lunes 13  de  marzo 2023
EEUU/ANÁLISIS

Datos sobre supuesto crecimiento económico esconden realidad

El Departamento de Comercio de Estados Unidos afirma que en el cuarto trimestre la economía creció un 2,1%, pero detrás de ese dato hay mucho por revelar

Por Leonardo Morales

MIAMI- Según el análisis estadístico del Departamento de Comercio, la economía de Estados Unidos cerró el 2022 con un crecimiento de 2,1% sostenido por el consumo pese a un mermado poder adquisitivo tras dos años de fuerte y persistente inflación.

Las comparaciones toman como base el 2020, cuando hubo una contracción marcada de los indicadores económicos debido a la recesión causada por la pandemia de COVID-19 y luego el 2021, con otro desplome por medidas económicas fallidas de la administración de Joe Biden y la extrema izquierda.

Por tanto, las cifras no reflejan la realidad cuando se pronostica que el 2023 sea otro de los peores años para la economía estadounidense, como lo fueron los dos anteriores bajo el mandato "demócrata" en la Casa Blanca.

Por eso, en 2021, las cifras del Departamento de Comercio - que no aclara en este caso sus puntos de comparaciones- arrojaron que el país tuvo la "mayor expansión" económica anual desde 1984: 5,9%, cuando en realidad sufrió una contracción de la mayoría de sus indicadores con récords negativos en muchos de ellos.

El espejismo de cifras de crecimiento económico

El dato crea una imagen totalmente falsa del comportamiento económico del país y respalda [intereses partidistas de la izquierda para confundir] a los estadounidenses.

La comparación utilizada por el Departamento de Comercio fue el 2020, cuando la pandemia provocó la mayor retracción del PIB desde 1946 (-3,5%) y más de tres meses de recesión.

Supuestamente, en el cuarto trimestre del año pasado, la economía estadounidense creció 2,9% en proyección anual, que es la medida utilizada en Estados Unidos para proyectar el crecimiento a 12 meses. Pero la situación económica real dista de esas estadísticas.

En otros países se compara simplemente el crecimiento trimestre sobre trimestre, en datos desestacionalizados. Si se aplicara esta fórmula, la expansión sería de apenas 0,7% o en terreno completamente negativo que no indica desarrollo alguno.

Expertos alineados a las políticas de la Casa Blanca y la gran prensa de izquierda repiten estas cifras, supuestamente favorables para Washington, cuando saben que existe una manipulación consciente de los verdaderos datos económicos.

De ahí que la recesión en la que se encuentra EEUU apenas sea mencionada y la anuncian para los próximos meses, cuando la agudización de los problemas que aquejan la economía estadounidense -causados por el actual gobierno- no puedan disfrazarse más.

El gobierno de Joe Biden cerró los oleoductos, atacó la producción petrolera con órdenes ejecutivas y emprendió una ola de gastos sin precedentes. Todo lo anterior condujo a la mayor inflación en los últimos 50 años y a una recesión que ya existe y que debe agravarse en el segundo trimestre de 2023.

Las grietas en el consumo son visibles desde agosto de 2022, especialmente en los combustibles y los bienes duraderos como viviendas, vehículos, productos electrodomésticos, etc.

Sin embargo, a pesar del bajo nivel adquisitivo de la mayoría de los estadounidenses por la escalada de precios desde el 2021 hasta la actualidad, la cultura del consumo y del no ahorro ha permeado en las últimas décadas la sociedad norteamericana. De ahí en parte la resistencia de este indicador económico a pesar de las ocho subidas de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed o Banco Central).

En menos de un año, el Banco Central disparó la tasa referencia del país de 0%-0,25% a 4,25%-4,50%. Y la acaba de subir 0,25% para dejarla en 4,50%-4,75%.

Aunque hubo consumo, "al final del cuarto trimestre" de 2022 "vimos debilidades a nivel económico", explicó Gregory Daco, economista jefe de EY Parthenon.

Las ventas minoristas y de propiedades, la producción manufacturera e industrial y el consumo cayeron en el cuarto trimestre. El sector inmobiliario es el mejor reflejo: 11 meses consecutivos de desplome de ventas.

Además, "el mercado laboral, que estuvo relativamente sólido, se está debilitando", añadió.

Los consumidores sienten la erosión de su poder de compra por la inflación y el aumento del costo del crédito, y muchos han comenzado a no poder pagar sus deudas.

Los bancos se alistan

Los bancos preparan el terreno para enfrentar la eventualidad de que sus clientes no puedan pagar sus deudas. Por eso, JPMorgan Chase separó 1.400 millones de dólares, Citigroup $640 millones, Bank of America, $403 millones y $397 millones tiene listo Wells Fargo.

En el último cuarto del año, los grandes bancos estadounidenses obtuvieron jugosas ganancias, beneficiándose en parte del encarecimiento de los préstamos por las siete subidas de tasas de interés del Banco Central para contener la inflación. En algunos casos, los ingresos netos fueron mucho menores que en igual período de 2021.

El beneficio neto aumentó en el cuarto trimestre 6% a 11.000 millones de dólares para JPMorgan, y 2% con $6.900 millones para Bank of America.

En cambio, cayó 21% (2.500 millones de dólares) para Citigroup y 50% ($2.900 millones) para Wells Fargo.

No obstante, con el crédito más caro, los pedidos de bienes duraderos -que incluyen grandes compras de empresas- aumentaron en diciembre sobre noviembre, un 5,6%, pero en octubre y noviembre sufrieron un descenso.

La crisis sobre la dificultad para contratar persiste en las empresas, aunque algunos sectores como el tecnológico -que incorporó masivamente personal durante la pandemia- procedieron a despedir a decenas de miles de personas en las últimas semanas. En apenas un mes, más de 50.000 personas en esta industria se quedaron sin empleo.

El 2023, un año de mayor incertidumbre

El espectro de una recesión aguda en 2023 es evocado por muchos, que se preguntan si la economía se expandirá o por el contrario.

"La economía estadounidense sufrirá la recesión en 2023, impulsada por la política monetaria restrictiva de la Fed", anticipa Ryan Sweet, economista jefe de Oxford Economics, en una nota de análisis en la que prevé una contracción en el segundo trimestre.

"Por el momento, los indicadores económicos apuntan más bien a una recesión, que habría comenzado a gestarse a principios de año, incluso en diciembre-enero", y tal vez con destrucción de empleos desde enero, opina Daco, economista jefe de EY Parthenon

Pero la recesión técnicamente comenzó antes del segundo trimestre de 2022, con indicadores negativos en récord como la deuda pública $31,2 billones, el déficit comercial, las ventas en picada de viviendas y de vehículos, etc.

Daco reconoce que el factor particular y único de este ciclo recesivo, es la fortaleza del mercado laboral, con un desempleo de 3,5%, un mínimo histórico.

"El principal escudo protector que todos señalan es el mercado laboral", que sumado a los ahorros acumulados durante la pandemia -cuando bajaron los gastos y hubo millonarias ayudas federales a los hogares-, permite a los estadounidenses continuar consumiendo, destacó Matt Colyar, economista de Moody's.

La gran mayoría de esos ahorros, en opinión de otros expertos, colapsó desde mediados de 2022 después de que la inflación atravesara el 2021 y llegara en junio del año siguiente a 9,1%, en la peor escalada de precios en los últimas cinco décadas. El de la gasolina sobrepasó como promedio nacional los 5 dólares el galón regular, pero en estados como California los consumidores pagaron por encima de 7 dólares.

La crónica escasez de fuerza laboral

Un grave problema recurrente y crónico es la escasez de mano de obra en los servicios, la salud, el transporte y las industrias, un tema escasamente abordado por analistas y los medios de izquierda. Los restaurantes integran la lista de los más afectados.

La cadena de restaurantes de comida mexicana, Chipotle, dijo que pretende contratar a 15.000 personas en América del Norte para garantizar que sus establecimientos tengan suficientes empleados durante la temporada alta de primavera. Otras cadenas están sobre la misma cuerda: Taco Bell anunció más de 25.000 ofertas de empleo en su página web y Starbucks más de 10.000 para baristas.

Según la Asociación Nacional de Restaurantes, los establecimientos de comida en el país han generado plazas laborales durante 24 meses consecutivos desde el peor momento de la pandemia. No obstante, el empleo en el sector se mantiene 3,6% por debajo del nivel prepandémico, el equivalente a 450.000 puestos de trabajo.

En un sondeo realizado en noviembre entre sus miembros, la asociación encontró que 62% de los dueños y operadores de restaurantes carecen de empleados para cubrir la demanda de sus clientes.

El 87% manifestó que hará contrataciones adicionales el año entrante si encuentran candidatos calificados, pero el 79% dijo tener vacantes que han sido difíciles de cubrir.

Hudson Riehle, vicepresidente de investigación de la asociación, dijo que un número creciente de empleos fuera del sector de gastronomía rivalizan por los mismos trabajadores, como los repartidores.

Los propietarios de restaurantes han aumentado los salarios y los beneficios para captar empleados, pero Riehle no prevé que la fuerza laboral de este sector regrese este año a sus niveles previos a la pandemia de SARS-COVID-2.

Dean Nunez, director de operaciones de Floriana, un restaurante italiano en Wilmington (Carolina del Norte), explica que "atraer empleados, en especial gente joven, continúa siendo muy difícil". La mayoría de las personas que trabajan en la cocina de Floriana tienen más de 50 o 60 años de edad.

“Es difícil el trabajo, no es para cualquiera", indicó Nunez. “El trabajo es tedioso, repetitivo y hay que soportar el calor de las estufas”.

El petróleo y la inflación

Desde hace varias semanas los precios del barril de petróleo se cotizan por encima de los 80 dólares y la tendencia es al alza con la mayor apertura de la economía de China y las restricciones al precio del crudo de Rusia impuesto por la Unión Europea.

El recrudecimiento del invierno en enero, febrero y marzo en la mayor parte del planeta incrementa el consumo y también los precios. De hecho, el precio de la gasolina comenzó a subir nuevamente desde hace finales de diciembre y se ubica como promedio sobre los $3.50 el galón regular.

Colyar, por su parte, espera un crecimiento muy débil y habrá que "afinar el ojo para decir si se trata o no de una recesión", con un pronóstico de 1% de expansión del PIB en el año.

Lo anterior contrasta con las políticas económicas nefastas llevadas a cabo por la administración Biden y con enormes gastos e impresión récord de dinero en efectivo, que no permiten bajar la inflación al nivel que busca la Reserva Federal: el mismo que se mantuvo durante los cuatro años de mandato de Trump, un 2%.

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