La trillada y crítica situación de crisis humanitaria que sufre en forma agónica nuestra Venezuela sigue siendo el tema central en las noticias del mundo, alimentadas por fuentes periodísticas nacionales que rompen el cerco de la censura impuesto por la dictadura a través de las redes sociales y otros medios tradicionales.
A pesar de los importantes avances que en materia política, nacional e internacional hemos tenido en los últimos 70 días, contando a partir del 5 de enero del año en curso, existen algunos compatriotas que, por desesperos emocionales, aspiran a que nuestros problemas los resuelvan al día siguiente los “marines USA”, sin anestesia alguna, otros más audaces todavía, en sus análisis y especulaciones cerebrales, creando tesis asombrosas que según ellos deberían aplicar el presidente Juan Guaidó, de forma inmediata. ¡Gracias a Dios, no son sus asesores!
En ambos casos se denotan posturas personales irracionales, desesperadas, desvinculadas de la realidad política y diplomática internacional, que nos conducen a expresar: ¡Ta' bueno ya!
Respeto la libertad de opinión y de expresión de cada uno, pero por favor no hagan el ridículo al pretender erigirse como dueños de la verdad absoluta. Nadie la tiene.
¡Ta' bueno ya!! de seguir desconociendo los grandes avances que hemos logrado y conquistado con planificación y asesoramiento profesional, en diversos campos de nuestra lucha colectiva contra la dictadura del usurpador.
Hace dos meses no teníamos un líder real, solo figuras de prestigio político, pero por las circunstancias a las cuales han sido sometidos algunos de ellos, han visto reducir sus niveles de popularidad. Hoy tenemos a Guaidó, un líder joven, carismático, pragmático, inteligente, sagaz y que se conecta fácilmente con el sentir del pueblo que lo escucha y sigue con pasión y confianza.
Hace dos meses, teníamos una oposición totalmente dividida, fragmentada, desgastadas en peleas y agresiones internas, sin relevancia alguna. Hoy, por el contrario, luce una oposición sólida, unida en las teorías y en la praxis cotidiana. Su mensaje en más nítido y de gran influencia entre los venezolanos. Su poder de conducción es hoy determinante en el proceso final de este régimen narco corrupto.
Hace dos meses teníamos una Asamblea Nacional vapuleada, agredida, calumniada y sometida a todos los escarnios personales y colectivos. Algunos, en sus odios, hasta decretaron su muerte institucional. Hoy nuestra AN legítima es el centro del respeto, solidaridad y prestigio internacional, porque es el único elemento real constitucional, que ha logrado el mayor nivel histórico de respaldo de países y organizaciones internacionales en toda la historia de Venezuela.
Hace dos meses éramos huérfanos de una solidaridad efectiva y real a nivel internacional, con su excepción de la OEA, Estados Unidos y algunos países latinoamericanos, agregando a la ausencia de un liderazgo político real y unitario. Hoy tenemos un presidente constitucional, reconocido por más de 50 países del mundo y de organizaciones multilaterales internacionales, que encarna la mayoría voluntaria de los venezolanos reclamando el cambio de dictadura a democracia, en tres pasos concretos: Cese a la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. Elementos claves que configuran la estrategia final de una oposición fuerte y unida en la adversidad. ¡Vamos bien!
El saldo final después de los dos meses, lejos de ser fatal y negativo, como equivocadamente algunos compatriotas comentan en las redes sociales, expresando el común denominador de estos casos patéticos del pesimismo: ¡No pasa nada!, ¡Nadie dice nada!, por el contario es de un mayor crecimiento de la solidaridad activa de naciones, organizaciones y personalidades del mundo democrático que hoy nos respaldan con orgullo por ser los venezolanos unos combatientes por el rescate de la democracia y la libertad en América.
Los últimos acontecimientos reflejan la intención de nuestros aliados en el campo internacional, ejemplo de ello es la decisión de Estados Unidos de la administración Trump de retirar por razones estrictas de "seguridad" establecidos en los protocolos internos, de todo el personal diplomático que queda en la embajada en Venezuela, no por presiones del usurpador como se quiere hacer ver erróneamente. A su vez, la eliminación de 340 visas de funcionarios y familiares del régimen, entre ellos 105 diplomáticas, como también la degradación a visa G4 de los representantes del usurpador en las Naciones Unidas, entre ellas las del Sr. Moncada y María Gabriela Chávez, embajadora alterna e hija del “comandante eterno”.
Muy emotivas las palabras de despedida del embajador James Story, encargado de negocios de USA en Venezuela, “donde destaca su admiración por el pueblo venezolano dada la solidaridad, la fuerza, el optimismo y el espíritu emprendedor que lo caracteriza, desgraciadamente sumido a la corrupción y mala administración del régimen. Expresa que el pueblo debe apoyar a su presidente Juan Guaidó, para permitir el regreso de la democracia y la libertad de todos los venezolanos”.
Por su parte Mike Pompeo, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, en relación con el tema expresó: “Estamos decididos a ingresar la ayuda humanitaria. El pueblo estadounidense está con ustedes. Estamos preparados para ofrecerles la ayuda humanitaria que tanto merecen ya sea comida o medicinas. Estamos decididos a hacerla llegar”.
Finalmente entramos en una batalla crucial contra las dictaduras de Cuba y Venezuela, al solicitar nuestro presidente Juan Guaidó a la comunidad internacional, impedir que entre a Cuba el petróleo robado a Venezuela por el gobierno usurpador: “Se acabó el chuleo de los cubanos de llevarse nuestro petróleo gratis”. Un nuevo episodio de la lucha contra Cuba Comunista, que apenas se dan los primeros pasos, y que será el próximo escenario, sin abandonar los actuales, de futuras confrontaciones en esta “guerra declarada” al comunismo internacional.
Por lo pronto ¡Ta' Bueno Ya! de que sigan el lloriqueo y los mensajes de desesperanza para tratar de mellar nuestra fuerte decisión de luchar hasta conquistar la derrota y caída del narco régimen usurpador de Maduro y Castro en Cuba comunista. Fe y optimismo.