha de la resistencia civil implica lo siguiente, y forma parte o es inspirada por, verdades o identidades universales, que pueden ser halladas en la tradición.
Basado en estos factores, la lucha pacífica debe consistir, al menos, en los siguientes aspectos:
(A) Acciones individuales para despertar una conciencia liberatoria, elaborando un código ético basado en esta conciencia expandida, que sea catalizadora para que otros individuos puedan someterse a un proceso similar.
(B) Desobediencia civil para poder ejercitar el despertar del individuo y el consecuente poder social, a través de diferentes métodos y vías.
(C) Programa Constructivo: Acción individual y social dirigida exclusivamente a promover la solidaridad humana como vía para renovar la dimensión espiritual de la sociedad y lograr la resurrección moral necesaria.
Gandhi nunca se enfrentó a un régimen totalitario, pero la esencia filosófica de su doctrina de lucha, la cual identificó y desarrolló, era profundamente anti-totalitaria.
En términos de teoría política: Satyagraha debe renovar a la sociedad para poder renovar el contrato social y de esta forma la República es re-fundada en libertad.
El extenso trabajo científico de Gene Sharp, dedicado al análisis y clasificación de las diversas expresiones históricas de la lucha no-violenta ha sido extensamente estudiado por regímenes revolucionarios y totalitarios para poder hacer que sus sistemas de inteligencia y represión sean más efectivos en retener el poder cuando son confrontados por intensos desafíos populares. Los regímenes totalitarios y revolucionarios son ahora mucho más conscientes de sus propias vulnerabilidades y sensibilidades, y por ende son mucho más prácticos en protegerlos.
Ejemplos dramáticos de esta recién descubierta habilidad pueden ser estudiados en el éxito que regímenes totalitarios, revolucionarios y autoritarios han tenido en mantener el poder en Irán, Rusia, China, Siria, Venezuela, Nicaragua y Cuba. Debe ser mencionado, y es vitalmente importante para cualquier estudio posterior, que el desafío popular y la resistencia continúan en contra de todos estos regímenes, en Hong Kong, en Moscú, en Managua, en Caracas, en La Habana. Este hecho es nuestra esperanza y certitud.