RÍO DE JANEIRO.- La selección estadounidense de baloncesto buscará el sábado confirmar todas las previsiones sobre el torneo olímpico y llevarse el oro ante una Serbia que tratará de imponer su rica historia en el deporte durante la final de Río 2016.
El equipo norteamericano tratará de cosechar su tercer título olímpico consecutivo con un plantel que quizás no demostró el brillo de Pekín 2008 o Londres 2012, pero aún así le fue suficiente para ser el mejor conjunto del certamen.
Esta vez, el técnico Mike Krzyzewski no pudo contar con todas las máximas estrellas de la NBA, como sí sucedió en las dos ediciones anteriores. Sin LeBron James, Stephen Curry y James Harden, el "Dream Team" encontró el liderazgo en hombres como Kevin Durant y Carmelo Anthony y la confirmación de rendimiento en jugadores como DeAndre Jordan y el base Kyrie Irving, que promedia 12,4 puntos y cinco asistencias por partido.
"Creo que en estos Juego hubo equipos con mejor nivel que en Pekín y Londres y eso se puede apreciar en la calidad de los partidos. Cada vez más selecciones tienen jugadores en la NBA y por eso se nos hace más familiar enfrentarlos. Es un torneo mucho más competitivo" "Creo que en estos Juego hubo equipos con mejor nivel que en Pekín y Londres y eso se puede apreciar en la calidad de los partidos. Cada vez más selecciones tienen jugadores en la NBA y por eso se nos hace más familiar enfrentarlos. Es un torneo mucho más competitivo" , analizó el técnico norteamericano.
En la vereda de enfrente estará nada menos que Serbia, un país con una tradición enorme en el baloncesto, pero que desde que se independizó en el deporte todavía no había podido colocarse en el podio de unos Juegos Olímpicos.
Hace años, Yugoslavia era una de las principales potencias del baloncesto europeo. De hecho, antes de su disolución logró ganar un oro, tres platas y un bronce.
Serbia, desde que existe como tal, pudo llevarse la plata en el Mundial 2014 y en el Campeonato Europeo de 2009.
Para el duelo del domingo, su técnico, el histórico Sasha Djordjevic, apostará nuevamente a la magia de su base y referente Milos Teodosic, que promedia 5,7 asistencias por juego, y al aporte anotador de Bogdan Bogndanovic, con una media de 13 puntos por juego, y el pívot Miroslav Raduljica, con un promedio de 15,9 tantos.
El equipo serbio se aferra a la historia para ilusionarse con el oro. De hecho, todavía recuerdan la victoria memorable de Yugoslavia contra Estados Unidos en la final del Mundial Sub-19 de 1987, cuando un equipo comandado por la promesa Toni Kukoc, Vlade Divac y el propio Djordjevic derrotó a un Estados Unidos integrado por jugadores que luego se destacarían en la NBA, como Stacey Augmon, Larry Johnson o Gary Payton.
"Esa victoria fue inolvidable para Yugoslavia. Se le había ganado a jugadores que luego brillarían en la NBA. Sirvió para que crezca la credibilidad en nuestros jugadores y para que los propios basquetbolistas tomaran conciencia de que nada es imposible en este deporte. De todos modos, eso está en el pasado y ahora tenemos que reescribir la historia serbia", afirmó Djordjevic.
Hasta el momento, ambos equipos se enfrentaron en la primera fase y el duelo quizás fue el que finalizó de manera más ajustada para el Dream Team: ganó por 94-91 después de que Bogdanovic fallara un lanzamiento de triple sobre la hora, que hubiera supuesto enviar el duelo a la prórroga.
"Creo que habernos enfrentado antes es una ventaja para los dos equipos, ya que nos conocemos un poco más ahora. Nosotros tendremos que enfocarnos en nuestra defensa, ya que en ese partido nos convirtieron 91 puntos y eso puede ser peligroso", admitió Krzyzewski.
La final del baloncesto olímpico está sobre la mesa. El gran candidato al título, Estados Unidos, tendrá que defender su oro contra una Serbia empecinada en recuperar los éxitos del pasado para un presente de gloria.
FUENTE: dpa