Esta semana tuve el honor de haber sido invitada por Disney Destinations a ver el Royal debut de la primera princesa latina ever, la mismísima e inimitable Elena de Avalor en todo su esplendor, belleza y tez morena, en Magic Kingdom Orlando.
Esta semana tuve el honor de haber sido invitada por Disney Destinations a ver el Royal debut de la primera princesa latina ever, la mismísima e inimitable Elena de Avalor en todo su esplendor, belleza y tez morena, en Magic Kingdom Orlando.
Y les cuento esto, porque para mi como mamá de una americana (1era generación) con descendencia latina, es muy importante que mi hija se sienta orgullosa de sus raíces y cultura. Es por eso, que me quedo corta cuando les digo lo que significó para mí, no solo la invitación de Disney que ya es mucho decir, sino la sensación de acomplishment y emoción que me dio cuando vi Elena bajarse de su carroza y ser bienvenida por Cinderella (Cenicienta a lo latino) y su prince charming, fue casi de llanto.
La belleza de la carroza, el baile, los caballos, su entorage, vestido y hasta su corona no tenían nada que envidiarle a la eternamente bella y anglosajona Cenicienta. Sin embargo, mientras todo esto pasaba a mi alrededor y trataba de disfrutar el momento, no podía dejar de pensar en lo lejos que hemos llegado como raza y como cultura.
Amigos, hemos avanzado tanto y tenemos tantas cosas lindas que aportar, que una compañía como Disney decidió representarnos con una princesa, que no solo es bella física e internamente, sino que denota liderazgo, amor por la familia, rasgos físicos típicos latinos y muchas otras características de nuestra cultura que nos hacen stand out de manera positiva. ¿No es esto como para sentirnos orgullosos?
Gracias Elena de Avalor por venir a representarnos y a enseñarle a esta nueva generación de mini latinos que todos somos resilentes y podemos ser nuestros propios héroes…no prince charming needed, thank you.
PS: Las princesas en el mundo de Disney son unos de los caracteres más importantes y admirados por grandes y pequeños. Me fascina o mas bien fascíname, ver a las niñitas caminando por el parque disfrazadas de su princesa favorita y cuando las conocen, ver su caritas de emocion…¡priceless!