martes 23  de  abril 2024
ENTREVISTA

Servicio militar obligatorio en Cuba debe ser abolido

"Como Leo era bombero sabía que lo iban movilizar. Pero nunca pensé que no lo volvería a ver", dijo el amigo de un joven en servicio militar fallecido en Cuba
Diario las Américas | IVÁN GARCÍA
Por IVÁN GARCÍA

LA HABANA, CUBA— Tres días antes de morir calcinado por las llamas del incendio ocurrido el viernes 5 de agosto de 2022, en la Base de Supertanqueros al otro lado de la bahía de Matanzas, a cien kilómetros al este de La Habana, Leo Alejandro Doval Pérez, un joven de 19 años que cumplía el servicio militar en un cuartel de bomberos, había quedado con sus amigos para ir a la playa cuando saliera de pase.

No pudo ser. Pasada las siete de la noche un rayo impactó en un tanque de combustible de la base provocando un incendio de grandes dimensiones. Yosbel, amigo de Leo, recuerda que se escuchó una explosión aterradora. “Cuando me asomé al balcón, vi una bola de fuego color naranja que salía de la Base de Supertanqueros. Se escuchaban las sirenas de los carros cisternas y la columna de humo se divisaba desde cualquier punto de la ciudad. Como Leo era bombero sabía que lo iban movilizar. Pero nunca pensé que no lo volvería a ver”.

En agosto del año pasado, la abuela de Leo Alejandro afirmó en las redes sociales: “Mi niño no es un mártir, es una víctima del Servicio Militar”. Leo era egresado del preuniversitario de ciencias exactas Carlos Marx de Matanzas. “Era un niño que iba a entrar en su etapa juvenil truncada. Destrozados sus sueños y proyectos de vida. Soñaba con ser neurocirujano”, comentó su abuela en su muro de Facebook.

A raíz del incendio que provocó la muerte de catorce reclutas, padres de jóvenes enrolados en el servicio militar obligatorio solicitaron su inmediata derogación. Mayté, madre de dos adolescentes de 15 y 19 años dice que ha “escrito cartas a diferentes instancias del gobierno y las fuerzas armadas para que al menos escuchen las opiniones de la mayoría de los familiares que se oponen a que nuestros hijos sigan pasando el servicio militar”.

Han pasado los meses y a Mayté no le han dado respuesta. "Todo es baba y consignas baratas, que el servicio militar es un deber sagrado de la patria y bla, bla, bla. Siempre pregunto lo mismo: ¿para qué Cuba necesita tener cientos de miles de reclutas sin experiencia, hacinados en unidades militares? Con la que está cayendo, con crisis económica, inflación, envejecimiento poblacional y déficit de fuerza de trabajo lo más inteligente sería suprimir el servicio militar y que esos muchachos estudiaran y trabajaran para desarrollar el país. No perdiendo dos años de sus vidas en un cuartel y preparándolos para una guerra contra Estados Unidos que nunca va llegar”.

“El mayor de mis hijos quería ser entrenador deportivo. Cuando terminó el preuniversitario lo reclutaron para el servicio militar. Entre los abusos, castigos de los jefes y el hambre que pasaba no se adaptó a la vida militar. Por supuestas indisciplinas lo sancionaron a dos años en una cárcel para reclutas. Le han fastidiado su futuro. ¿Por qué si un joven no quiere ser militar lo reclutan a la fuerza?”.

“Cualquier madre puede entender que si en Cuba hubiera una guerra todos los ciudadanos aptos para combatir estuvieran peleando. Pero no es el caso. Tienen a los muchachos lejos de sus familias y los ponen a trabajar muchas horas en la agricultura y la construcción de hoteles, sin recibir un salario o pagándoles una miseria. Son mano de obra barata del Estado. Y cuando hay un accidente, como el incendio de la base de combustible en Matanzas o el forestal en Mayarí, los utilizan de carnada. Si el régimen quiere tener fuerzas armadas que organicen un ejército profesional, se alisten quienes deseen y reciban un sueldo por esa función. Basta ya de utilizar a nuestros hijos”, concluye Mayté.

Llamémosle Armando. Cuenta a Diario Las Américas que durante las protestas del 11J “las fuerzas armadas movilizaron a miles de reclutas para enfrentar con palos a los manifestantes. Fui a la unidad militar con otros padres para impedir que usaran a nuestros hijos en funciones que no les corresponde. Tuve tremenda chaqueta (bronca) con un oficial que alegaba que al ser militar mi hijo tenía que cumplir las órdenes del alto mando. Le dije que mi hijo no estaba allí para darle palos a nadie. ¿O acaso esas marchas eran una agresión extranjera? Son cubanos los que están descontentos con el gobierno. Le pagué a un especialista y conseguí la baja médica del muchacho”.

Yilsander, recluta, bajo un sol de fuego trabaja de diez a doce horas cortando caña. Llevan catorce meses en el servicio militar. “Cuando no hay zafra, trabajamos en la agricultura, recogemos árboles caídos después del paso de un ciclón o como ayudantes de la construcción en hoteles de GAESA. A veces también en la fumigación contra el dengue y el chikungunya. Cuando estamos en la unidad, a partir de la siete de la mañana nos ponen a marchar o hacemos preparación militar en la manigua. No sé pa qué, si a Cuba, después de cuadrar con los yanqui nadie la va invadir”.

Ricardo, ex oficial de las FAR, coincide que en la actual etapa el servicio militar obligatorio no tiene demasiado sentido. “¿Tú sabes la cantidad de dinero que se derrocha para conservar un armamento anticuado? Las armas nuestras son pura chatarra. No tenemos capacidad técnico militar para enfrentar una guerra moderna. Lo ideal sería desmovilizar a esos miles de reclutas y optar por un ejército pequeño y profesional adecuado a misiones específicas como combatir el narcotráfico, la trata de personas y otras ilegalidades allende a nuestras costas”.

De acuerdo a algunas estadísticas, en Cuba habría más de 85.000 hombres sobre las armas y 6 millones de ciudadanos de los dos sexos, en las edades comprendidas entre los 17 y 49 años, los cuales estarían disponibles para combatir en caso de guerra.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) cuenta con tres ejércitos: occidental, central y oriental y una marina de guerra y fuerzas aéreas y antiaéreas en cada región. Igualmente, un batallón de tropas élites y una compañía dedicada a labores agrícolas y constructivas en condiciones cautivas, devengando salarios ridículos.

Imagen referencial CubaNet / Periodico Victoria
Jóvenes cubanos en el servicio militar obligatorio.

Jóvenes cubanos en el servicio militar obligatorio.

Las FAR y el MININT (Ministerio del Interior) son las principales herramientas de control social en la Isla. Manejan el 75% de la economía nacional y el 90% de la recaudación de divisas. El Consejo de Estado, Buró Político, diferentes carteras ministeriales y empresas de negocios están dirigidos por militares en activos o jubilados que sustituyeron sus uniformes verde olivo por guayaberas blancas.

Según Daniel, economista, hasta el año 2000, las FAR devoraba “entre el 3,8 y 4% del PIB nacional. Tal vez más. Según datos oficiales de 2018, esos gastos en defensa cayeron al 2,88. Pero no incluyen los presupuestos de GAESA, que pertenece a las FAR y controla la mayor parte de nuestra economía y el 45% de las inversiones que se realizan en Cuba. Se gastan miles de millones de pesos y divisas en la conservación del armamento, preparación militar y privilegios: un alto oficial de las FAR gana alrededor de 20 mil pesos mensuales, tienen acceso a viviendas con internet incluida, ropa y comida subsidiada por el Estado y disponen de centros recreativos y vacaciones a módicos precios”.

En una encuesta a 17 jóvenes de 14 a 29 años, los diecisiete respondieron que el SMO debe ser abolido. “El servicio militar en Cuba debiera ser profesional y voluntario. Que un soldado jurara por cinco o diez años y ganara un salario decente”, opina Diosbel, alumno de tercer año de preuniversitario.

Onel, estudiante de ingeniería en telecomunicaciones, considera que "la indetenible inflación, la emigración y el envejecimiento acelerado de la población en Cuba son elementos de peso que ameritan diseñar una nueva estrategia de defensa. No creo que valga la pena enrolar en el ejercito por un año o dos a jóvenes con potencial suficiente para formarse como profesionales. Ante el nuevo panorama, las FAR deben reestructurarse. Dedicarse esencialmente a auxiliar en caso de huracanes y desastres naturales. Un ejército pequeño y profesional, con no más de 30 mil hombres, sería lo ideal para un país cada vez más envejecido y una economía en crisis”.

En los años de oro de la revolución de Fidel Castro, las FAR llegó a tener más de un millón de hombres en armas. Cuba, una nación pobre, por primera vez en su historia, en la década de 1980 participó en dos guerras civiles, Etiopía y Angola, de manera simultánea y desplazando por medios propios a más de 50 mil soldados y armamento de combate.

“Un día de guerra le cuesta a Estados Unidos cientos de millones de dólares. Y Cuba estuvo involucrado dieciséis años en la guerra civil de Angola. Ese derroche de recursos fue la génesis del posterior Período Especial que vivió el país”, explica el economista Daniel.

Cuando un día se abran los archivos secretos del templete verde olivo, si no los destruyen, se podrá conocer el monto de dinero dilapidado en guerras extraterritoriales, entrenamiento de guerrilleros foráneos y planes de subversión en América Latina y África.

Para un sector cada vez más amplio de cubanos, el servicio militar obligatorio debe ser derogado en la Isla.

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