Despertándonos en la mañana ya nos empiezan a acompañar los sonidos: la alarma, el radio, la televisión y por supuesto nuestros diálogos internos que algunas veces ni entendemos. Nos hemos acostumbrado tanto al bullicio que nos resulta molesto el silencio.
A veces el silencio absoluto se percibe como una soledad cruel, como un abandono intolerable. Otros encuentran en el silencio una inquietud enfadosa. Hemos creado la costumbre de hablar constantemente aunque sean cosas triviales, en ocasiones no esperamos que la otra persona termine de hablar y ya tenemos una respuesta; sin darnos cuenta hemos olvidado el poder del silencio. Acreditamos el poder de las palabras, sin embargo la historia ha corroborado que todos los sabios descubrieron la fuente de la sabiduría en su mundo interior a través de la concentración y meditación, técnicas espirituales que tienen un vínculo profundo con permanecer en silencio ya que enmudecen el pensamiento tedioso, conceptual o representacional.
No solo existe la contaminación ambiental, sino la contaminación sonora: música alta, claxon de los autos, sirenas de bomberos, redes sociales, exageración de información, etc. Todo esto afecta nuestra concentración y las funciones cognitivas como la atención a la lectura, la memoria y la resolución de problemas, porque estos ruidos intoxicantes afectan nuestras conexiones cerebrales.
Si analizamos bien, el conocimiento y la creatividad nacen del silencio. En nuestros periodos de solitud aprendemos más porque estamos más enfocados y para crear debemos acceder a que el silencio nos abrace y puedan brotar las ideas. En las civilizaciones antiguas los más sabios eran los ancianos porque ellos destinaron gran parte de su vida a perfeccionar la maestría del silencio, eran asertivos, inteligentes e intuitivos lo cual les permitía tomar las decisiones más importantes.
Pitágoras, filósofo y matemático concilió el estudio científico con las enseñanzas místicas, y requería que los candidatos a su escuela pasaran aproximadamente cinco años en silencio antes de ser admitidos. Constatando que el silencio y el aplacamiento de las vibraciones mentales son la plataforma sobre la cual se establece el más valioso conocimiento.
Lamentablemente de niños no nos enseñan el poder del silencio. A través del silencio encontrarás las respuestas a los mayores enigmas de tu vida porque en tu interior está la sabiduría ilimitada que conoce todo. Si aprendes a estar en silencio continuamente te quedaras atónito de todo lo que descubrirás a tu alrededor, verás y escucharás cosas que nunca creíste y lo más importante: no solo aprenderás a escuchar a los demás, sino a ti mismo.
La mejor forma de estar en silencio es confiar en uno mismo porque en ocasiones queremos resolver un problema y lo que hacemos es complicarlo con nuestro cotorreo mental. Acepta la situación, mantente tranquilo, reflexiona y en silencio toma una decisión.
Hoy es el momento para empezar a practicar el silencio, porque vivimos en un mundo que reina el estrés, el silencio puede ser un buen amigo cuando quieras distanciarte de todo y pasar tiempo contigo mismo. Cuando amanezca, libérate de todo lo nocivo que tengas en tu mente, enfócate en tu interior y agradece el regalo de un nuevo día, crea un pensamiento de paz y disfruta de unos minutos de silencio y de ese estado de libertad de la mente. Cura tu alma, conversa contigo mismo y te entenderás profundamente.
"El silencio es una fuente de gran poder". Lao Tzu