Aun con un nuevo jefe de Inteligencia, siguen las dudas sobre si Joe Maguire logrará mantenerse como el principal asesor del presidente Donald Trump en esa materia.
Aun con un nuevo jefe de Inteligencia, siguen las dudas sobre si Joe Maguire logrará mantenerse como el principal asesor del presidente Donald Trump en esa materia.
El vicealmirante Maguire asumió el cargo de director interino de inteligencia nacional el 15 de agosto, tras la renuncia del senador Dan Coats, quien había estado en el puesto por más de dos años.
Coats y luego Susan Gordon, su ayudante, dejaron sus cargos, lo que provocó un vacío en los altos mandos de la organización que supervisa las 17 agencias de inteligencia.
Maguire ha sido bien recibido tanto por relevantes figuras del Congreso como por los mismos servicios de inteligencia, ya que es visto como un profesional con los antecedentes adecuados para hacerse cargo de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI).
Entre las funciones principales de la misión del ODNI están facilitar el intercambio de información, colaborar a través de la integración de análisis y recopilación y ejecutar las funciones básicas de la misión.
Pero el papel clave del DNI es coordinar y representar a las agencias, al mismo tiempo que debe ser el principal asesor de inteligencia del Presidente.
Sin embargo, Trump no le ha prometido a Maguire permanecer en el importante puesto.
Maguire fue anteriormente director del Centro Nacional de Lucha contra el Terrorismo, que es una rama de la ODNI. También tuvo una larga carrera en la Marina, incluido el servicio con las fuerzas especiales navales Seals, la misma unidad que eliminó a Osama bin Laden, el fundador de al-Qaeda, en mayo de 2011.
A los demócratas les preocupa que el mandatario esté pensando en recurrir a un republicano leal en lugar de ratificar a Maguire de manera permanente en el puesto.
Y si bien Trump ha dicho que Maguire está bien preparado para ser director de inteligencia nacional, el Presidente ha indicado que permanecerá al frente durante algún tiempo, mientras considera si elegirlo a él u otra persona para el papel.
El Presidente había nominado inicialmente al congresista John Ratcliffe para suceder a Dan Coats. Esto provocó un intenso escrutinio por parte de los medios porque Ratcliffe, un republicano que representa al distrito este de Texas, es un antiguo partidario de Trump. También había servido durante un período relativamente breve como miembro del comité de inteligencia de la Cámara de Representantes.
Cinco días después de haber sido nominado, la Casa Blanca, retiró su nombre cuando los medios afirmaron que había exagerado sus logros como fiscal en Texas.
El director de inteligencia nacional, o DNI, tiene el trabajo de supervisar una enorme organización que cuenta con unos 2.000 miembros, que a su vez representan todos los servicios de inteligencia. El DNI está a cargo del presupuesto anual para todas esas agencias, que actualmente es de más de 50.000 millones de dólares.
Los republicanos y los demócratas en ambas cámaras del Congreso esperan que quien ocupe el cargo no sea un político, sea imparcial y que posea buen juicio para analizar temas de inteligencia que pueden ir desde aspectos nucleares hasta ciberataques.
Para nadie es un secreto que el Presidente ha tenido una serie de confrontaciones con los servicios de inteligencia. Incluso desestimó la opinión unánime de los servicios de inteligencia de que Rusia había interferido en las elecciones presidenciales de 2016. Finalmente el Presidente aceptó que Moscú había estado involucrado en actividades relacionadas con la denuncia ante la presencia de evidencias.
Si bien es cierto que el nombramiento de Coats fue político, pues nunca fue un operador de inteligencia durante su carrera profesional, su nombramiento fue aprobado porque el Senado reconoció su larga carrera como senador confiable y respetado.
Ratcliffe en cambio nunca fue visto como la persona adecuada, ni por republicanos ni por demócratas en el Congreso.
Durante el Gobierno de Trump hubo varios funcionarios que quedaron sirviendo durante largos períodos en un papel de encargados, especialmente en el Pentágono, despertando dudas sobre las verdaderas intenciones del Presidente.
Presumiblemente, los servicios de inteligencia y el Congreso esperan que si Maguire se desempeña bien como DNI en funciones durante las próximas semanas o meses, Trump lo recompensará con el nombramiento permanente.